Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 27 de noviembre de 2010

366 Héctor P. Agosti.

 

agosti-bibliografia

Continúo con mi etiqueta Ahora las personas, evocando a un gran ensayista y pensador a quien tuve la oportunidad de conocer  en un Congreso Argentino de la Cultura junto con otros intelectuales de la izquierda argentina de la talla de Gregorio Araoz Alfaro, Julio Peluffo, Emilio Troise, Jorge Thenon entre otros. Muy buen orador, preciso en la palabra y la escritura, profundo en el pensamiento impresionaba por su brillante inteligencia. Hoy merecida figura de culto para muchos ex compañeros de ruta y para otros que no lo fueron, los primeros, sobrevivientes de una época en que el Partido Comunista Argentino había desplazado al Partido Socialista en la captación de una izquierda deslumbrada por la existencia de la URSS, por el avance del campo socialista, por el papel heroico jugado por ese país en la derrota del nazismo. Lo mejor y más granado del arte, el pensamiento se acercaba, simpatizaba o militaba dentro del partido comunista. No sucedía este fenómeno por la relevancia política del partido en sí, sino porque el mundo de post-guerra crecía aceleradamente, avanzaba  en forma significativa en dirección al socialismo en aquellos países no comunistas.Como se decía en aquella época iba cambiando la relación de fuerzas. El triunfo de la revolución china reforzó más aún esa tendencia y otro tanto produjo Cuba y el advenimiento de Salvador Allende en Chile por la vía electoral y democrática, daban la sensación y hasta la certeza que el mundo se encaminaba inexorablemente  a un cambio revolucionario, soñado por la humanidad desde la revolución industrial. Se cumpliría así la utopía descripta con tanta lucidez por Gramsci al señalar al proletariado industrial como el nuevo príncipe, en sustitución del creado por Maquiavelo como modelo de poder. Fué Agosti un gran ensayista, un estudioso del mencionado Gramsci , privilegiado discípulo de Aníbal Ponce. Des sus obras destacadas, Tántalo recobrado(1964) ocupó uno de los primeros lugares en la valoración de su nutrida obra. No voy a enumerar aquí toda su labor creativa, su trayectoria como persona, militante ,sino aludir a escasos datos propios ya que el resto, junto con premios obtenidos pueden ser consultados en las fuentes adecuadas.Sí tuve el raro privilegio de leer en su versión original, tipeada a máquina por él mismo lo que luego se titularía Los infortunios de la realidad que es su correspondencia con el escritor uruguayo Enrique Amorim, autor entre otras obras de El paisano Aguilar. De su final y desgarradas reflexiones más de un dirigente de la causa por la que empeñó su vida, se sentiría aludido y remordido en su conciencia por no haberlo protegido suficientemente para su producción intelectual, imponiéndole , más allá de posibles desatinos de la línea partidaria que interpreto aceptaba y se hacía portavoz, de tareas impropias de su condición cultural en pérdidas de tiempo y energías que la vida cobra y no recupera. No juzgo ni soy quien para juzgar esos aspectos de su existencia..
Agosti fué periodista del diario Crítica de Natalio Botana. A su cargo una sección llamada Alma torera. No sé porqué sus biógrafos y seguidores ignoran o soslayan esa época tan apasionante de un diario que jugó un papel protagónico  en la formación y deformación de la opinión pública.De esa su tarea cenando en una cantina de la Boca me contó un par de anécdotas que hoy reproduzco apelando a mi memoria, que de no ser exacta, es como la conservo.
Llega un velero español al puerto de Buenos Aires. La 4º edición de Crítica  describe la majestuosa forma de su entrada a vela desplegada. La 4º de la Razón informa  que la nave no pudo entrar a puerto por haber encallado. Natalio Botana llama al redactor y con los dos ejemplares sobre el escritorio le pide una explicación. El cronista que escribió la nota sentado en un café de la Av de Mayo responde con ingenio:  Me pasa por escribir sobre un barco con nombre de marica. El barco se llamaba Juanillo.
El crítico de teatro del diario acostumbrado a cenar en un restaurante también de la misma avenida e irse sin pagar.  Una noche el dueño, cansado le pasó la cuenta que pagó con ira y amenazas. El pobre dueño, tomando en serio esas palabras se lo fué a ver a Botana y le advirtió de lo sucedido y de sus temores. Al tiempo se concretaron. Los hermanos Ratti representaban una obra con gran éxito llamada La virgencita de madera. Una noche, uno de ellos se enfermó y la función fué suspendida. La vendetta. Aparece en la crónica teatral la noticia que uno de los actores se había enfermado luego de comer en el restaurante de marras.
Hoy, como conté Agosti goza de una merecida veneración y se creó la asociación Agosti que difunde no solo su obra sino que desarrolla una enorme tarea junto con el pensamiento progresista y de avanzada. quien quiera saber de esta asociación su dirección por internet es   hectorpagosti@hotmail.com    o  hectorpagosti@rec.com.ar
Mi respetuosa admiración a todos ellos- Termino contando que sobre mi escritorio tengo un bello cenicero de cristal de Murano regalo de Rodolfo Ghioldi  para Agosti.


