Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 28 de noviembre de 2009

263 El duelo

Composición Curvilínea  Yente 1938

 "El odio acuna sentimientos irracionales que aplicamos con total racionalidad"  proverbio ruso

Comenzó con una tenue antipatía a primera vista. Sin causa aparente, solo por posar su mirada en una figura que se le cruzó en una fiesta de gala. Sintió como si tuviera un hueso pequeño atravesado en su garganta, negándose a pasar y al mismo tiempo a ser expulsado. Se le antojó un mal trago. Al regresar a su mansión  no pudo evitar casi entresueños reapareciera la figura cuestionada. Lejos estaba de imaginar el papel decisivo que ese ignoto personaje jugaría en su vida. Lo cierto es que a partir de ese momento, fué construyendo una figura como si modelara en arcilla un  futuro y mortal antagonista. Con esa actitud interior no le resultó dificil ir adjudicándole con el transcurso de un tiempo y breves encuentros,  defectos, comportamientos, supuestos criterios y conductas útiles para abonar una para él  cierta teoría que le confirmaba se encontraba frente a una persona deleznable, blanco plenamente justificado de un odio profundo. Su odio. Sentimiento jamás acunado por tan noble figura. A partir de esa convicción fué desarrollando con total plenitud el odio. Buscó entonces pretextos para verlo, y de cada visión  aumentaba, de serle posible su concepto negativo, culminando en una inquina desbordada. De ese sentimiento a la provocación,un solo paso. La buscó. Un simple roce fortuito, una copa volcada y traducida en derrame y mancha. Luego el intercambio de palabras en tono ofensivo. Ira por ambas partes. Testigos. El consabido guante. Padrinos. El inevitable duelo ante la irreductible determinación de ambos . Las costumbres y normas de la época. El lugar donde el incidente se produjo, rodeados de la nobleza. Imposible cualquier intento de reconciliación. Entrevistas de los padrinos, campo, armas, fecha. Todo acordado.

Esa fría mañana, no podía ser de otra manera, el paisaje blanquecino teñido por una mezcla de nieve, heladas en  bosque despojado. En un claro, sin árboles, lo suficientemente amplio para librar el encuentro, los duelistas, los padrinos, el árbitro. A cierta distancia carruajes tirados por caballos negros, algo nerviosos.  Dos médicos en reserva. Luego la consabida si puede llamársela así ceremonia. Instrucciones. Entrega de las pistolas.  Espalda contra espalda. La marcha en pasos contados preestablecidos, el giro , puntería y disparo.

Las blancas camisas confundidas con el color del lugar prestas a recibir la mácula de la sangre.

Su rival giró con rapidez, al igual que él y disparó. El fríamente hizo lo mismo, con menos fogosidad pero profundo odio, en cálculo previo. Pero el ardor del impacto lo hizo vacilar. Trastabilló ligeramente. Tuvo el tiempo de tomarse el suyo frente al odiado enemigo, ahora inerme, a su merced. Apuntó a una figura que se le iba borrando. Se recompuso y disparó. Se le fueron doblando las piernas, cayó de rodillas sangrando copiosamente..Su camisa se había teñido de rojo. Un rayo cruzó por su mente mostrándole en su fugacidad lo absurdo, lo ridículo de su empeño, de su irracional odio. La pérdida inminente de la vida y el resultado. Porque ya caído cual grotesco muñeco delineada su silueta en el suelo, antes de perder la conciencia alcanzó a ver a su rival a distancia ,parado, indemne. A comprender que había errado el tiro.

Chau y hasta la próxima.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

262 Los gatos del botánico

Jorge Pereira s/t  1965

 

No es verdad que los gatos del botánico sean tantos.

No reemplazan las plantas,

o ensucian los parterres.

Ni comen a los peces de colores,

pensativos, inmóviles, fríos.

O acallan los murmullos

de las fuentes sombrías,

con maullidos nocturnos.

Ni destrozan las bellas,

estatuas con sus uñas.

O molestan parejas

que abrazadas son ramas.

En cambio es cierto aquello

en los invernáculos aman.

Procrean con tibieza.

No desplazan palmeras,

Magnolias o amarantos.

Ni son fruto de altura,

ni son flores rampantes.

