“Aunque me convierta en un árbol seco, vivo porque todavía tengo la flor del corazón" Párrafo de El sonido de la montaña de Y. Kawabata.
Ignoro poder dar una explicación coherente sobre el porqué siempre asocié aún en mi juventud al invierno con la vejez. Posiblemente se deba a que represente el fin de la expresión que la naturaleza le da a la vida o la imagen avejentada con árboles deshojados, animales inactivos, los paisajes desolados.¿acaso un anciano físicamente no parece formar parte de él?.Todo se transforma en inhóspito, agresivo, difícil de sobrellevar, en especial a los pobres. El mundo está plagado de miseria, hambre, sufrimientos. Dije alguna vez en un UFA extra Nº 25 del 21 de junio del 2010.Lo repito y lo seguiré repitiendo quizá en un inútil ruego destinado,no a los despiadados humanos a quienes les caben tantas culpas sino a la naturaleza, la estación seguro es más sensible para aquellos que son parte de sus frutos.
Oración: Invierno, estación durísima para los desposeídos, los pobres, los niños de la calle, los peoncitos del campo, los de los basurales, los recluídos, los de la guerra, los abusados, los drogados, los niños, los niños, los niños.
Invierno, ya que la humanidad es tan cruel, tan injusta para los pajaritos robados, apiádate de ellos.
Chau y hasta la próxima
No hay comentarios:
Publicar un comentario