Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 31 de octubre de 2009

255 "No invoques los malos recuerdos, ellos aparecen solos".

 

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Estoy tratando de ordenarlos en lo posible con coherencia temática, de manera que al leerlos encuentres un rosario más o menos hilvanado. Te lleva así a contrastar sobre un mismo tema pensamientos diversos, por momentos coincidentes. Comencemos con opiniones sobre la muerte. No te deprimas después hablaremos de otras cosas.

"Nunca se dice de un perro o de una rata que es mortal. ¿Con qué credo se arroga el hombre ese privilegio?. La muerte no es asunto solo suyo. ¡Qué fatuidad creerse su beneficiario exclusivo !". E.M.Cioran. Cuanto para reflexionar si este pensamiento te motiva. Pero como dice Sandor Marai "La proximidad  de la muerte confiere a la conciencia más fuerza que desánimo". ¿Es una interpretación diferente a la anterior o complementaria?. Otros la insertan por lógica directamente en la vida y como dice A.Bioy Casares "El fin del mundo para cada persona ocurre con su muerte", concepto individual inserto en lo global. Pero claro,  hablar de ella es hablar de la vida y como sostiene Shakespeare en el Rey Lear "oh la vida es tan dulce que en vez de morir de una vez, preferimos el peso de una muerte continua". El amor a la vida puede llevarnos a aceptar una infinita agonía. En sintonía  con lo afirmado por Bioy pero dicho miles de años antes por Epicuro "la muerte  no nos concierne pues mientras existimos no está presente y cuando llega ya no existimos". "La muerte nos causa espanto, pero sería más espantoso saber que viviremos eternamente sin morirnos una sola vez". A.Chejov que se permitió una humorada. "No me espantan ya los esqueletos. Me espanta que ni los esqueletos ya me espanten". No registré quien lo dijo pero vale la pena trascribirlo sin comentarios."La muerte es única e individual. El hombre al morir deja de ser. Cierra toda posibilidad . La vida engendra la posibilidad, la muerte la clausura, la cierra para siempre, no hay nada más allá. Dios está inventado para evacuar nuestras dudas, angustias".

Cambiamos de tema y asomémonos a la conducta humana o a la determinación de quienes deciden, hacen, lo expresan con filosofía, convicción, hasta con inocente ingenuidad. Veamos:"Nada me impide hacer cualquier cosa, sola yo me lo impido" Susan Sontag. Un intento sobre el libre albedrío. Solo un intento.

Melancólico recuerdo, sabiduría de vivir. "Disfrutó por excelencia el joven que había sido" A.Buendía en 100 años de soledad. G.Márquez.

Expresión de la autenticidad del pensamiento, la conducta, el ser fiel a sí mismo quedan condensadas en estas dos expresiones. "El leopardo muere con sus colores" proverbio africano. "Es como ir montado en un tigre y no poder bajarse sin ser devorado". proverbio hindú. Ya que estamos en el tema de la conducta humana Descartes en el siglo XVII afirmó que las seis pasiones del alma son :la admiración, el amor, el odio, el deseo, el gozo, y la tristeza"¿se te ocurren más?.

¿Incursionamos en el sentimiento patriótico?

"El hombre que a su patria no le exige más que un palmo de tierra, merece ser oído y no solo oído sino también creído" Sandino.

"Hace ya muchos años  que esto perdidamente enamorado de esa loca mujer llamada Argentina. Espero algún día poder acariciale el pelo, secarle las lágrimas" Carlos Nine, dibujante y artista plástico. Agrego:  Mi corazón también rebosa de amor por esa misma mujer

Metámonos algo con la historia y lo que ella implica. "Es demasiado pronto para pronunciarse." Chou en Lai  refiriéndose a las consecuencias de la Revolución Francesa de 1789. Es tomar bastante distancia de los acontecimientos o fijarla en la actualidad al sostener "la historia es siempre contemporánea" B. Choce o ir un poco más lejos "La historia es un cuento contado por un idiota llena de sonido y de furia" W. Shakespeare.

Para terminar salpico el Ufa con pensamientos dispersos. . Algo más liviano para que lo pienses solito.

Ecológico: Se trata de hacer la selva más equilibrada.

¿Cómo se apaga el fuego?. Con más fuego. Hefeso, dios del fuego.

"¿Por qué no hubo golpes de estado en Washington?. Porque en Washington no hay embajada norteamericana". Maris Weis Brot.(Centro de investigación de la economía política). fuente  diario La Nación.

Chau y hasta la próxima.

miércoles, 28 de octubre de 2009

254 La baba

"EL cuerpo humano es capaz de casi todo"

La cosa empezó cuando menos se la esperaba. Por lo menos en su manifestación externa, visible. Seguramente en forma más sutil se habría instalado tiempo atrás. Pero era una secreción mínima, casi normal. Su mayor abundancia se fue comprobando con el transcurrir del tiempo. Fluía de sus comisuras de manera cada vez más ostensible y también con mayor abundancia. Aquello que comenzó  siendo una leve molestia se fue transformando en incomodidad acercándose a la tortura. Porque de una húmeda almohada a la hora de dormir pasó a tener que llevar encima repetidos pañuelos, compresas, toallas. No había forma de disimulo alguno ni medio para mitigar su mal. Secretaba abundantísima e incontenible baba. Así su vida social se fue reduciendo en la misma proporción que aumentaba su babeo. Cual caracol o babosa dejaba al moverse o desplazarse su huella. A diferencia de estos bichos de estela plateada y rápidamente seca, la de él era húmeda, con aspecto cada vez más repulsivo. Las ráfagas de viento la llevaban por los aires como las conocidas baba del diablo. Significaba que en sus desplazamientos fuera de un ámbito cerrado andaba rodeado de una aureola volátil, frágil de baba blanca que se dispersaba por el espacio. Ese fenómeno o mal lo fue consumiendo. Comenzó a perder peso, a deshidratarse. Lenta pero inexorablemente se fue volviendo transparente. Entre papel de seda y celofán. Liviano cual pluma, una ráfaga se lo llevó. Dejó su estela de baba, como aquella baba del diablo. Pero no, injusto compararlo. El era un hombre bueno.