Son rumores malignos

de quienes no lo saben,

no aprecian la belleza

de una tarde de otoño,

o comprenden a tiempo

que los gatos al sol,

florecen sabiamente.

Nota:1889 llega Carlos Thays a la Argentina procedente de Francia. En 1891 por concurso es nombrado director de parques y paseo de la Ciudad de Buenos Aires. 1898 se inauguró el Botánico. El terreno fué parte de la  propiedad de Juan Manuel de Rosas. Tiene 5 invernáculos, el más antiguo de hierro y vidrio ganó un concurso en París y es contemporáneo con la Torre Eiffel. Hay  alrededor de 30 esculturas y en el 2006 en un concurso organizado  por la BCGI, rede de jardines botánicos del mundo, ganó el 1º premio.

Chau y hasta la próxima.

sábado, 21 de noviembre de 2009

261 Me sirve, no me sirve

"No sabemos todo lo que puede dar un cuerpo" Spinoza.

Cuando muere Mario Benedetti los ecos de su desaparición llenaron con justica páginas y páginas en los distintos medios. Citas de sus textos, transcripciones, artículos rodeados de un inmenso cariño popular y un reconocimiento plenamente cimentado. En mi recorrida por tantas evocaciones encontré algún párrafo suyo  que afirmaba "no me sirve, no me sirve". Por supuesto él en su referencia y aplicación al concepto le daba un contenido ético, de gran trascendencia y belleza expresiva. Esas tres palabras produjeron en mí un impacto interior motivadoras de algunas reflexiones que tomaron una dirección diferente. Acusé recibo de hechos de los que soy partícipe o espectador. Para muchos de ellos me es necesario condición física, estado de salud medianamente adecuados. Concluí entonces que muchas cuestiones quedaron vedadas para mi. No considero necesario enumerarlas porque por momentos me resultan asequibles, por momentos inalcanzables. Todo crece y cambia a mi alrededor. Realizo verificaciones directas o indirectas según pueda y las circunstancias me lo permitan. Parecería a primera vista o primer lectura que de estos escasos párrafos te encontrás con un anciano inválido o lago desquiciado. Considero para nada es así, por lo menos hasta ahora. Si bien a juzgar por lo que se ve  los hay por los parques corriendo, también existen los de la condición opuesta. Ni tan tan ni tan poco. Puedo hacer una larguísmia lista de lo que ya no me sirve y puedo hacer otra de lo que sí me sirve y configurar así parte del rostro de mi confesionario. Ambas listas se pueden contraponer y también complementar. Son diferentes pero tienen un punto común de encuentro, yo, y a partir de mi yo construyo lo que puedo y me sirve. ¿Cuales?. Te las debo , todavía las estoy reflexionando, me convencen, no me conforman, y además pensarás con razón ¿y a mí que me importa?.Pero sigo, aunque las acepte porque si de algo me he ufanado es de mi inconformismo, de no dar por sentado todo tal cual se me presentó en la vida. Por eso sé de las muchas cosas me sirven pero no estoy seguro de su persistencia. Me pueden ser útiles en determinadas circunstancias. Más, quizá sea la circunstancia misma la que me sirva. Mientras pueda seguir pensando, comprender con toda modestia  y limitación crear, reconocer a mi yo, intentar disfrutar aún de esas limitaciones que la vida me impone, afirmaré categóricamente: me sirve.

Chau hasta la próxima

miércoles, 18 de noviembre de 2009

260 Pantallazos

 Como este Ufa es una especie de salpicón le meto un encabezamiento de actualidad, aunque aparezca desprendido de los contenidos. "Sobre ciertos periodistas, por Jorge Zabaleta. Estafetas del chisme, lacayos del rumor, correveidiles de la calumnia, estilistas del se dice.  Amigos del escándalo, husmeadores de sábanas, correos del anónimo..." Concordemos que de ellos nuestros medios y no solo los amarillos, están llenos.

Hoy mi Ufa será un popurrí cortito. Tengo algunos textos sueltos y me pareció agruparlos con ese título. Aquí van.

El brindis.