Chau y hasta la próxima

miércoles, 24 de noviembre de 2010

365 Salamanca.

excomunion

En forma inesperada me encontré con la palabra excomunión. Palabra temida por aquellos creyentes y profesantes. Arma intimidatoria utilizada siempre cual espada de Damocles. Castigo para toda oveja salida del rebaño. Instrumento imprescindible del poder sobre la vida temporal.
Me la encontré  en forma inesperada en una tienda de suvenires y más tarde en la de la universidad.Claro que no fué en cualquier parte. Te preguntarás, ¿acaso en el Vaticano?. No como deducirás por lógica y encabezamiento en la ciudad de Salamanca y en cartulinas de distinto tamaño como las que ilustra el UFA.
Visitamos esa ciudad llena de expectativas culturales. Entramos en uno de esos faros culturales  del pasado con categórica presencia en el presente. Prestigio acumulado no desmentido por la realidad. La ciudad en sí nos atrapó. Coincidió nuestra llegada con una exposición itinerante y renovada en España llamada “Las edades del hombre” funcionando dentro de las dos catedrales, la vieja y la nueva. Deslumbrados además por la arquitectura, sus sitios emblemáticos. Sus altos jardines terrazas, el río Tormes, con puente romano incluido. Su drama de Calixto y  Melibea o La Celestina , la casa de Las Conchas, la plaza, me atrevería a afirmar la más hermosa del país, y sobre todo la universidad con su legendario edificio, y no sigo enumerando  bellezas arquitectónicas e históricas.  En su frente sus símbolos, la calavera y la rana. La calavera tallada en piedra con una rana encima. Los estudiantes que no la encuentran no aprueban el curso. "Ranita, tráeme suerte para el examen de mañana", invocan. Adentrarse en la universidad en sus aulas presentes y pasadas es una experiencia muy especial. En particular en esas aulas antiguas con asientos de madera hechos como de viga rústica, imaginárselas heladas con precaria iluminación y resonando aquella frase histórica de Fray Luis de León, "Decíamos ayer" o revivir la polémica entre Unamuno y el general Millán-Astray, que al escucharlo le gritó ¡ viva la muerte! y el respondió "venceréis pero no convenceréis"
Atrapados en ese clima que se adentró en nuestra sensibilidad salimos de allí flotando, como en un limbo. En la corta pero intensa visita nuestro espíritu había sido conquistado ,creció nuestro respeto ante tanta sabiduría. Admiración por lo visto y lo imaginado al abrirse precariamente la ventana de nuestra ignorancia. Patios cubiertos de placas en constancia del paso de próceres estudiantes como el de nuestro Manuel Belgrano, entre otros.Y esa excomunión pendiente y latente mostrando al mismo tiempo el enorme valor adjudicado al libro o cualquier documento para y del saber. Esa resolución debe ser leída y valorizada en toda su magnitud. Ella no se funda en lo común en materia religiosa definida como expulsión permanente o temporal de una confesión religiosa y al excomulgado en especial lo excluye de la eucaristía. Piénsese bien , todo ese castigo por un libro, pergamino o papel. De una sabiduría apabullante. No menos se podía esperar de la Universidad de Salamanca.


Chau y hasta la próxima.