Chau y hasta la próxima

sábado, 24 de octubre de 2009

253 Confluencia

 

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La idea de cometer un crimen perfecto comenzó inesperadamente. Así nacen las mayoría de las ideas. Casi sin pensarlo. Como si en el cerebro un puntito, algo minúsculo y generador fuera creciendo para desarrollarse luego en forma de espiral. Ampliándose y obsesionando al mismo tiempo. Quizá en él, la práctica deportiva con armas de fuego; el ser dueño de una envidiable puntería; el apretar asiduamente el gatillo para abatir una presa largamente acechada; o ejercitarse sobre determinados blancos con el fin de mantenerse en forma, fueron elaborando en su conciencia esa ocurrencia macabra. Más de una vez, disparándole a un objetivo fijo pensó: esta bala, que en instantes se incrustará en el centro, porque estaba seguro que haría centro, podría ser la portadora de una muerte. En definitiva, la diferencia entre ella y la vida, aunque abismal al mismo tiempo muy sutil. Como entre la sensatez y la locura, entre lo moral y lo inmoral. Esa familiaridad, ese tuteo deportivo con el arte de matar, su gran egolatría y el yo desarrollado y templado en el asesinato por deporte,una lógica necrofilia y esa triunfante superioridad sobre la víctima elegida, le hicieron germinar la idea del crimen perfecto. Ocurrencia nada extraña para gran número de personas que alguna vez pensaron en la posibilidad de cometerlo, aunque en su fuero íntimo se sintieran incapaces de matar a una mosca

Meditó largamente cuales debían ser las condiciones básicas para poder realizarlo y estableció  premisas indispensables

El crimen debía ser absurdo, sin motivo alguno.

Perpetrarse por lógica sin testigos.

La víctima elegida al azar.

Utilizaría un arma de fuego con silenciador.

Condición fundamentalísima: tendría que ser para la policía y el público un indudable crimen

Lo imaginó todo como una representación teatral donde jugaría el papel del primer actor invisible. Cuando el cadáver fuera descubierto no debía caber la menor duda de la presencia de un asesinato. Tan seguro estaba de su plan y de sí mismo. Decidió elegir el lugar apropiado. Pensó en una gran avenida, en una madrugada, en noche lluviosa. Podría matar impunemente a cualquier transeúnte o automovilista que pasara, para  alejarse a pie, y luego en un automóvil estratégicamente estacionado.

La idea de cometer un crimen perfecto le nació un día cuando regresaba de su campo por un camino polvoriento mientras conducía una camioneta, para tomar la ruta a la ciudad. Aplastó a un cuis que se le cruzó en ese instante y pensó : ¿y si fuera una persona? ¿quién se enteraría?. La posibilidad del anonimato tornó la  idea en algo tentador. Reflexionó sobre ella, midió detenida y fríamente los pro y los contra. Luego, por un atisbo de la conciencia comprendió que la cosa no era tan sencilla. No era lo mismo matar como lo había hecho en ese momento a una especie de ratón sin cola que a un ser humano. Sin embargo la idea en sí no le resultó desechable. En todo caso era cuestión de perfeccionarla. Aficionado al automovilismo deportivo presumía ser un gran volante. Más de una vez estuvo al borde de un accidente y quizá de la muerte por causa de sus intrepideces e imprudencias. A pesar de ello jamás  había sentido miedo. Quizá por irresponsabilidad o por sobreestimarse y creer que a él nunca le pasaría nada. La idea del crimen perfecto lo atrapó y decidió perpetrarlo. Recordó haber leído un libro de Mayer Lewin titulado compulsión, relato de un hecho real sucedido en Estados Unidos en la década del 20. Se trataba de una pareja de estudiantes  que basados en su enorme superioridad intelectual y cierta falsa interpretación nietzcheniana, concibieron y llevaron a cabo un crimen considerándolo perfecto. Pero cometieron tal número de errores que los descubrieron y sentenciaron. Ya en su casa volvió a leer la novela y comprendió que la falla fundamental en que el cadáver de la víctima, un niño, presentaba claros signos de haber sido asesinado. La diferencia con esta, su oportunidad sería que el muerto aparentaría haber sido víctima de un accidente. Entonces sí, él, solo él gozaría de su acto, mantendría el secreto y el caso sería archivado. Degustaría de por vida su crimen perfecto. Paladearía cada detalle y disfrutaría de una impunidad absolutamente asegurada.

Y estableció premisas indispensables.

El crimen debía ser absurdo, sin motivo alguno.

Perpetrarse, lógicamente sin testigos ni cómplices.

La víctima elegida al azar.

Utilizaría como arma un automóvil robado y se cuidaría muy bien de no dejar huella alguna.

Condición fundamentalísima: tendría que ser para la policía y el público un indudable accidente. Imaginó todo como una gran representación teatral donde jugaría el papel de primer actor invisible. Seguro estaba de su plan y de sí mismo. Decidió elegir el lugar apropiado. Pensó en una gran avenida, a la madrugada en una noche cualquiera. Podría matar así impunemente al primer transeúnte que se le cruzara para luego huir sin apuro hasta donde habría dejado estratégicamente su automóvil después de abandonar su "arma" y recorrer un trecho a pie para no despertar sospechas

Hacía mucho tiempo que trabajaba como conductor. Comenzó manejando colectivos en una línea por las afueras de la ciudad para luego ingresar en una urbana. El duro trabajo cotidiano, los pasajeros, el tránsito infernal, los horarios lo indujeron a buscar una variante. Así pasó a conducir ómnibus de larga distancia. Ya no operaba la máquina expendedora de boletos, ni lidiaba con atascamientos de vehículos, aunque la ruta era más peligrosa. Pasaba jornadas fuera de su hogar, dormía mal y comía peor. Y en las temporadas de gran turismo era un ir y venir casi sin descanso. Más de una vez los accidentes no se producían por milagro o por esa enorme experiencia y conocimiento de la ruta que tenían los choferes. A menudo conducían casi de memoria, cabeceando un sueño imposible, entre cigarrillo y cigarrillo. En la terminal lo llamaban el viejo inglés, aunque nada tenía de uno ni de otro. El apodo le había nacido por su aspecto envejecido, resultado de largas horas de desgaste pegado al volante y por su extraordinaria puntualidad. Siempre llegaba a horario.

