Nº 911. En sus dos manos.

En un puño cerrado tenía atrapado el día. En el otro la noche.Plena conciencia de lo que atesoraba en sus dos manos.Plena conciencia del enorme poder que le había sido otorgado sin saber por  quien.Poder de absoluta significación personal.En una los días que le tocaría vivir.En la otra todo el misterio de la oscuridad.En las dos su existencia.

Meditó largamente cual abriría primero o si lo haría en simultaneidad..Sus vacilaciones altamente justificadas.Tomó la decisión.Liberaría los días.A ellos con su sol, su vida, su destino.Confiaba le sería propicio y si no apelaría a su personalidad.Con esa fe en sí mismo hizo su religión.Sobrellevaría cualquier avatar. Luego liberaría la noche.A ella la calificaba de  misteriosa, de contenido indescifrable.Con el día unidos, todas sus jornadas para transitar, en número desconocido, incalculable.

Pensó y con razón que el día luminoso tendría un límite.La noche en un momento dado en lugar de repetirse se transformaría en eterna, y sus manos perderían todo valor.