Nota. Una cartulina similar a la de la ilustración en tamaño grande está en la biblioteca del barrio de Belgrano en la calle La Pampa. La doné con motivo de su reapertura lograda por nuestra acción vecinal.

sábado, 20 de noviembre de 2010

364 Dios.

 IIlustración Juanca Gargiulo

Fué algo imperceptible, pero al mismo tiempo lógico , natural. Acariciaba esa mano en cualquier momento. Pasaba sus dedos entre esos dedos rígidos, a veces fríos, a veces tibios que apuntaban al cielo. Mano figura; mano compañera; mano amiga. Presencia de amor en medio de tanta soledad. Fruto de su talentosa creación. Ultimo parto.
Con laboriosa paciencia armó la estructura de alambre. Esqueleto metálico, silueta fantasmal de nervaduras rígidas y espiraladas, fijas en una base de madera, a la espera de la arcilla -carne. Barro- Adán para formar una parte, síntesis de un todo.
Plasmó esa mano con su ser. Volcó en ella su alma. Horas, días,vida, empeñadas es esa creación. Atrás, en el pasado, horas, días, vida para la supervivencia y el aprendizaje.
Por momentos mejor olvidar. Por momentos mejor no recordar. Por momentos todo lo contrario. No olvidar. Recordar...
Esfuerzos, soledad, lágrimas, creación. Quizá nunca tuvo conciencia de su privilegio. Seguramente sí, siempre tuvo conciencia de sus sufrimientos. Atesoró la llama inextinguible de su talento. La protegió de todas las tormentas con trabajo y dolor. Casi sin darse cuenta. Creó, creó lo inimaginable para llegar a esa mano símbolo. Por fin no más soledad.
De sus dedos hábiles nacieron esos otros dedos viriles, delicados, fuertes, frágiles, sólidos, etéreos. Mano de concertista; de obrero;de poeta; de hombre. Abierta como un abanico sin tela. Y en su palma, donde se dibujan las líneas de la vida y de la muerte, del amor y la fortuna, colocó un ojo. Grande. De mirar profundo, intenso, único. Severo, tierno. Cargado de amor. Ya no más regresar a casa sin encontrar a nadie. Adiós a los monólogos interiores al vacío. Final de un presente sin caricias. Las horas del empleo eternas. Las ansias de regresar, de tocar con sus manos, su mano,cada vez más urgentes, Y sondeaba en la profundidad de esa pupila todas sus incógnitas.
Comenzó a recibir respuestas. Con su tacto recorrió esas formas conocidas hasta el cansancio y el infinito. El roce con la superficie, cada vez más suave, La arcilla cada vez más piel.
Fué algo imperceptible, pero al mismo tiempo lógico y natural. Sus yemas notaron desniveles en las puntas de esos dedos abiertos al cielo. Las uñas más largas. La mano adquirió tibieza, circulación.
Comprendió el mensaje. Sintió su alma plena de misticismo. De rebosante felicidad.
Se sentó en el suelo, frente a esa, su mano altar. Con los pies recogidos, los brazos cruzados sobre el pecho, la cara dirigida hacia el cielo raso. Y allí se quedó. Inmóvil, inmóvil, mientras el ojo la miraba, la miraba, la miraba.


Chau y hasta la próxima.

NOTA: dedico esta entrada  a mi prima y artista Zulema Aschero, inspiradora de este cuento . Me he enterado que hace un cierto tiempo ha muerto.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

363 ¿Acaso hablo en chino?.

 

año 2000 autor Shahzia Skinander. Rev ADN

“Si hubiéramos estado en Babel, seguro nos habríamos entendido".