Estaba cansado de trabajar y cansado de la vida. Su soledad, cada vez más soledad lo abrumaba hasta límites insoportables. Y en los últimos tiempos la situación se agravó  presa de una profunda depresión. Cumplía su jornada por la noche y por su tendencia al aislamiento le resultaba propicia para la evasión, el sueño o la fantasía. Para ahondar aún más su incomunicación o romper contactos con un medio  calificado hostil. Su problema era el mundo, la gente,  el contacto con otros seres. Introvertido hasta lo inimaginable. Su entrañable amigo primero y su pareja luego no habían respondido a la esperanza, a la fe y el cariño en ambos depositados. El le falló en el momento necesario. Ella lo abandonó cansada de su mediocridad y su personalidad fóbica. Para peor en la compañía de teléfonos lo destinaron a trabajar en esa cámara subterránea inmunda, llena de agua cada vez que llovía fuerte. Y esos pares que nunca terminaban de arreglar. Sostenía diálogos mínimos con sus compañeros de tareas. Lo indispensable y en particular lo relacionado con el trabajo. Cuando transcurría un tiempo largo allí abajo, su opresión espiritual y física iban en aumento. Aunque en pleno invierno y con un tiempo lluvioso y frío su cuerpo se cubría de transpiración. Le faltaba el aire. Entonces salía a la superficie a respirar mejor y fumarse un cigarrillo. Dos veces por semana, mientras lo encendía veía pasar, con regularidad matemática por la mano contraria al ómnibus de larga distancia. Parecía que entre ambos se iba tejiendo una extraña relación, un mudo diálogo, una rara comunicación. Trataba de adivinar a través del parabrisas la cara del conductor. Pero la luz era poca y el paso fugaz. Después de dos o tres oportunidades esbozó un ademán, un remedo de saludo. No le pareció mala la idea del suicidio y comenzó a pensarla, a madurarla y hasta deslizó algún comentario entre sus compañeros.. Creyó que con coraje y decisión podría poner fin a su vida. Adiós al sufrimiento, a la soledad. Lo meditó seriamente, pero ¿cómo hacerlo?. ¿Tirarse debajo de un tren?. Aunque parezca ridículo, le daba miedo, aprensión. Hay formas y formas de eliminarse y en la selección de medios puede pesar seriamente impresiones infantiles. Y él no podía dejar de recordar el pánico causado por esos trenes eléctricos marrones, de un solo ojo encendido que aparecían imprevista y silenciosamente de entre la bruma para alejarse rápidamente transformados en un oscilante punto rojo. ¿Pastillas somníferas?, poco seguras. Corría el riesgo de ser auxiliado y de sufrir un cruento lavaje de estómago y vuelta a vivir. ¿Un tiro?, no tenía revolver ni ganas de comprarlo. Entonces, ¿porqué no recurrir  a un amigo?. Aunque una vez el anterior le había fallado en esta oportunidad no le sucedería lo mismo. En un momento así, crucial, difícil, debería contar con alguien, y ese alguien era su nuevo y casi amigo. Ese ómnibus de larga distancia, que tan puntual y rápidamente pasaba dos veces por semana. Hasta tendría tiempo, antes de arrojarse a su paso debajo de sus ruedas, de encender su acostumbrado cigarrillo

Como en noches anteriores bajó de su automóvil recorriendo inútilmente la avenida, sin encontrar el momento y la víctima propicia. Más de una vez estuvo a punto  de cumplir su plan, pero a último momento aparecía alguien. El temido e indeseable testigo. Otras veces se creía observado por ojos invisibles que lo paralizaban en el momento decisivo. En esa noche fría y lluviosa encaminó sus pasos por la avenida desierta. Su mano en el bolsillo del impermeable sostenía la pistola con silenciador. Pero su mano  estaba firmemente  dispuesta, diabólica a cumplir las órdenes de un cerebro no menos decidido..Esa noche debía matar. Marchó dos cuadras por la avenida elegido, y en aquella esquina, junto a la carpa verde de la compañía telefónica, descubrió la silueta de un hombre. El tránsito era escaso y tenía la convicción de encontrarse en el lugar y el momento  impacientemente esperado. Caminó por la acera con naturalidad. La presunta víctima  encendió un cigarrillo y comenzó a cruzar dirigiéndose hacia él. Sacó la pistola y disparó.

¿Pero de dónde apareció tan repentinamente ese automóvil?. Solo un loco o un borracho podía manejar así. Vio a su víctima doblarse por el disparo y salir violentamente despedido hacia adelante por el impacto del vehículo. Alcanzó a divisar la trompa de un ómnibus de larga  distancia acercarse velozmente.

Aterrorizado , temiendo el fracaso de su crimen perfecto , huyó.

No le resultó difícil robar un automóvil en la calle. Para él, gran conocedor de vehículos y marcas fue una tarea sencilla. No lo eligió al azar. Seleccionó uno grande, pesado para que el golpe fuera más efectivo, más contundente y seguro aunque el estado de los neumáticos, muy lisos le preocuparon algo. El pavimento mojado le restaría agilidad y arranque en el momento oportuno, pero confiaba en su pericia. Avanzó lentamente por el asfalto de la avenida humedecida por una llovizna persistente. En la otra esquina, de su mano divisó a un hombre parado, encendiendo un cigarrillo.

Si cruzara, se dijo. Le faltaban pocos metros para llegar cuando el desconocido, como obedeciendo a su orden mental comenzó a hacerlo. Pisó a fondo el acelerador. El automóvil patinó, zigzagueó. Malditas gomas lisas, casi gritó. ¿Y ese testigo  de impermeable de dónde salió¿. Ya era tarde. El automóvil, casi ingobernable alcanzó a golpear al hombre con la parte delantera izquierda, en el mismo momento en que, sin llegar a descubrir la causa, su víctima caía como fulminada por un rayo. Lo vio salir despedido violentamente hacia el carril opuesto cuando se acercaba un ómnibus de larga distancia,. Aterrorizado, temiendo el fracaso de su accidente perfecto, huyó.

