"El destino implacable nos lleva a jugar un papel inesperado"
Se le fueron cubriendo de una suciedad que solo el tiempo, el obstinado abandono,el arrepentimiento, podían esculpir. Porque el resultado semejaba a una más que desagradable obra de arte. La costra, a su vez comenzó a ejercer su efecto deletéreo. Las uñas les conferían el aspecto de garras. Manos que no volvieron a ejercer su función, a expresar una caricia. Luego todo comenzó a corromperse, a caerse a pedazos, como si esas manos semejantes a piedras hubieran recibido un fuerte golpe que las resquebrajara, desprendiéndose en trozos. Y así hasta que quedaron dos muñones. Las manos desaparecieron del todo. Su dueño con horror y resignación vió culminada su voluntad, su decisión el resultado de su culpa. Le había preguntado a Jesucristo ¿cual es la esencia de la verdad? mas no esperó la respuesta. Sumido en la ignorancia , el desconocimiento o el desinterés.
Pobre Pilatos, arrepentido juró no lavarse las manos nunca más .
Chau y hasta la próxima
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