Ella ha llegado con su perfume, su aire, su encanto. Una expresión de vida que renace, explota en el ambiente. Se repite inexorablemente. Es una fuerza misteriosa, una voz, un susurro interior. Recuerdo aquellos día juveniles donde su influjo llegaba a pleno. No en vano se la bautizó como el día del estudiante. Trasmitía un impulso de vivir,de gozar en sensaciones inolvidables, irreprimibles, en atmósfera cargada de hormonas. Pero también nos sorprendía en plena época de estudio fuerte, se acercaban exámenes o pruebas, como si el conocimiento adquirido o a adquirir nos conminara a estar apresados en obligaciones excluyentes entre lo espiritual y lo animal.
Cuando organizábamos los festejos-excursiones-picnic. En ellos participábamos según la edad y el curso desde interminables partidos de fútbol o ya más grandes en encuentros mixtos con bailes incluidos. En una oportunidad cuando me dirigía a tomar un tren para encontrarme con los compañeros del secundario pensé, quien será,donde estará , que hará la chica que un día será mía. Esa idea persistió hasta que ella apareció. Está a mi lado desde 1955 aunque nos vimos algunos años antes. Estamos juntos, se me antoja desde siempre y no puedo concebir mi existencia si ella, mi chica de 82 años.¡Qué maravilla!. Escribo estas líneas y una emoción interior se sigue apoderando de mí. Su roce aún me produce escalofríos. Su voz me embriaga, deleita, me enternece. Ella siempre tiene un gesto oportuno. Se reinventa y me sorprende. Sigo profundamente enamorado de Julia.
Ahora, ya lo conté en otro UFA nº 420 de junio 1º 2011 llamado El árbol o una hermosa tarde otoñal del mes de abril, que logré redescubrir desde una ventana al árbol de nísperos con brotes nuevos, paisaje matizado, diferenciado de aquel de otoño que describí en esa cita. Otro sol más intenso, llegarán los pájaros a picotear los frutos camino de su maduración. Tibieza en el balcón. Revalorización de aquello que la vida me ofrece y me permite disfrutar, consciente de mis limitaciones físicas, tan acotadas. Pero no me importa porque he intentado, lo sigo haciendo aceptar con alegría todo aquello que aún me es permitido y me es posible. Y por todas las cosas,porque ha llegado la primavera, no sé si lograré ver otra y en que condiciones y circunstancia, pero esta, la de ahora, esplendorosa porque a mi lado, mi chica es mi primavera.
Chau y hasta la próxima.
Perdoná si en lugar de hablar de la estación lo hice de ella y de mí.
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