Le faltaba poco para llegar a destino. A horario, como siempre, sin el menor retraso o adelanto. Por suerte, después de ese viaje gozaría de varios días de descanso. Unas pequeñas vacaciones bien ganadas. Igual, en ese momento no había mucho trabajo. Pasajeros regulares y comunes. Comisionistas, viajantes y algún raro turista. Más adelante comenzaría la temporada fuerte. Las jornadas interminables, sin solución de continuidad. Mucho sueño, tabaco, café. Pensó,¿estaría esa noche el hombre de la carpa ?. En cuanto daba la amplia curva y asomaba la trompa del ómnibus distinguía desde esa distancia un pequeño destello. Un cigarrillo se encendía. Siempre dos veces por semana. Y aunque jamás vio su rostro percibía claramente su silueta fumando, y casi dedicándole un leve ademán. Un tímido saludo. La última vez le respondió con un suave toque de bocina y un leve destello con los faros

A la una y cinco de la madrugada, como siempre, como todos los día trepó la escalerilla de la cámara subterránea y se paró al lado de la carpa. Pensó un momento, casi vaciló. Sabía exactamente de cuanto tiempo disponía para cruzar la avenida casi distraídamente, sin apresuramientos. Lo había ensayado y calculado todo hasta en el menor detalle

Encendió su cigarrillo y comenzó a cruzar. No le preocupó ese automóvil grande que avanzaba lentamente por su mano, ni le llamó la atención el único transeúnte marchando tranquilamente con sus manos metidas en los bolsillos del impermeable. Caminó y repentinamente el automóvil aceleró zigzagueando sobre el piso húmedo. Sintió un agudo dolor, un fuerte y sorpresivo impacto en el lado izquierdo de su pecho, y en ese mismo instante  recibió de lleno el golpe  del paragolpe y guardabarro de ese vehículo conducido por un imprudente o un borracho. Su cuerpo fue impulsado hacia adelante y arrojado al carril opuesto.

Miró el pequeño destello del fósforo encendido. Allí estaba el hombre de la telefónica, como siempre. ¿Porqué avanza?,¿para qué cruza?. ¿No se da cuenta que ese automóvil se le va encima?. Lo vio doblarse como si un rayo lo fulminara y volar catapultado por el golpe de ese vehículo. Pisó y pisó los frenos con desesperación. La velocidad del ómnibus, lo mojado del pavimento le impidieron detenerse. No pudo evitar que el cuerpo de ese conocido desconocido se estrellase contra la trompa de su vehículo. Sintió el tremendo golpe y luego en sus manos aferradas al volante, en todo su ser, percibió el desnivel del piso cuando las  ruedas delanteras primero, y las duales después pasaron por encima del hombre. Fue un movimiento leve, poco perceptible pero suficiente para indicarle que ese montículo era un cuerpo humano. Pocos metros más adelante logró frenar. Los restos de la víctima formaban un montón de huesos triturados y carne desgarrada. Especialmente el tronco. Al empleado telefónico el amigo para la muerte,¿le había llegado tarde?

Los compañeros de trabajo coincidieron en sus declaraciones que hacía tiempo se quería suicidar.

Después del informe pericial la policía caratuló el caso de ...

Chau y hasta la próxima.

miércoles, 21 de octubre de 2009

252 Respuesta a un cuestionario

 

"La vida no está en los sujetos,pasa a través de los sujetos"

Me gusta...pensar.

La época más feliz... cuando no tenía conciencia.

Quisiera saber al regresar a mi casa... si esa es mi "casa".

Lamento al acostarme...algo que hice, y todo lo que no hice.

Cuando veo a los muchachos...envidio a los muchachos.

Lo mejor...perfeccionarlo.

Lo que me molesta...demasiadas cosas como cierta gente, el ruido, la miseria....

La gente....que me molesta.

Una madre...dos, la mía y mi esposa.

Yo siento...siento.

Mi mayor temor...¿la vida?. algo tarde para afirmarlo.

La escuela secundaria...el despertar; casi la felicidad.

No puedo...matar.

Cuando era chico...quería ser grande.

Mis nervios...antes, trasmisores de mi voluntad. Ahora, no siempre según lo que diga mi miastenia.

La otra gente....toda la gente.

Sufro...pero me aguanto.

¿Fracasé?...seguro que en parte sí. Crecí pero no fui "grande"....

La lectura...mi refugio, mi mundo, otro mundo, la evasión, la realidad...

Mi mente...activa, a veces indócil, mi vida.

Necesito... libertad aunque crea tenerla.

Futuro...pasado, más presente, más voluntad humana.

El matrimonio...un hombre, una mujer  y las cuatro operaciones.

Lo que me duele...trato de cambiarlo, y si no puedo ...

Odio...la violencia en todas sus manifestaciones.

Mi trabajo...todavía lograr ser yo.

Pero ¿yo soy?. No sé...

Mi única preocupación...todas mis preocupaciones.

Deseo....comenzar de nuevo. ¿o no?.

A mi padre...le doy las gracias. Todas, aún las que no sepa imaginar.

Yo en secreto... débil y contradictorio.

Yo exteriormente...fuerte y seguro.

Mi mayor ansiedad...conocer como será el final.Pensándolo mejor, no me importa.

Chau y hasta la próxima

sábado, 17 de octubre de 2009

251 La Estupidez

 

óleo de Carlos Laguna

"Prefiero ser yo mismo y desdichado, antes que cualquier otro y adormecido". Aldous Huxley, de Un mundo feliz.

Perdón por mi insistencia, en otros Ufa , La Rebelión y Propter vitam, vivendi perdere causas,la he rozado al referirme quizá de soslayo o en forma más directa. También cuando abordo en Comedia y drama cotidianos (cajón de sastre) en su contenido es señalada, en especial por las consecuencias que genera. Insistir sobre ella parecería ¡oh paradoja! una estupidez. Pero no es así. El análisis o la referencia a conductas deben ayudar en retrospección o mirada medianamente inteligente y crítica, a meditar las consecuencias de acciones, actitudes propias de un individualismo exacerbado, al cultivo de un hedonismo decididamente malsano y condenable.

