Nº 835 La persona.

 

 

"Grande spatium mortalis aevi"

En mis etiquetas, ahora las personas he citado una considerable cantidad de personalidades de distinto tipo que tuve el privilegio de conocer o de ver. Hoy, el título la persona es más que significativo. El conlleva lo que la naturaleza humana, la vida, el destino marca y señala a cada uno su papel en la tierra. Ella trabajó muchos años  en casa. Honesta, fiel, cumplidora fue testigo en ese largo período de nuestros avatares, positivos y negativos, hasta que un día se marchó. La seguimos viendo esporádicamente, porque ella era la destinataria de nuestras ropas usadas, nuestros enseres domésticos y cuanta cosa suponíamos le resultaría útil. Desde nena, en su Salta natal y luego en la capital trabajó, trabajó y trabajó siempre en lo mismo. De gran sensibilidad musical , su tarea, más de una vez la hacía escuchando música clásica. Lo que la vida en educación le había negado la suplía con su enorme capacidad de apreciar y valorar. Cargaba y cargó  con una numerosa familia nada ejemplar, cual parásitos usándola y explotándola sin consideración alguna. Ella se refugiaba en la religión donde además la consideraban y valoraban dirigiendo grupos y participando en coros.Hace poco nos hizo una visita, se llevó todo aquello que mi esposa le había preparado. Quedó en volver para despedirse definitivamente.Harta de soportar a toda su familia regresará a su tierra llevándose a un hijo discapacitado al que protegió siempre.

Yo, sin conocer su casa, su barrio, sino como simple, esporádico y ocasional testigo, me puse a reflexionar sobre esta mujer, como hay millones en el mundo cuya vida de entrega y sacrificio, los ofendidos y humillados  me dije. Esta, estas son las personas mayúsculas. Siempre fui un ateo, no un agnóstico sosteniendo lo difícil de serlo, en especial cuando sin ilusión, sin esperanza se acerca la hora de la muerte por indefectible lógica dada la carga etaria que nos implica. Pero al mismo tiempo comprendí que sencillo es serlo cuando la vida no te estrangula con la necesidad material. Fácil querer cambiar el mundo desde una posición relativamente cómoda, eso sí con el mérito de arriesgarla. Pero esta persona, sin religión como habría sospechado la existencia de un posible cambio, en que consistiría y de involucrarse en la lucha cuanto arriesgaría de su pan cotidiano. Una vez, estando en Tucumán frente  a un Cristo dentro de una iglesia entró una muchachita, se arrodilló y habló con el largo rato. Que dijo, lo ignoro, no escuché mas que los susurros de su voz, y yo me dije, el marxismo no puede reemplazar a esta fe. Si esta persona no cree¿que hace? Entonces ahora con todo el respeto del mundo les cuento  que esta ES LA PERSONA, la encabeza de lejos, está por encima de todos los demás. Son los ofendidos y humillados como ella, los que merecen nuestro primer reconocimiento, nuestro compromiso  de volcar importantes esfuerzos para que en algún momento de la historia ellos dejen de ser los ofendidos y humillados, se les reconozca su condición de personas.

Chau y hasta la próxima