Nº 559 Una reunión a la hora del té.

El triunfo de la muerte P. Brueghel el Viejo 1562.

Son las cinco de la tarde y la costumbre inveterada formada a través del tiempo para transformarse en tradición se inserta en este caso dentro de lo absurdo. Quizá sea el te el catalizador social más difundido dentro de la cultura occidental bajo la influencia anglosajona.Pensemos fué conocido en China  2.500 AC. Los portugueses lo llevaron a Europa alrededor de 1547. El 1º cargamento llegó a Amsterdam en 1610, Francia comenzó a conocerlo en 1635 y por fin se puso de moda en Londres en 1657. Convocar imaginariamente a una amable reunión donde entre bellas tazas, teteras, sandwiches, dulces, scons, son el pilar donde se intercambian frases ingeniosas sobre todo si se las adjudicamos a Oscar Wilde

Ahora en  acto absurdo, demencial las iremos reuniendo extraídas de un cuadro. El triunfo de la muerte de Brueghel el viejo pintura de1562.. Arrancadas del horror y del dramatismo representando aquello cuando el te era desconocido y estas circunstancias imposibles. No importa igual aquí van llegando, se sientan, luego veremos quienes. Gran parte no puede hablar, están muertos. No se desprenden del lugar donde fueron colocados para sufrir y morir, e las ruedas, de las horcas. El carro que lleva cabezas, cráneos, no se detiene.Las tropas colocadas detrás de los escudos no se mueven. Ninguno de los muertos esparcidos atina a sentarse a charlar. Se disipa la atmósfera tétrica llena de incendios y humo. A pesar de la inmovilidad de los componentes del cuadro el clima para la reunión es otro, porque la pareja que se ama en un  rincón, ausente de semejante tragedia, manifestándose su amor en la embelesada mirada de ella, arrebolada con la música tañida por él,por sus románticas palabras. Ambos se levantan y se dirigen cansinamente a sentarse a la mesa a tomar su te.Con amabilidad, buenos modales se sirven, se dicen su pasión. Sonríen convencidos de ser ello los triunfadores, superadores de todo aquello que el hombre-horror es capaz de hacer. Mas no es el hombre-horror;.no es más que un simple instrumento. Ella es la verdadera triunfadora.

La pareja sin querer pensarlo, sin querer admitirlo saborea su amor, saborea su te negándose a admitir que esa verdadera triunfadora está allí, omnipresente, y que ellos también sucumbirán en sus brazos.

Chau y hasta la próxima.