La mujer, como todos los años invita a un grupo de amigos de su marido para celebrarle el cumpleaños. Es una pareja decididamente antagónica, desgastada. Se odian pero guardan las apariencias. Ella, a cada invitado a medida que llegan le entrega un paquetito para abrir a las 12 de la noche. Es el momento ritual de todos los años en que aparece el esposo para ser agasajado. Llega la hora, abren el paquetito y encuentran con horror un trocito del homenajeado.

Discriminación.

Un año llegamos a Londres y nos sorprendió una manifestación de musulmanes. Ruidosa, respetuosa, discretamente vigilada.Esto sucedió antes del atentado del 11 de setiembre. Nos llamó la atención la tolerancia y las libertades reinantes. Impresionados con esa imagen en otra jornada tomamos el metro atestado de pasajeros. La gente de pie. Una posible pakistaní con todo su atuendo estaba sentada en un asiento doble y el lugar contiguo a ella  vacío. Nadie se sentaba a su lado. Con gran sorpresa de todos, incluida ella, mi esposa, con toda naturalidad  se sentó a su lado.

Cruces.

El primer país musulmán que visitamos fué Marruecos, luego lo siguieron otros. El paisaje  para nuestros ojos presentaba una gran ausencia. Ni un campanario, ni una iglesia, ni una cruz.

Línea.

¿Cuál fué su origen?,¿cómo comenzó?, ¿fué la traza de una estrella al caer?, ¿un relámpago dibujado en el cielo?, ¿el rastro de algún objeto o animal en la tierra?, ¿la silueta de todo lo que lo rodeaba?, ¿el contorno de su mano?. Lo cierto es que la línea en el mundo, en el universo, como en otras formas geométricas son componente fundamental de ellas, aún antes que la vida. Al preguntarnos por la línea arribamos al momento que el hombre la percibió, la descubrió, tuvo conciencia de ella. Se la apropió, la utilizó para hacer fealdad, belleza, vida, muerte.

Algunos aforismos y expresiones.

La mejor manera de no tener problemas es ignorar las soluciones.

Me acordé de algo interesante, pero no te lo cuento.

Un buen estado de ánimo, un buen suspiro.

Un mal estado de ánimo, un mal suspiro.

Algo de algo es algo.

Apunto, dí en el blanco. Disparo, pero también huyo.

Muere el día, muere la noche. Registro esas muertes, no ha llegado la mía.

Rilke hablaba de la muerte elegida. Yo, que he estado muy cerca de ella te afirmo que si podés elegir la tuya no tendrás que tener miedo por la forma. Hasta podrás no sufrir y si sufrís no podrás contárselo a nadie.

Hablo, hablo mucho. Escucho mi voz sonora lago más grave. Es que mi enfermedad por momentos reaparece y torna mis expresiones incomprensibles. Por eso, cuando puedo hacerlo bien, caigo en excesos.

Chau y hasta la próxima

sábado, 14 de noviembre de 2009

259 Extraña relación

.  "La necesidad de dejar hablar al dolor es la condición de toda la verdad"  Adorno.

Y le estalló en la cara. En realidad podría afirmarse que lo cubrió de pies a cabeza. ¿Inesperadamente?, se diría que no a juzgar por la existencia de toda una situación previa. La interrupción de un diálogo fluido y un resentimiento flotando entre ellos interpuso una barrera. Con el pasar de los días se tornaría psicológicamente infranqueable. Heridos por una suma de susceptibilidades vulneradas, muchas de ellas más subjetivas que objetivas, abonando así a una hostilidad cada día más manifiesta. Quizá el roce provenía de otros tiempos. Tal vez de la infancia. Rivalidades escolares, enconos encubiertos, pugnas competitivas que el mismo sistema de enseñanza se encargaba en alimentar. Premio al mejor alumno; premio al más rápido en la carrera con banderines; al más veloz en matemáticas; al que tuviera menos faltas de ortografía; al que acumulara mayor número de muy bien diez. Con lápiz rojo, letra grande y en diagonal queriendo cruzar la página del cuaderno. A veces, inadvertidamente confundiéndose con el tono de la tinta porque la maestra, distraída olvidaba dar vuelta el lápiz de dos colores, mitad rojo, mitad azul.  O porque al primero se le había roto la punta y quedaba allí, sobre la hoja rayada, blanca, ese muy bien diferente, cual flor exótica insertada en un florero de rosas rojas, tornando aún más atractiva la colección de menciones.

Años juntos de compañeros en colegio primario, secundario. La universidad siguió viéndolos unidos y rivalizando. Tratando de superarse el uno al otro, instintiva y racionalmente triunfadores. Lucharon hasta por el amor de una muchacha, pero ella no se quedó con ninguno de los dos. La muy idiota, pensaron al unísono prefirió a otro inferior, mediocre, mal estudiante, repetidor. Por primera vez se sintieron derrotados por un extraño, por alguien que jamás pudo terciar entre ellos, pues siempre se alternaron en toda primacía.. Seguro, en el fondo se sentían unidos, ligados a una misma suerte y un mismo destino. ¿De qué otra forma podían concebir la existencia?. Ellos contra la vida ; contra el entorno; la adversidad; la derrota. Por el éxito, la fama, el brillo, la fortuna. ¿Podía imaginárselos separados?. Conocían sus respectivas formas de pensar. Adivinaban el futuro paso a dar por el otro.

Esa rivalidad constante, permanente los hermanó hasta lo inimaginable, fundiéndoles las personalidades en casi una sola. Más no llegaron a amalgamarse del todo, porque no hay en el mundo dos personas exactamente iguales. Ni física ni mentalmente. Y aunque se forjaron en la misma fragua, variaron los crisoles y los resultados fueron diferentes.

De similar coeficiente intelectual, ambos bien parecidos, uno tenía una mayor dureza de carácter, mayor egoísmo. Un súper yo más desarrollado. El otro actuaba más  como su sombra.Pero no era una sombra pasiva sino bien activa. De aquellas que no esperan la incidencia de la luz para alagarse, marchar delante de su dueño y agrandarse. Para definirla con exactitud: una sombra con personalidad propia. Superando a su modelo, sustituyéndolo o transformando en sombra al original. Rivalizando siempre. En una fricción, en un roce cotidiano que indefectiblemente los llevaba al fuego, en el altar de una demencial emulación. Quedaba sellada así una interdependencia de apariencia indisoluble. Con el transcurso de los años, la maduración, la adultez les enseñaron a respetarse. Atrás dejaron las vehemencias de la adolescencia. Se relacionaban y manejaban con prudencia, sabiduría y mesura. Las fricciones menos superficiales y explosivas, pero más profundas y crueles, produciendo heridas lacerantes, con esa sangre que mana oscura, sin detenerse, arrastrando coágulos antiguos e impidiendo la cicatrización. Pero jamás pronunciaron y se dirigieron  una palabra o una frase altisonante.

No fué casualidad abrieran un estudio juntos. Se asociaron, no podía ser de otra manera. Esa forma de contender, de superarse, una clave del éxito. Ellos los mejores profesionales de plaza. Sutiles las formas de agresión. Se limitaban a un gesto, una observación y sobre todo a exponer una mejor idea, más brillante que la del otro.¿Redundaba en beneficio de la sociedad? . Cierto. Pero uno era el autor y el otro quedaba momentáneamente derrotado, resentido, humillado, esperando el momento de la revancha.

Si el vencido era la "sombra" no pasaba tiempo sin crecer rápidamente de tamaño, o vérsela proyectada hacia adelante. Caso opuesto, el "modelo" obraba en forma tal, con luz tan potente y propia que no dejaba lugar ni espacio para sombra alguna. Ambos aceptaban sus derrotas sin dejar traslucir el menor signo de disgusto, contrariedad o queja. En la sorda lucha, una tácita ley de juego. Y aunque llevaban muchos años sin una sola reacción altisonante, de aparente mutuo respeto, tanta ira contenida, dominada, debía indefectiblemente estallar. Se pondría fin al disimulo. La cuestión era saber  cuando se desataría la tormenta y como.