Dice el diccionario : estupidez, necedad o torpeza. Estúpido. necio, torpe.

En cada país o región en donde se habla nuestro idioma se utilizan además del adjetivo correspondiente, expresiones propias. Los argentinos, tiempo atrás usábamos el boludo y con más dureza el pelotudo,que sería un estúpido superlativo. Pero hoy el boludo a pasado a ser en la jerga juvenil una manera de llamarse sin ánimo calificador, hasta cariñoso. Llenaríamos igual páginas en enumeración restringida y  superficial  con  solo intentar agrupar unas cuantas estupideces, las más importantes y decisivas o le agregáramos o intentáramos esbozar sus consecuencias.  Haríamos de listado y resultado una verdadera enciclopedia por volumen de toda la estupidez. Cierto que no hay que confundirla con la maldad, la hipocresía, defectos de la conducta humana por actitud consciente o inconsciente. Acordemos se puede ser malo y estúpido. Malo, estúpido, hipócrita o con distintas variables. estúpido, perverso...

No sé si la estupidez es la más malsana, presumo que no, pero sus consecuencias, repercusiones producidos por  el consumismo, y vuelvo a la carga con él, porque es un hábito de vida en gran medida inducido, para quien lo ejerce cercano a la inocencia, difícil de abstraerse,  cuando se tienen algunos medios.Porque muchas veces consumimos a expensas de otros, aunque no lo parezca. Contaminamos o contribuimos a ella a veces con destellos de conciencia y cierto remordimiento. Verdad también es que esos destellos de conciencia han ido evolucionando positivamente. Pero también porque nos gusta consumir, por estupidez. ¿O no lo hacemos a diario en montones de acciones?. Digo una frivolidad sin abrir juicio, sin pretender calificarlo. ¿Se explica que gente para comer comida molecular se anote con meses de anticipación y pague cifras ofensivas cuando la función de la comida es alimentarnos sin excluir el placer pero comen verdaderas mini esculturas  decoradas o pequeños camafeos en forma de plato servido?. ¿Y las modas? Alguna vez relaté las consecuencias de ciertas gimnasias que resultaron dañinas para la salud, las articulaciones, pero que en su momento practicaron millones de personas. ¿Qué aspecto si entramos en la estética muestran ciertas estrellas o los cuerpos trabajados, musculosos, operados, deformados sus rostros con rictus  repetidos ? Donde la bella gracilidad femenina cumpliendo cánones de estética perdidos y no por causa de la nueva funcionalidad de la mujer sino por constituir esa moda un eslabón de la estupidez. Miremos algunos términos. Fast-slow-metrosexual-Drug movemen. Es un hecho curioso. La  mayoría   expresa su estupidez aferrándose a términos ingleses o anglosajones y no es precisamente, supongo porque ellos sean más estúpidos que nosotros, sino porque la terminología es parte de esa tendencia. A ningún comerciante avispado se le ocurre poner Liquidación, rebajas. Su vidriera dirá Sale. Así la estupidez tendrá un incentivo mayor. Será una moda incentivada. Leí que existe en Cataluña  un lugar   llamado   Disaster café  donde   por 40€ se puede disfrutar de un terremoto de 7ª y se sale hecho un asco enchastrado de comida. La gente se divierte y se ríe. ¿Qué pensarían las víctimas reales de un terremoto si los vieran? y  que decimos de los jóvenes que se divierten  matando gente con sus maquinitas de juego. Ejemplos y ejemplos imposibles de enumerar. Vivimos una verdadera   distopía

Voy a terminar. Reitero enumerar, clasificar, analizar consecuencias es una tarea ardua, no digo tediosa aunque los ejemplos nos abruman. Todo apunta a una gran autodestrucción. Vuelvo al final de uno de mis Ufa: tratemos, por lo menos de no tener una vida estúpida. No será fácil lograrlo.

Chau y hasta la próxima.

miércoles, 14 de octubre de 2009

250 Insomnio

tapa de adn cultura  Arte Ba 09

¿Qué hora será?. El reloj no es lo suficientemente luminoso como para averiguarlo sin encender la luz. Busco a tientas la perilla del velador. Presiono dos veces seguidas el botón. La fugacidad del destello alcanza para saber que la noche me resulta interminable. Apenas han pasado veinte minutos de la hora consultada anteriormente. Oigo un tren lejano. Pienso, el viento viene del río. Ruidos fuertes de aviones confirman mi presunción. Se mezclan ese tren, los aviones, un gato en celo, un escape libre, alguna bocina impertinente. ¿Tiros,sirenas?. Cambio de posición. Mi mujer gruñe al molestarle mis movimientos. Presto atención a los pequeños y casi imperceptibles ruidos que pueblan mi habitación. Mi respiración, la de mi esposa. Extraños crujidos de muebles. Una tos llega de otro dormitorio. Sonidos no identificables. Oscuridad y pensamiento. Abro los ojos y busco un punto luminoso que me permita establecer la diferencia con tenerlos cerrados. Entre estar despierto y dormido. Alguna claridad, más mi estado consciente marcan esa diferencia. Indudablemente no duermo. Aprieto los ojos, ensayo posiciones, mas el sueño no llega, y no entiendo porqué.

