Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

martes, 11 de marzo de 2008

El cocodrilo

Nadie puede imaginar ni remotamente lo que significa tener la paciencia de esperar millones y millones de años. Trasmitir esa paciencia de generación en generación, para lograr atrapar un alma. Apoderarse de ella. Porque no es portarla desde que uno nace, asomarse a la vida con ella. A los animales que nos está vedado ese don, debemos asistir a un largo, larguísimo proceso para conseguir una prestada. Conviví con los dinosaurios, yo vengo del jurásico, hace unos ciento cuarenta millones de años. Con los ojos cerrados, al sol, en el agua, en el barro, mientras a mi lado desfilaban especies tras especies evolucionando, extinguiéndose. La tierra en plena y variada metamorfosis. De generación en generación insisto, trasmitiendo esa poderosa ambición. En cada huevo la semilla del alma ajena. Recién una luz de esperanza aparece entre 500 mil y 30 mil años atrás. Vislumbro un ser viviente que puede concretar mis antiguas pero nunca deshechadas esperanzas. Sabía que ese homo sapiens crearía su propia fantasía. Que la imaginación lo llevaría a negar la posibilidad de su desaparición definitiva. La imposible aceptación de la muerte. Pensó dioses, inventó religiones. Hasta que una palabra lo alumbró todo. METEMSICOSIS. Clave para millones y millones de años de espera. De serena y segura vigilia, aunque yo apareciera durmiendo plácidamente en el fango. Ojos cerrados sí, pero astucia, convicción perfectamente alerta. Metempsicosis. ¿Cómo se me daría?. Supe que me sería imposible reencarnarme en un homo sapiens, en el hombre, pero supe también que aquél cuya conducta en la vida podría condenarle a ser en otra, por pecador ,en un animal o una planta. Mi oportunidad. Así fué. Muchos de ellos son ahora cocodrilos. Pululan por los ríos, lagos, pantanos, distintas latitudes. En especies variadas dentro de una y ancestral: el cocodrilo.

Curioso porque a juzgar como nos trata el hombre, persigue y explota, esto no debería suceder, siendo quienes somos, portadores de muchas de sus almas, si luego se las hemos devuelto reencarnados. Si miran bien, si los estudian y analizan. Conductas, actitudes, psicologías, comprobarán que de nosotros les han quedados rasgos, características. Sin que nadie sospeche el mundo está lleno de hombres cocodrilos. Basta con pensar como anda la humanidad.

Chau y hasta la próxima

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