Ambos trabajaban en un proyecto común. Ya hacía bastante tiempo  que los empleados se habían retirado, y siguiendo la costumbre de resolver casos después de hora, sumándole fatigas a la ya larga jornada, reiniciando diálogos, intercambiaron ideas básicas sobre el proyecto, para luego cada uno desarrollar el suyo y luego dirimir quien sería "modelo" y quien "sombra". Podía oírselos trabajar. El correr de la pluma sobre el papel. El sonido del teclado de la computadora. El levantarse para servirse café. El vigilarse con rápidas miradas en apariencia dirigidas a la nada. Se les escuchaba una no muy rítmica respiración, alterada por suspiros de cansancio. El silencio se fué haciendo más denso. La luz de las lámparas más intensa ante una noche que avanzaba imperceptiblemente, imponiendo una espesa oscuridad cargada de tensiones y humo de cigarrillos. Un silencio sonoro se  hizo aún mayor, si cabía. El ruido del silencio suele aturdir. Ambos redoblaban su trabajo febrilmente, en una especie de carrera contra el tiempo y la vida. Como si presintieran esa sería su última competencia.

Y si bien le estalló en la cara, en realidad lo cubrió de pies a cabeza. Aunque el origen del estallido era muy claro, su estupor lo llevó a no poder identificar  en ese instante de donde provino. El golpe fué de tal dimensión, tan sorpresivo, que no atinó a reaccionar, ni a defenderse. En su subconsciente pudo luego comprender de donde partía. Su fuerza acumulativa. Su contenida carga de años y años. Agazapada. Y su mismo estado de ánimo, pensamiento  y propósito. Esperando, esperando con infinita paciencia la maduración del proceso.. A que las condiciones se dieran con cierta naturalidad y lógica. Era cuestión de atreverse, de romper toda la tradición, los tácitos acuerdos, el mutuo respeto, la hipocresía, el cinismo, la simulación, el engaño. Y afirmar así para siempre, en forma categórica una superioridad por el momento no resuelta.

Sucedió un segundo antes. Un segundo antes que el otro decidiera hacer lo mismo. La fracción de tiempo suficiente para anular la iniciativa del rival. Sorprenderlo adelantándosele. Dejándolo paralizado, aturdido, inerme. Y ese silencio cargado de latidos, respiraciones, suspiros, ruidos de pocillos de café, plumas rasgando papeles... lleno de luces y penumbras, de aire espeso y colillas acumuladas en los ceniceros. Ese silencio se vió quebrado violentamente en forma tan brutal y dramática, que esos años de vida en común cayeron estrepitosamente. Se hicieron mil pedazos. Y ya no quedó posibilidad futura alguna para que uno se alternara, jugara el papel de espectro con respecto al otro.

Ambos, en ese momento, quedaron sin sombra. Tal fué la magnitud, la potencia y la descarga del insulto.

Chau y hasta la próxima.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

258 Hablemos de rodillas

 

"Estar de pie, no doblegarse ante la adversidad, hincarse frente a causas que lo merecen"

No vayas a imaginar la vieja figura de la secretaria sentada sobre las rodillas de su jefe mientras le dicta una carta que ella transcribe en taquigrafía. Es una antigüedad del siglo pasado, imagen inconcebible asociada al acoso sexual actual. Yo, aquí en mi Ufa te voy a hablar sobre rodillas humanas aunque no estaría mal mencionar al pasar que hay ricos platos hechos con rodillas de animales. Recuerdo haber comido en España algunos platos de cerdo deliciosos.

Según sostienen los traumatólogos el hombre, luego de pararse en dos patas no ha tenido todavía el suficiente tiempo para desarrollar en toda su plenitud la masa muscular que le corresponde a tan fundamental articulación . De allí sus fallas, afecciones. Será entonces cuestión de esperar algunos milloncitos de años más para arribar a la perfección. El asunto es si la humanidad sobrevivirá para corregir este detalle. Lo cierto es que las  rodillas son un símbolo de muchas actitudes del ser humano. Conectadas con la vida, su dignidad, más allá de su función práctica en la mecánica de nuestros movimientos. Vivir o estar de rodillas, según casos y momentos  puede ser un acto de sometimiento, de arrepentimiento en súplica o manifiesto perdón. De actitud religiosa, mística, de vasallaje o ceremonial. De clásico acto de amor. Para pedir con énfasis algo muy importante o decisivo. Y convengamos que simbólicamente gran parte de la humanidad vive de rodillas, que aún no le ha llegado el bienestar y la justicia que le corresponde.