Me parece que no hay forma que me entiendas. Nada de todo lo dicho hasta ahora parece haberte llegado. Nada de todo lo pedido te ha hecho mella. No has cedido en nada y eso que tenés fama de rápido. Te atribuyen una capacidad de resolución asombrosa, rayana en el milagro. Conmigo no ha funcionado. Hasta te lo dije más de una vez y por escrito en cartitas casi infantiles, sintéticas y concretas. Vos, por lo menos conmigo hacés gala de una sordera total, incomprensible. Siempre ponés la misma cara cuando te hablo. No me mirás nunca a los ojos. Los tuyos los ponés casi en blanco dirigidos hacia arriba. Juntás las manos y así te quedás, inmóvil. Yo ya no sé que idioma usar. Y no es que te plantee cosas extraordinarias  sino simples y elementales, las de cualquier persona modesta, sin grandes pretensiones. Pero vos inmutable, parecés hecho de plástico. Me sumerjo en un mar de dudas. Aunque no te lo diga supongo adivinarás que por momentos llego a maldecirte, a despreciarte. Pierdo en mi ira y en tu evidente silencio mi fe en vos. No tolero verte. Con esa aureola dorada de  plástico que te implantaron en la cabeza. Santidad ridícula, casi de muñequito de torta. En tu caso deberías estar concentrado en mis ruegos, mis súplicas, mi unción, mi fe. Pero nada, nunca el menor consuelo. Sé que no hablás sino a través de tu silencio pleno de milagros, los que te pedimos tus fieles. Y aunque hasta ahora no hayas dado evidencias de entenderme, te lo digo con todas las letras. He decidido reemplazarte. Te sacaré de ese altar casero que tengo en el comedor, nada de estampitas, velas y ofrendas. Te donaré a alguna parroquia, club de barrio u organización religiosa. Compraré uno nuevo y me aseguraré ahora que lo fabrican todo, que invadieron al mundo con su producción que estés hecho en  China. Que en algún lugar de tu túnica diga Made in China o hecho en China. Seguro puede ser que me entiendas y no necesitaré decirte¿acaso hablo en chino?.


Chau y hasta la próxima.

Nota: dedico este Divertimentario mi hijo Juan Carlos y a Cristina quienes el viernes 19 se casarán. Ellos sí han sabido y saben  usar el leguaje del amor.

sábado, 13 de noviembre de 2010

362. Doce.

 

paradox

Un cubo perfecto. Encerrado en una monótona geometría de piedra áspera, gris, fría. Oscuro la mayor parte del tiempo. Suavemente iluminado en muy cortos períodos por rayos de sol indirectos, filtrados a través del horror.

Los cambios entre claridad y penumbra, una forma de medir la vida. Como algo lejano, ayer. Un mundo amplio, de cielo brillante, casas hermosas, palacios, verdes campiñas. Días de tormenta. Juventud. Libertad. Corretear por las callejuelas. Aplacar la sed en una fuente. Dormir a la sombra de los árboles. Respirar un aire vegetal. Amar revolcado entre las flores, al son del canto de las cigarras.

Ahora piedra, en el techo, en el piso.

Cuatro paredes, un camastro y un recipiente inmundo para las necesidades. Techo y piso soldados a los muros. En frente, una puerta pesada, muy pesada, increíblemente gruesa, de hierro. Y un ventanuco a la altura del pecho y la cabeza, cruzado por inconmovibles barrotes verticales. Y esa distancia exacta.

Pararse. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Media vuelta. Siete, ocho, nueve, diez, once, doce. Sentarse.

Una prueba de derecha a izquierda. Otra de izquierda a derecha. Pared. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Pared. Girar, siete, ocho , nueve, diez, once, doce. Pared.

Sentado, ejecuta con la imaginación por el techo el mismo recorrido, como un hombre mosca. Uno, dos , tres, cuatro, cinco , seis. Retorno, siete, ocho, nueve, diez, once, doce.

Ensayo por cada uno de los laterales. Igual resultado. Siempre en total doce pasos, justos. Para volver al punto de partida y recomenzar. Ni trece ni once. Doce.

Lo intenta por las diagonales. Una extraña fuerza lo detiene en el sexto. Ni uno más. Desecha contar las piedras. Sobrepasan lógicamente el número doce. Sospecha no hallar un múltiplo. ¿Porqué se abraza a esa cifra?. Desde que se encontró tirado en ese inmundo camastro, cuando recuperó el conocimiento decidió utilizar un símbolo y aferrarse a él. Con esperanza. Atribuirle un significado. Usarlo como una causa. Condicionarse.

Solamente prestó atención a los momentos que las doce campanadas de la torre dividiían el día del siguiente. Oscuridad y luz vislumbrada. Para contabilizar su calvario. El resto de las horas le llegaban como con sordina. Indiferentemente.