Me acosté cansado, casi rendido. Leí un rato y el libro comenzó a caérseme de las manos. Mi mujer me instó repetidas veces a apagar la luz y la radio. Se hizo tarde y al día siguiente madrugamos, como siempre. Pero esa costumbre, lectura y música obran en mí como un reflejo condicionado. Sin estos dos estímulos me resulta imposible conciliar el sueño. ¿Qué falló esta vez?. Aunque en realidad pude dormirme rápidamente, pero al cabo de  un tiempo desperté casi sobresaltado. Recobré instantáneamente la lucidez. Inexplicables reacciones produjeron el insomnio. Ensayo descansar sobre el lado derecho. Tengo el tabique desviado y se me tapa una fosa nasal. Doy una vuelta completa, tomando exactamente la misma posición pero del lado izquierdo. Aguardo un tiempo inmóvil, sin resultado. Me coloco boca abajo pero es inútil. Pienso, probaré boca arriba como si estuviera en un ataúd, con las manos entrelazadas, tieso. La idea me causa gracia. Hasta ensayo contener la respiración para darle más realismo a la simulación. Así, por supuesto no logro superar la vigilia. Abro los ojos y miro un cielo raso inexistente en la oscuridad y recorro con la mente para distraerme toda la habitación. Comienzo  por la cama de dos plazas  de roble torneado estilo rústico inglés. Sigo por las dos mesas de luz, una a cada lado del lecho, aplastando bajo sus cristales imágenes y recuerdos, sosteniendo además a los veladores de bronce. Reconozco todos los detalles del placard , sus herrajes. Imagino la lámpara colgante del techo. Recorro las paredes sobriamente empapeladas. Evoco cada uno de los cuadros colgados. Sé que finalizado el placard está la llave de la luz, luego la puerta de salida de la habitación. En la pared del frente cuadros, espejo rectangular. Apoyada una cómoda con potiches, frascos de colonia, boletas de impuestos a pagar. En la siguiente  pared un gran ventanal. El ambiente es tibio, acogedor. A pesar de mi ejercicio de memoria no logro conciliar el sueño. Sigo despierto con los ojos cerrados. Se repiten los sonidos, los ruidos, sin cadencia, sin orden. Ahora son primeros los gatos, otro automóvil, no más trenes ni aviones. ¿Nuevos tiros y sirenas?. Deduzco porque no he querido ver la hora, se acerca la madrugada. Es cuando en la ciudad predomina el silencio. Seguro la mayoría de las calles están desiertas. Ladra un perro. Los gatos siguen maullando con más fiereza peleándose por una hembra. Es la noche con su ciclo vital. De vida y de muerte. Es la hora del amor, del nacimiento y del final. Recuerdo haber leído estadísticas sobre el ritmo biológico. Se comprobó que la mayoría de los nacimientos y fallecimiento suceden de madrugada. A mi memoria llegan otras muertes que no ví pero escuché., o intuí tiempo atrás. Durante la represión. Sirenas y tiroteos, noche a noche. Eran de insomnio diferente, de terror, de dolor, indignación, ¿impotencia?. Pensarlo no me ayuda a dormir. Lucho por evadirme de los recuerdos negativos, entristecedores o agobiantes. Trato de pensar en frivolidades. Cierta modorra se apodera de mí. Duermo no sé cuantos minutos, vuelvo a despertarme. Sueños en blanco, sin sueños. Pierdo la noción del tiempo. Creo no haber pegado los ojos. Creo haber pegado los ojos. Indistintamente. Comienzo a recorrer nuevamente la habitación pero en sentido inverso. Oigo pasos en el departamento vecino, bajan suavemente la cortina. Imagino risas, ahora no son los gatos , me digo.

Estiro la mano hacia mi mujer, pero la cama está vacía. Es angosta, de una plaza. A mi lado no hay nadie, estoy solo. Enciendo la luz. El viejo y destartalado despertador marca las tres y media. Mi otomana ocupa un pequeño espacio. Desorden en una habitación de soltero pobre. Todo tirado, desordenado, desprolijo. Ni lámparas, veladores de bronce, cortinas, sillones, placard, cómoda. Sí una desvencijada silla de paja. Un oscuro ropero. En el suelo, un par de chancletas. Algunas veloces y brillantes cucarachas se dejan ver. Hace frío. No hay cuadros,sí un espejo que debe ser azogado. Mi mesita de luz es de madera ordinaria pintada de marrón, sin vidrio que aprisione imágenes y recuerdos. Una vez más, como siempre, estoy solo. He vuelto a soñar que padecía insomnio,y que intentaba dormirme con otro sueño, en otro sueño, repetido, imaginado mil veces. Todo irreal.

Todo irreal no. Oigo sirenas y tiros, y esto sí es verdadero. Parece que no acabará nunca. Noche a noche y también de día. De la empresa desaparecieron varios delegados. ¿Cuándo terminará la represión?. Suena el despertador. Son las cuatro y media, me levanto. Tengo un largo viaje para llegar a mi trabajo. Me espera una dura tarea, como todos los días. ¿Para qué?. ¿Para quién?. Sigo irremisiblemente solo y pobre. Sospecho, más estoy plenamente convencido, que no soportaré más soñar otra noche de insomnio.

Chau y hasta la próxima

lunes, 12 de octubre de 2009

Extra Nº 19 El día de la raza.

 

A.Heinrich. La luna 1935

Introducción: Aunque Celeste y otros cuentos ya es pasado y quizá más de uno de ustedes lo haya leído, me pareció para esta evocación reproducir mi relato El descubridor. Sin falsa modestia después de tantos años de publicado al volver a repasar su texto, lo encontré bello y poético. Por supuesto si lo asociamos, y así debe ser a la efemérides surgirán voces discrepantes, condenatorias y de los mas variados matices y contenidos. Objeciones hasta por el título Día de la raza, establecido por Hipólito Yrigoyen. Poniéndonos del lado de los "descubiertos", todo razonamiento desfavorable es poco, pero aquí no es mi intención ni polemizar ni tomar partido, ni lavarme las manos. Esta es una modesta evocación.

El descubridor.

Hombre extraño.

Para caracterizarlo sería necesario hacer gala de una capacidad descriptiva muy especial.

Buena condición en el manejo de la palabra y el ademán. Saber decir y saber mover las manos. Acompañar la voz con otra voz. El gesto que ayuda a completar ideas. Sentir interiormente el perfume del mar. El sabor de la aventura. La brisa proveniente de lo desconocido. Sus mismas vivencias.

Era un hombre extraño, místico, cuya forma de ser, su identidad llamaban poderosamente la atención por su magnetismo, humildad, espíritu de investigación y conquista. Parco, casi silencioso, reconcentrado. Ausente la mayor parte del tiempo. En viaje imaginario por otros mundos.

De mirada celeste verdosa o quizá castaño clara. Lejana. Interrogando al horizonte pero más allá.

Aquí en su corazón(la mano descriptiva, paloma de vuelo corto se detiene en el pecho) anidaba la convicción absoluta que él sería el descubridor.