La mujer  tiene en sus piernas, y en especial  en sus rodillas que con sabiduría según la pose que adopte, una tremenda arma de seducción. Díganmelo a mí, que unas de las rodillas más hermosas que ví fueron las de mi esposa. Bellas piernas  y un encantador  hoyo que se le formaba en las rodillas al sentarse. Y yo perdía la cabeza..

Pero hay otras rodillas que no puedo ni quiero olvidar. Son las de mi madre. Con sus piernas vulneradas luego de sucesivos partos, y a pesar de ellos las evoco con total nostalgia cuando de chico me sentaba en sus rodillas y recibía sus besos y mimos.

Chau y hasta la próxima.

sábado, 7 de noviembre de 2009

257 Huellas

132 mi viejo Bs.As verano 2004

YO

"Salté a este mundo peligroso, impotente, desnudo, con agudo llanto"  William Blake  Siglo XVIII

Por si no estás enterado nací en 1928. ¿Para qué te digo esto?. Porque mi propósito es marcar algunos de los hechos que fuí testigo, partícipe, beneficiario, perjudicado, es decir huellas que he seguido, transitado, huellas que permanecen como marcas. No se trata de una autobiografía, ¿qué te importaría y además que valor tendría?, sino de esbozar a partir de la vida, intercalar algunas conclusiones y experiencias. Y al referirme a esta última quizá sería bueno utilizar definiciones que nos obligan a usar el término con cautela y respeto  y no solamente a interpretarla  como de común lo hacemos y aceptamos porque según Jay la experiencia nunca puede ser poseída por su dueño  o acompañada y reflejada por una atrofia progresiva del concepto,( Benjamín), influída por  el reemplazo del antiguo relato por la información que en análisis detenido, agrego no conforma verdadera información  sino muchas veces deformación provocada o trasmitida por medios, intérpretes de intereses superiores. Concluído este paréntesis, este desvío transitorio presumo no muy claro continúo. Mi llegada al mundo coincidió con la 2º presidencia de H. Irigoyen. En el 30 su caída por la revolución de Uriburu. Yo tenía 2 años, ningún recuerdo personal. Pero sí se acumularon hechos como ver pasar aviones en escuadrilla en homenaje por la muerte del nefasto general. Un globo con barquilla visto alzado en brazos de mi madre. La visita del Graf Zepellin sobrevolando  Buenos Aires y en especial los cielos de mi barrio, Belgrano. Enumero pero no me atengo a un orden estrictamente histórico. La muerte de Gardel. La presidencia del Gra Agustín P Justo. La visita del presidente F.D. Roosevelt. La del presidente de Brasil, Getulio Vargas a quien vi junto con el Gral Justo en un coche descapotable.La guerra de Abisinia,la civil española. La 2º guerra mundial con todos sus prolegómenos y desarrollo. La batalla del Río de la Plata y el hundimiento del Graf Spee. Las 2 bombas atómicas, el holocausto. La guerra fría. La escuela primaria, la secundaria, la universidad. La revolución del 4 de junio, el ascenso de Perón, el 17 de octubre. Su elección el 24 de febrero del 46, la muerte de Evita.

Con la universidad y el servicio militar, mi título,la vida. Matrimonio, hijos, bajas familiares. Diáspora en el seno del hogar. Viajes y más viajes. Enumeración de vértigo cuando utilizamos miradas retrospectivas. La vejez, el hoy. Soy conciente no se puede sintetizar y borronear tantas vivencias sin darles algún contenido. Cada una puede componer más de un largo capítulo y no es mi intención hacerlo. Este breve, brevísimo pantallazo me hace asociarlo a un ordenador que al apretar teclas desfilan a velocidad inusitada palabras, imágenes casi sin posibilidad de retenerlas. Peor aún de entenderlas. Sin embargo al evocarlas sé, como lo puede comprender cualquiera que ese enorme cúmulo de experiencias han sido y son parte de mi personalidad, de mis recuerdos, de mis nostalgias. Todos ellos apuntalaron mi maduración y de adolescente, persona inacabada, transpuse la barrera que me separaba de los adultos. Forjaron mi felicidad. Labraron los momentos más aciagos. Unas y otras hicieron de mi vida lo que hicieron. Hora de evaluar resultados. Hora de hacer balances. Hora de pensar en el atrás con bagaje merecedor de ser evocado en actitud defensiva para suprimir en acto voluntario aquello que pueda dolernos, molestarnos., ensombrecer recuerdos, cosa que en general no se logra porque están agazapados para aflorar  sin que se los convoque. Pero hora también para mirar hacia adelante, hacia un futuro imposible de conocer y prever, aunque a mi edad me haya ganado la convicción del futuro-hoy, el día a día, con un horizonte al alcance de la mano. Igual ese horizonte con sus nubes, soles, estrellas, lunas, igual ese horizonte puede y debe darme todavía la sorpresa y la belleza de un arco iris. Todavía esos soles, nubes, estrellas, lunas, mundo, canto de las aves, la gente, podrán decirme y yo comprenderlos, me están contando que la vida a la que asomé "con agudo llanto", más allá de sus pro y sus contras sigue siendo hasta ahora, toda una milagrosa maravilla.