Uno, dos , tres, cuatro, cinco, seis. Hasta el ventanuco. Siete, ocho, nueve, diez, once, doce. Hasta el camastro, morosamente. Donde lo esperaba lujuriosa una imaginaria mujer desnuda, sin rostro. O con el rostro de aquella que había amado sobre la hierba, entre las flores, al son del canto de las cigarras... Con los anónimos y firmes pechos palpados en la oscuridad de la callejuela. Con el perfume y el sexo de todas. La misma tibieza. Excitado, aunque aún le dolían los testículos de los golpes recibidos. Y las articulaciones. Su pobre cuerpo torturado, admitiendo una inocente culpabilidad. Doce debía ser la clave para recuperar la ansiada libertad. Para salir de allí. No quería perder la cuenta de las jornadas en que dividía su encierro. ¿Un día?.¿Un año?. ¿Más?. Fracasó.

Otra vez mover las piernas, a recorrer ese trecho, esos seis primeros pasos hasta la ventana, para grabar en ella, en sus piedras, con la paciencia de un preso eterno esas palabras significativas,símbolo de su liberación. Como otros anteriores infelices, en anterior período sin tiempo, cuando dejaron la huella de su calvario. Figuras obscenas o religiosas hechas con urgencia y perennidad. Como si cada carcelero conociera exactamente cual era el momento límite entre la cordura y la locura, entre la razón y el desvarío de cada preso. Para entregarle el inofensivo instrumento que le permitiera no morir anónimamente, desconocido. La única y premeditada gracia, para que el siguiente supiera que disponía de todo el tiempo. Que aceptara resignadamente. De allí nadie saldría con vida.

Ese cubo trágico albergó almas sufrientes, condenadas. Cuerpos destrozados por el tormento. Sus paredes quedaron impregnadas de espantosa humanidad. Huelen a ella.

Sí, con paciencia infinita grabó las doce letras de la evasión, de su esperanza. Se negó a sí mismo.

Me detuve largo tiempo frente a esa celda. Examiné sus rejas, palpé sus piedras, empujé la puerta abierta, me metí en ella. Miré con reflexivo detenimiento el marco del ventanuco cubierto de grabados. ¡Hermano hombre!.¡Sé que has estado aquí!. He admirado el palacio, deslumbrado por su arquitectura, lujo y belleza. Impresionado por su historia. Traspuse su entrada cargado de sol. Llevando aún impresas las imágenes de la plaza, el verde esmeralda de los canales, el dorado que remata las columnas de la catedral. El cielo, las barcas.Maravillado con sus obras de arte, me deslumbró su lujo y refinamiento. Odié con horror sus mazmorras y los siniestros sótanos. Ver el lugar oprime el alma. Uno cree identificarse con el espanto. Imaginarlo. Pero debe ser imposible lograrlo. Es como querer idear el infierno. Unicamente quien lo ha padeció, lo ha muerto lo sabe. Allí en pequeños trozos de piedra pulida sus desventuradas huellas. Esas mágicas y terribles palabras. Magnéticas.

Volví sobre mis pasos por el corredor estrecho buscando la salida. Exactamente doce hasta la escalera húmeda. Doce para ver la luz del día, plena , primaveral. ¿Habría contado el infeliz el número al bajar para llegar a su celda?. Seguro no. Probablemente después del tormento lo arrastrarían inconciente, lo arrojarían sobre el camastro para morir. Para vivir. Seis dolorosos pasos para recibir la inmunda comida. Seis para sentarse y comerla.Seis para hacer sus necesidades, y otros seis para dejar el recipiente junto a la abertura inferior de la puerta. donde pasaría indistintamente en un ir y venir escudilla, agua, mendrugos y sanguinolentas deyecciones..

¿De dónde saqué este número doce?. ¿De dónde saqué esta historia?. La fuí imaginando al leer su mensaje en la piedra.