Ahora, esa misma mano parte en vuelo levemente más largo, hacia allá. Hasta donde se extiende el brazo, y queda suspendida en el aire breve tiempo,para luego planear y meterse en el bolsillo. La paloma se transforma nuevamente en mano.

Sí, un descubridor en cuanto pudiera transponer la línea de ese, su horizonte obsesión.

En cuanto mágicamente lo venciera y lograra conquistarlo.

El daría dos pasos, y su horizonte se alejaría uno, o ninguno.

Lenta pero inexorablemente llegaría. Llegaría

Una vez allí lo fijaría con clavos de plata para que no se moviera nunca más. Para que no se alejara nunca más. Luego lo pintaría con un pincel hecho con cerdas de brisa marina y verano. Con olor a pescado y sal. Con perfume a jazmín. Con gotitas de agua suspendidas en el aire, y sonido de olas y espuma.

Lo mojaría en un recipiente de caracolas, donde se guardan los colores del arco iris.

Extendería los tonos sobre esa línea horizontal, que ya no sería más la unión de la tierra con el cielo. Entre el mar y las nubes, sino una meta de lo posible teñida de luz polarizada. Multicolor quimera real.

Soñaría con rumores que alguna vez resonaron en sus oidos. Que le hablaron de un mundo extendido más allá de su horizonte.

Llegaría al fin del universo. Vencería los abismos. A las serpientes y monstruos marinos. La quilla de su nave hendería el agua por encima de la Atlántida. Superaría lo desconocido.

Fundaría pueblos. Fuertes. Ciudades. Extendería la frontera del imperio. Conquistaría tierras.

Interrogó a las estrellas. Aprendió a leerlas. A interpretar cada uno de sus destellos. A percibir en sus orejas los cambios de la brisa. Por la forma como se le movía la melena asomada por debajo de su gorro. Por la forma como se hinchaban las velas.

Supo traducir el vuelo de las aves.

Volvería cargado de oro, de especias, de honores, de desilusión. De cadenas.

Hombre extraño, místico, soñador.

No necesitó horizontes de arco iris. Ni clavos de plata. Ni manos paloma para describirlo.

Simplemente un texto de historia.

Para dormir y descansar de su gloria e infortunio, un gran monumento funerario.

Para su meta y sueños, ambición humana.

Con ella predominando sobre los demás sentimientos partió con su nave. A escasas brazas lo siguieron otras dos.

Chau y hasta la próxima.

sábado, 10 de octubre de 2009

249 Trátame de usted.

"No la desafíes ni la desprecies, ella siempre gana"

Colgado ,oscilando en el espacio, el primero de una cordada desprendida, caída en el fondo del abismo, aguardaba con impaciencia el fin del desastre en que había terminado el intento de escalar tan importante y difícil montaña. El desafío madurado en tiempo y forma y sospesados los consabidos riesgos, componían parte de una aventura llevada a cabo y concretada hasta ese momento, impulsada por ese afán que al hombre, en particular al escalador como aquellos otros que practican deportes de alto riesgo, los lleva a poner en juego su vida, en contraste con el instinto de conservación, propio de todo animal viviente. Es casi extraño que un impulso logre imponerse sobre el otro. Pero así son las cosas y el grupo de cuatro luego de haber evaluado los pro y los contra emprendió la escalada en abierto reto a ese nuevo desafío. Pero en esta oportunidad dificultades impensadas o insuficientemente pensadas , errores sutiles, más el destino, los llevaron al desastre. Después de un par de jornadas de complicado ascenso pero más o menos favorable dentro de lo previsto, de pronto algo falló. El tiempo sufrió un brusco cambio que la meteorología no anunció justo en el momento que trepaban la pared más vertical. Pendientes en el espacio, suspendidos por clavos y cuerdas comenzaron a oscilar como péndulos humanos en temperaturas inesperadamente bajas. Piedras desprendidas caían peligrosamente. De pronto sus tres acompañantes se soltaron y cayeron al vacío. Y allí en el fondo ya estaba ella esperándolos. El, desde su posición de trágico espectador la vio acercarse a dos de los caídos en grotesca posición cual fantoches y los miró con indiferencia. Al tercero, seguro con hálitos de vida lo palmeó cariñosamente. Le susurró palabras al oído, como si se tratara de un viejo y esperado amigo celebrando así un reencuentro o el haber acudido a una cita previamente fijada. Pero ella tenía una actitud rayana con la mímesis. Pasado un tiempo que a él desde lo alto se le hizo eterno, ella abandonó alegremente el escenario. Quedó solo, suspendido en el espacio, sin esperanza, presa de la más terrible angustia, abandonando toda esperanza de recibir auxilio, sintiendo como su cuerpo y su alma se iban congelando. Ebrio de agonía esperó con impaciencia su fin. Consideró a la muerte como una bendición, la ayuda necesaria para poner fin a tanto sufrimiento físico y moral. Moriría, eso sí en su ley, luego de haber arriesgado tantas veces una preciosa vida. Allí estaba intentando pensar, por momentos casi sin aliento, y aquella, la misma que había visto rondando y acompañando a sus desgraciados camaradas de aventura, se le presentaba a su lado, etérea, suspendida en el aire, inmune a los vientos, al frío, a los desprendimientos de roca y nieve. Nada parecía conmoverla. Ella le habló al oído. Le dijo palabras balsámicas referidas a su breve e inminente futuro. Le aguardaba un feliz y lógico desenlace que terminaría con tanto penar. Pero lo hizo con un tono burlón, palmeándolo confianzudamente, explicándole con sarcasmo y excesiva confianza el porqué de su presencia allí. Pasó a usar términos agresivos en un tuteo irrespetuoso, teniendo en cuenta el momento en que se desarrollaba el diálogo..El,en casi inocente e incontrolada reacción le respondió intentando poner límites formales a tanta casi grosera verborragia. Ella se alejó, lo dejó librado a su suerte. Creció su tortura, se lentificó su marcha desgarradora hacia un fin que ahora anhelaba se produjera con toda urgencia. Imploraba por el fin de un sufrimiento que tardaba en llegar. Pero ella se había ofendido vengándose en alargue innecesario de torturas y padecimientos.

