"Mi ambición y mi consuelo ha sido entender la vida" Susan Sontag
Para nuestra visión occidental, formación y cultura asociamos la palabra a recuerdos que nos trae la historia, rescatada muchas veces de una base escolar y secundaria donde nos fuimos asomando a la trayectoria de un pueblo reconocido en los textos como grandes comerciantes del Mediterráneo, navegantes, inventores del vidrio. Legaron al mundo antiguo la escritura alfabética. Semitas cananeos que los griegos llamaron fenicios. Sin ahondar se nos fueron yendo los recuerdos reemplazados por otros datos más importantes de pueblos más poderosos. Superada en mi época del 1º año del secundario, hablo de 1941 cuando recorrimos la prehistoria, los asirios y caldeos, los egipcios, etc, en el desfile de civilizaciones, imperios, poderes, creencias religiosas, en toda esa mezcla asomaban en cierto momento los fenicios. Me hubiera resultado sencillo consultar una enciclopedia, un libro o internet. Pero presentí, quizá en error, que se me resquebrajaba la magia si no utilizaba mi memoria,reflejaba mi impresión, sensación producida por un hechizo al leer "soy fenicia",aunque cometiera errores en las referencias,dándole prioridad a una percepción nacida de cierta sensibilidad interior. La racionalidad emandada de la exactitud histórica y cronológica,insisto me sugiere que esa mínima conmoción se hubiera agrietado o quebrado,desvirtuándose totalmente. Me pareció mejor así, como si al leer esa declaración de dos palabras me significara encontrar a alguien que dijera soy etrusca. Un pueblo archivado, seguro por mi ignorancia, por la ausencia de convivir in situ con ellos, me produjo además una extraña sensación de sorpresa.¿Cómo fenicia?. Y así apareció esta cabalgata de variantes recuerdos, de seguro con inexactitudes, deformadores de una verdad, para este caso sin importancia.
Hace un tiempo leí de Edgardo Cozarinsky una crónica sobre un viaje que realizó al Líbano. Bellas descripciones, enigmáticos lugares, sólidos vínculos entre argentinos y libaneses, que aquí tanta presencia e influencia han ejercido y ejercen dentro de un pueblo como el nuestro tan multiétnico. Y en diálogo sostenido con una muchacha ella le confiesa "como muchos libaneses no soy árabe, soy fenicia"
Soy fenicia me produjo de pronto una rara especie de curiosidad interior. Me llamó a reflexionar. Me llamó a pensar en voz alta para trasmitirte mi sensación aquí en Ufa. Dirás con razón qué me importan tus sensaciones y menos por dos palabras hasta intrascendentes, o de escaso o ningún significado importante. Cierto, totalmente de acuerdo, pero mis blogs son algunas veces la expresión de mi sensibilidad. Si lo logro eso ya es otra cuestión.
Chau y hasta la próxima.
2 comentarios:
HOLA ME ENCANTO TU FRASE, YO TMB SOY LIBANES, A VER SI PODEMOS PLATICAR LUEGO, TIENES UNA VISION AGUDA DE LA VIDA.
HOLA ME ENCANTO TU FRASE, YO TMB SOY LIBANES, A VER SI PODEMOS PLATICAR LUEGO, TIENES UNA VISION AGUDA DE LA VIDA.
Publicar un comentario