Un cubo perfecto. Estoy encerrado en esa monótona geometría decorada con los últimos diseños de la arquitectura moderna. Son más pero cuento doce los pasos entre el archivo y el escritorio. A la ventana para mirar el río desde el piso doce.Cuando camino imaginariamente como un hombre  mosca. O las veces que me distraigo garabateando dibujos o palabras mientras recorro mentalmente las paredes. Doce desde el baño de mi casa hasta la cama donde me espera una mujer real de carne y hueso. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y tomo ese bibliorato. Siete,ocho, nueve, diez, once, doce me tiro sobre el camastro. Suenan las doce campanadas de la torre de los ingleses. Mido mentalmente los pasos que me separan del escritorio a mi secretaria. Seis hasta llegar a sus esbeltas piernas. Regreso tímidamente con cierta excitación y avergonzado. Desando el camino hasta mi sillón-camastro.No quiero impedir imaginarla acostada a mi lado. Camino por la calle obsesionado por el número doce y en un bar atrapo una escudilla de bazofia. Percibo que mi mundo  es un perfecto cubo de piedra. Aspera, fría gris. Tomo conciencia que mi vida es oscura la mayor parte del tiempo. Luminosa en cortos períodos. He perdido de pronto el de seguir viviendo. Del contacto con la tierra húmeda.  Esa tierra que ensucia la piel, ennegrece las uñas. Con olor a savia  y raíces mezcladas. Hojas caídas, trozo de solo oscurecido y muerto. Soy como el prisionero torturado, anónimo cuya huella es más importante que la mía. Que perdurará más tiempo. Mi tránsito por el mundo seguramente fugaz. Probablemente casi inútil. Recorro doce imaginarios pasos. No más, aunque sean infinitos. Para adelante, para atrás. Hacia los costados, hacia cualquier parte. Me es indiferente y no tiene importancia. En realidad, no sé hacia dónde orientarlos. En ese deambular sin rumbo, agobiado  por la rutina y la mediocridad, me encuentro frente a mi escritorio sentado en mi sillón-camastro. Yo y el cubo. Yo y los doce pasos. Sin darme cuenta por hábito maquinalmente  más deprimido que de costumbre, garabateo dibujos religioso, obscenos. Y con alegría y espanto al mismo tiempo, en acto de liberación y autodestrucción, escribo esas doce letras fatales.Grito visceral. Mensaje llegado a través del tiempo.

Chau hasta la próxima

miércoles, 10 de noviembre de 2010

361. Un juego imposible

 

" No siempre Dios juega a los dados"

El artilugio consistía en una caja de madera sin tapa llena de sesenta y cuatro teclas-botones , blancos y negros de posible marfil, colocados dentro de ella sin orden alguno. El desafío consistía en pulsar una de ellas, la adecuada y el resto se ordenaba en su entorno conformando de aspecto un verdadero tablero de ajedrez. Movimientos mágicos sin ningún mecanismo que las accionara. La traslación y el ordenamiento se producían por el accionar de fuerzas desconocidas. Mucha gente pretendía participar.Sabedores del desafío en ese lugar, en esa época, de lo milagroso del juego se movilizaba la gente, sabedora además que debían reunir determinadas condiciones si se aspiraba a develar el enigma, pero nadie hasta el momento lo había conseguido.Debía utilizarse el dedo índice de una mano u otra. También se requería bondad, pureza de alma, inocencia, una cantidad de atributos difíciles de reunir en una sola persona, en general portadora de los defectos y pecados propios de los humanos. Lo intentaban religiosos, filósofos, artistas, pensadores, poderosos, humildes. La representación completa del género humano..Nadie dió jamás con el botón adecuado. El juego ante la imposibilidad de ser resuelto fué perdiendo interés y ya casi nadie se acordaba de él, aunque continuaba  allí en una especie de altar dentro de un prominente edificio.

Un día, cuando el olvido había llegado a su cenit , una luz poderosa iluminó el lugar. Se vió la aparición de un dedo que dirigido con seguridad y precisión pulsó la tecla e inmediatamente todo el juego se ordenó como correspondía y estaba previsto. Nadie pudo ver jamás y menos aún identificar a quien lo había logrado. Algunos creyeron ver a un niño, otros  a un apuesto y dolorido hombre barbudo., o a una mujer de aspecto virginal, o a un hombre oriental cargado de sabiduría. Cada uno interpretaba su visión a su manera. Ninguna coincidía con la otra. Alguien sí supo bien de que se trataba y pintó dos dedos enfrentándose, casi rozándose. Uno de ellos fué. Basta con levantar la vista para identificarlo y mirar el techo de la Capilla Sixtina.

Chau y hasta la próxima.

sábado, 6 de noviembre de 2010

360 Bizarrerìe.

 

La palabra bizarro tiene en castellano el significado según la RAE de valiente, lúcido, espléndido, etc. Se ha discutido mucho su origen y hay quienes le adjudican una raíz vasca. Lo cierto es que en francés es otra cosa. Alude a lo extravagante, lo exótico. Hoy por lo menos en nuestros hábitos se lo relaciona también con lo ordinario, burdo.