A mis huellas, muchas gracias.

Chau y hasta la próxima.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

256 Cuatro historias breves

 

"Buda en su quietud es tan dinámico como Dionisios en su orgía".


El empleo. Deslumbrado por su belleza le ofreció empleo. Sería la destinada a recoger las joyas que la primera esposa del sultán tiraba a diario aburrida o desencantada, luego de ver satisfechos sus caprichos. Su función, la de una basurera de lujo.
Dijo no.
El insistió. pero ella persistió en su negativa. Tras breve negociación escogió."Quiero ser yo la que tira".
No ser o ser algo. Todos los jueves le compraba un ramito de flores, de las que encontraba, y pocas, modestas. A veces claveles mezclados con algún helecho, de esos duros casi artificiales. Un toque verde asomándose entre lo blanco, rojo, abrazándolo. Con aspecto de enredadera. Otras jazmines, fuertemente perfumados con cierto aire marchito como lo estaba ella desde siempre. Hay personas que  nacen así. Casi muertas por fuera y también por dentro. Nunca alcanzan a desarrollarse medianamente y en general viven dependientes de alguien. Pueden aparentar carecer de nombre y apellido. Pueden ser la esposa de tal, o la hermana, o la hija, pero nunca ellas mismas.
El día que mataron a mi gato ¿Cómo empezó el día?.¿Quién lo planificó?. ¿Quién lo inventó?. ¿Tuve conciencia de su inicio?.¿Me di cuenta cuando finalizó?. Las horas rutinarias marcaron el tiempo y mi conciencia fué capaz de fijar el paso de los minutos; su transcurrir incorporándolos al inconsciente. Luego el olvido como otras tantas desmemorias. Días que pasaron sin darme cuenta. Uno de ellos, no preciso cual,  mataron a mi gato.
Síntomas. Escribió el nº 829. No era el que se había propuesto. El 829 apareció en forma involuntaria. Su intención fué anotar el nº 892. Hizo la corrección y quedó la cifra que tenía en su cabeza. Atribuyó el tropiezo a un simple error y continuó su tarea. Pero la falla reapareció cuando una v sustituyó a una f, una q en lugar de una s. No se debía a errores al pulsar un teclado. Escribía con birome. ¿Dónde nacía esa rebelión?. La clara percepción sobre pequeños detalles no lo paralizaron. Continuó enmendando esos errores. Se conformó al concluir que tenía plena conciencia de cometer equivocaciones involuntarias. Se desafió a iniciarlo todo de nuevo en otra hoja. Nº 829 lo primero que le salió. Se acrecentó de pronto una angustia subyacente. ¿Qué le estaba pasando? Reaparecieron letras infiltradas. Su conciencia le dijo que sus órdenes mentales no se cumplían a cabalidad, a pesar de su voluntad, de una instantánea corrección. Rebelión de acentos, rebelión de letras, rebelión de números. Desconcertado y como ya era tarde detuvo su tarea y se retiró a descansar. Ignoraba que todo se manifestaría con mayor gravedad al día siguiente, cuando intentara jugar como todas las tardes en el bar su partida de ajedrez. Estaba convencido, seguro que lo suyo no era ningún síntoma.
Chau y hasta la próxima