Todo porque él, en reacción incontrolada alcanzó a murmurarle a un oído sin carne, a vislumbrar una mirada sin ojos, a percibir una sonrisa sardónica,estereotipada, alcanzó, repito a murmurarle "trátame de usted".

Chau y hasta la próxima.

miércoles, 7 de octubre de 2009

248 Sobre brujas embrujadas. "Nuestras heroicas mujeres"

goya_aquelarre F.de Goya, Aquelarre.

La historia de las brujas es muy rica. La civilización, cultura, religiones, las crearon, cultivaron, persiguiéndolas según creencias, circunstancias, mitologías. Ellas, aunque los hubo brujos, fueron las mujeres siempre las principales protagonistas y blanco de una misoginia perdurable. Asociadas al diablo, a la herejía, fueron torturadas y quemadas sin la menor piedad en nombre de piadosas religiones y principios Para nosotros descendientes de la cultura occidental memorizamos, antes y después de la aparición de la Santa Inquisición a las brujas en forma, representación, figura como parte de una mitología, una tradición, y también creencias . Lo importante es que al adjudicarles esa identidad, poderes, las utilizamos como representativas de cierto tipo de actividades. En novelas, películas, ficción, magia. Es cierto que este tipo de uso es casi ingenuo o benigno a pesar de ciertas figuras terroríficas. Verdad también que al evocar los aquelarres puede aparecer un tinte antisemita  aunque se lo barnice o enmascare. Cuando al aquelarre se lo asocia con el Shabat se manifiesta un trasfondo intencional. En una clasificación primaria se colocó a las brujas desempeñándose dentro del ámbito rural y a las hechiceras en el urbano. Además de su poder y habilidad para causar daño por su adjudicada relación con el diablo fueron cazadas, torturadas y quemadas principalmente entre los años 1450 y 1750 por las distintas variables  cristianas y con dos acusaciones fundamentales: la idolatría y la herejía. Esta como una desviación de la ortodoxia imperante.

De toda esta pequeña introducción surge una pregunta ¿para qué la hice?. No pretendo ni tengo con qué hacer alarde de conocimientos al respecto ni me remonté a la mitología griega evocando a las célebres y destacadas Circe y Medea. Quiero sí , luego de esta breve introducción referirme a un pasado reciente, muy nuestro. Hablo de nuestras pobres brujas.Y permítaseme no ser peyorativo. Las evoco con todo dolor y respeto. Me refiero a aquellas que las castigaron por considerarlas embrujadas por ideas e ideales. Las que cometieron supuestas herejías, pecados de idolatría, desviación de conductas. El no haberse alineado  suficientemente con la cultura occidental y cristiana imperantes en ese momento.. Siempre el dogma, siempre la intolerancia, justificantes de la represión. Ignoro qué porcentaje de ellas, de nuestras pobrecitas brujas formaron la cifra aproximada, su proporción  dentro de los desaparecidos por la dictadura.. Y me refiero exclusivamente  a ellas y no a las otras pobres mujeres víctimas de la desigualdad social, la explotación y demás formas y caras de la tragedia humana. Fueron perseguidas, cazadas, torturadas, asesinadas. La mayoría "desaparecidas".. Las trágicas anécdotas de la época hablaban de familiares persiguiendo el humo que salía de las chimeneas del crematorio de Chacarita arrojando flores  en homenaje doloroso, trágico a sus NN que podría estar incinerándose allí. Rostros espantosos de una época siniestra. A ellas se las sometió a todo tipo de vejaciones. Se las violó, se les arrebató a los hijos. Es descripción conocida de lo sucedido para aquellos militantes y defensores de los derechos humanos. Basta la lectura  de los juicios para comprobar la evidencia de la barbarie. Su indescriptible calvario., y aquí no caben las metáforas ni los justificativos, a veces esgrimidos por los ignorantes o los cómplices. Nuestras NN, nuestras brujas embrujadas según sus represores. Tan inocentes como las del pasado, las de la edad antigua, o media, o moderna. Las de un ayer casi hoy. Aquí nomás, bien cerquita, en un revivido Salem.

Para nuestras pobres brujas este modesto y destartalado Ufa. Puede lo encuentres discutible, en opuesto lugar al tuyo. Pero es lo que pienso y siento y para eso lo hago..Me detengo, ya no considero necesario seguir.

Chau y hasta la próxima

sábado, 3 de octubre de 2009

247 Historias para un renglón.

Sobre la vida y la muerte

Nacimos: estamos-somos-morimos

Morimos: nos vamos

La muerte: está siempre pero no hasta la eternidad, o si.

Nació con la vida.

Morirá cuando la vida desaparezca.

O ni la una ni la otra.

No puede presumir de tanto poder.

Victoria a lo Pirro.

Vencerá sobre la vida.

Firmará su propia sentencia de muerte.

Si logra su eternidad la vida también.

Ambas se necesitan.

La vida podría ser eterna, la muerte no 

Otras:

Hansel, su historia detrás de una puerta. Gretel, su historia detrás de una puerta.

Abrilas.

No sé lo que no sé.

Te recuerdo perfectamente.

Te olvidé totalmente.

Quien eras.

Como eras.

Cuando te conocí.

Cuando te dejé.

Cuando te olvidé.

Como ves te recuerdo y olvidé perfectamente.

Otros: sueño con los ojos cerrados.

Sueño con los ojos abiertos.

Sueño.

Te digo la verdad; es mentira.

Garabatear:

Sobre esta línea garabateo mis pensamientos.

A estos pensamientos los deposito sobre una línea.

Pienso sobre mis garabateos

Se abrió una puerta de garabateos que no atino a cerrar.

Intento un desvío pero ellos se obstinan.

No puedo dejar la lapicera.

Intuyo garabatearé incontrolables desatinos.

No quiero garabatear mis vergüenzas.

Tampoco mis intimidades.

Ni mis secretos

Ni mis intenciones.

¿Dejaría una rendija para mis méritos?. En este momento no los encuentro

Me temo  un saldo negativo.

Sí, me convencí, es negativo.

Le pongo fin.

Arrojo la lapicera lejos.

Escritor de un renglón cada tanto. Muy poco. Insignificante.

Chau y hasta la próxima.