Se cuenta que en otros tiempos quien escribía bizarrerìes con premeditación lo hacía con plumas  de ganso desafiladas y en forma desprolija. Cierta o no esta historia me pareció más allá de su contenido-texto intentar darle una forma visual semejante a lo aludido. De allí también la rudimentaria ilustración  con pluma, tinta, folios y una cajita con polvos para secar,la tinta.

Consejos varios para:

Juan de Garay.Sacate el yelmo y aprendé a bailar tangos.

Hernán Cortés. aclará de una vez por todas qué hiciste con las naves.

Juan Díaz de Solís. no te tientes con las playas orientales

Francisco Pizarro. cuidate de tus lugartenientes.

Moctezuma. no confundas a ese con un dios

José de San Martín. no le regales el sable a Rosas se va a armar un lío histórico.

Bartolomé Mitre. por favor entre otras cosas no fundes el diario La Nación ni traduzcas la Divina Comedia.

Marat. el baño de inmersión te puede ser fatal.

Edipo. mirá bien lo que hacés, por una de esas después no podés ver nada.

Hamlet. ojo que tu justicia puede resultarte  mortal.

Laertes. no pelees con Hamlet.

Ofelia. no hagas la plancha en el río.

Moro. te pasó por creerle a la prensa amarilla y a los medios de comunicación.

Yago. no seas crápula y no murmures tanto.

Desdémona. cuidate del negro.

Macbeth. cuidado con las brujas y los bosques que caminan.

Rey Lear. prestale toda tu atención a Cordelia.

Shylok. ojo con lo que pedís, la carne sigue subiendo.

Romeo. poné tus ojos en otra mina.

Julieta. haceme caso no le des corte a Romeo.

Galileo. no te vas a enterar que te perdonaron.

Abelardo. Si seguís con Eloísa te va a costar más de uno y la mitad del otro.

Juana de Arco. no juegues con fuego.

Luis XVI. no pierdas la cabeza por tu mujer, ya la vas a perder por otra cosa.

Beethoven. no importa que no escuches, seguí componiendo que el mundo te lo va a agradecer.

Mozart. apurate, tendrás poco tiempo, no nos prives de tu genio.

Juan S. Bach. carnicero, no envuelvas tu mercadería con sus partituras.

Hitler. no levantá más el brazo para saludar, mejor bajá la vista y mirá lo que hiciste.

Mussolini. tu mejor mueca, tu mejor gestp lo harás boca abajo.

Einstein. cuidado con tus teorías, vos sabés como son las superpotencias.

Enola Gay. te digo piloto, no le pongas el nombre de tu madre al avión asesino.

Hiroshima-Nagasaki. el cielo no siempre es benóevolo y hermoso.

Consejo para vos. no me hagas caso y aunque un poco tarde, dejá de leer bizarrerie.

Che, y le pongo fin aunque no es consejo sino pedido.¿cuando van a terminar con el hambre en el mundo de una vez por todas?.

Chau y hasta la próxima.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

359. Soy argentino.

Bandera Nacional por Eduardo Pla revista ADN

"Mi suerte está echada".(parafraseando a Sartre).

