Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 5 de junio de 2013

Nº 631 Aguafuerte. Recordando a Tolstoi

 

DSC03169

 

"Pinto mi pasado, describo mi vida"

Intentaré con esta nueva etiqueta contar y desarrollar episodios, hechos referentes a mi vida hogareña,sobre todo a nivel infanto-juvenil. Por supuesto no tendrá la gracia ni la contaré con la maestría ni el talento de Roberto Arlt. Tendrán si la sencillez de pequeños episodios, para mi entrañables en el recuerdo, el gozo, la nostalgia de la evocación.

Como sabemos aguafuerte es una técnica de grabado  para producir creaciones artísticas. La interpreto en su aplicación que en lugar del ácido que grabe la plancha de cobre, ha sido la miel, por momentos acidulada, la que ha grabado la plancha de mi alma.

Dos chicos jugando.

Era muy frecuente, hablo de la década del 30 del siglo pasado, ver chicos jugando al “cabeza”. Se disponía de una pelota de goma, por lo habitual marca Pulpo tamaño mediano. Uno parado frente al otro a considerable distancia. El juego era cabecear solamente, prohibido patearla y vulnerar así cual gol  el espacio rival. Si se lo conseguía era un punto, por rechazo dos. Estábamos en el patio de unos 13 metros de largo cabeceando otro chico y yo. Rodeados de macetas con malvones y geranios, lindando con un bellísimo jardín. Debíamos cuidarnos de no romper las plantas. En cada cabecera había un banco rojo de plaza. De techo un alto y grandísimo parral ofreciendo racimos y racimos de uva americana.

La pelota iba y venía sin conseguir ninguno de los jugadores puntuar. El gol no se concretaba. Hasta que poniendo cada vez mayor esfuerzo y furia en los envíos, estiré la mano hacia una bocha de balero suelta sobre el banco rojo que estaba a mis espaldas, y se la arrojé a mi rival en lugar de la de goma. El con total ingenuidad e inocencia, inadvertido la cabeceó en rechazo, para luego romper en doloroso llanto.

Osvaldo, perdí todo rastro de tu vida, no tuve la más mínima noticia tuya. Ningún indicio. Supe navegabas por los mares del mundo.

Ese día yo fuí el primer sorprendido al comprobar la existencia de cierta crueldad en el niño que comete travesuras. Lo peor, muy festejada en esa circunstancias, con carcajadas, por los mayores. Imperdonable.

Chau y hasta la próxima.

 

  Imagen : De la serie miniaturicario. Locomotora hecha  por Veji con corcho y botones.

No hay comentarios: