Curioso porque lo es dejarse dominar por la ansiedad con el fin de llegar a la meta prefijada.Sí, porque sabiendo que se dispone de escaso tiempo para consumir,de horizonte cercano,uno igual pretende que los días pasen para llegar a determinada fecha, aquella que por H o por B suponemos nos producirá placer, alegría o sencillamente ver el objetivo realizado o cumplido.Mas, en ese llamémoslo desperdicio, nos resulta indiferente como si tuviéramos a nuestra disposición tiempo infinito,cuando lo que hacemos es sin querer, quedarnos sin él.Pregunta ¿cuantos años, meses , días nos restan?.A pesar de cualquiera de las respuestas que correspondan nuestro suicida anhelo nos lleva a pretender quemar etapas.Serán incineradas en el fuego de la impaciencia, por más legítima que esta sea..Quizás lo más sensato sería dejar transcurrir el tiempo tal como el sabe hacerlo,a su ritmo.Tenerlo incorporado a la conciencia -inconciente(oximoron justificado).Darnos por satisfechos con meta lograda solo si la vida se prolonga valoraremos, añoraremos lo ocurrido con un agregado fatal.Dejaremos atrás un tiempo irrecuperable por querer aceleralo.
Moraleja:ponele la que te guste o ninguna.
Hoy me voy pero te amenazo con volver.
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