Y lo digo con mucho orgullo, con dolor, con ilusión, con frustración. Con todos los sentimientos contradictorios  por haber nacido aquí en este mi país. Porque serlo implica atesorar sus glorias, cargar con sus fracasos, conmoverse por el himno y las canciones patrias. Con sus símbolos, sus colores. Avergonzarse por los oscuros y trágicos momentos de su historia pasada y reciente. Admirar toda una durísima etapa de construcción nacional. Sufrir por el padecimiento y el precio que la gente, el país, sus hacedores pagaron y pagan por ese proceso. Sentir admiración por gran parte de sus próceres.Repudiados por unos, respetados por otros en constante polémica y revisión histórica. Reflexionar sobre un ayer que  nos divide o nos dividió sobre un hoy que aún no ha jugado el papel de catalizador unificante que necesitamos y merecemos. Orgulloso de la mayoría de su gente. De sus destacados que son muchos. De los anónimos e inmensa no reconocida mayoría . Su variopinta intelectualidad, sus artistas, sus literatos, sus científicos, sus humanistas,sus sanitaristas, pero sobre todo como lo acabo de señalar sus humildes. Aquellos que trabajan, sufren, por momentos agonizan. Sus maestros, en especial los de campaña. Sus niños. Los nativos diezmados y todavía marginados en sus derechos. No me enorgullezco de aquellos que siempre detentan o intentan detentar el poder político-económico para sus intereses sectoriales con indiferencia de la suerte o el daño que producen a sus compatriotas, en fementido amor por la nación. También lo son los procedentes de otros lugares  buscando aquí  lo que sus países les niegan. Ellos también son nuestros hermanos. Soy argentino a pesar de defectos enumerados o soslayados. Lo soy por sentimiento acendrado, profundo, que me conmueve. Y aunque puedo hacerle sinnúmero de reproches, a mi patria la amo por encima de todo. Anhelo verla cada vez mejor. Superando dificultades. Afianzando la justicia social, su soberanía. Rompiendo definitivamente los lazos preexistentes de  dependencia globalizada. Capaz de hacer oir su voz, de ser escuchada, reconocida. Saberla ejemplo y guía. Mi Argentina. Mi país. Y aunque cada uno de nosotros tenga más que sobrados motivos de lamento, elle es sin duda  en descartado patrioterismo,nuestra amada patria.Por eso dije mi suerte está echada, para bien, soy argentino.

Chau y hasta la próxima

lunes, 1 de noviembre de 2010

Extra nº 30 Néstor Kirchner.

 

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Es muy difícil, casi imposible no mezclar lo emocional con lo racional en circunstancias como esta. Se dirá con razón que si ambos componentes aparecen y se superponen es  porque el portador se encuentra lo suficientemente afectado. Pues sí, por lo menos este es mi caso y lo que trato es de comunicar aunque sin el verbo mejor,que me ha producido su muerte y construir  a partir de ella algunos bosquejos significantes. Abrumado por una lógica avalancha de información, imágenes, opiniones distintas, augurios y hasta interesados consejos de como seguir a partir de su definitiva ausencia física. Leí entre tantas notas una que decía yo no fuí peronista pero... , y el periodista ponía especial énfasis en esta última palabra, pero... Ella me hizo reflexionar en profundidad para aventurar el concepto que Kirchner superó a un movimiento para lograr llegar a muchos que razonadamente lo reconocieran. Aquellos que no fuimos peronistas. Que incluso le aceptamos a sus seguidores, representantes, voceros, el derecho a seguir sosteniendo discursos que no compartimos. Ya en aquellos tiempos teníamos diferencias siderales con el peronismo, y en gran medida, por lo menos yo las sigo teniendo, pero... Kirchner ha sido otra cosa y no es simplemente para abrir un juicio de valoración sobre el estado de la Argentina en el 2003 cuando asumió, y como se encuentra hoy. Tampoco lo es para hablar de virtudes y defectos, sino para que entendamos que su política en coincidencia con los  aconteceres de América Latina que muestran un continente más unido en la diversidad, dispuesto a superar viejas y artificiales antinomias, con objetivos claros de independencia,soberanía y justicia social. Muchos lo denostarán, se sumarán al coro de augurios interesados, pero Néstor Kirchner caló hondo en el corazón de su pueblo. Y esto no es el producto de la casualidad. Ese pueblo con su innata sabiduría supo identificar a su líder, al diseñador y ejecutor de un modelo, de un proyecto. Su defensor, benefactor sin dádivas ni caridad, sino para concederles lo que les corresponde por derecho y por justicia. Entonces me pregunto más allá de las dudas e incógnitas  con las lógicas incertidumbres sobre el futuro.Le dirijo a mi interior, a mi emotiva y racional reflexión, si  soy  o no peronista  .. Seguro no estoy capacitado ni sensibilizado en forma adecuada para comprender el sentimiento y el corazón de ese pueblo. Sus gestos, su dolor, sus lágrimas,sus palabras llenas de sabiduría, sus preguntas ¿porqué  el sol dura poco para los pobres?.

Sigo no adhiriendo al tradicional peronismo que conocí,viví y  hasta soporté. PERO...

Chau y hasta la próxima.