Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 19 de marzo de 2008

Semana Santa.


Me parece una irrespetusidad de mi parte, siendo ateo confeso, meterme a comentar la llegada de Semana Santa; hablar de su significado; evocar recuerdos del pasado cuando mi hogar era presidido por mi viejo, un socialista recalcitrante y comefrailes. Quizá podría apelar a mi magra memoria, no tengo el texto, de haber leído de Rubén Darío en uno de sus poemas el momento que una mariposa se posa en uno de los clavos que sostienen a Cristo crucificado. Una creación poética y religiosa de incomparable belleza. Decidí entonces para mi blog alusivo incorporar tres textos destinados a Cronicario, vinculados con la religiosidad.

Rio de Janeiro: Cuando llegué a Río era de noche. Confieso quedé deslumbrado por el derroche y la profusión de luces. Igual impresión me llevé por la magnificencia del hotel. A la mañana siguiente y a plena luz del día pude admirar mejor su paisaje. Recorrerlo y hacer paseos como cualquier otro turista. Pero también indagué, miré a la gente, averigüé aspectos de la situación social. Me enteré de muchas cosas. Que Río es una de las ciudades más violentas del mundo. Que tiene un altísmo grado de prostitución. Hay hambre, hacinamiento, delincuencia, drogadicción con el correspondiente tráfico, parapoliciales. Estos son algunos de los índices más elocuentes del drama de Río de Janeiro.
Una noche, recreándome con el espectáculo de los edificios, avenidas y parques iluminados, ví en el cielo azul, estrellado, al Cristo Redentor, como suspendido en el espacio. Esa es la sensación visual que da su imagen colocada sobre un morro mimetizado en la oscuridad que lo rodea. Ante esa presencia casi mágica, dominante y profundamente mística me pregunté: ¿nadie en esta ciudad dirige su mirada hacia arriba?. Y si lo hacen existiendo tanta injusticia, dolor, muerte. ¿Hay respuesta?

Una iglesia en Brasil: Visité en 1979 las obras de la iglesia Nuestra Señora de la Aparecida. Llegué un atardecer y quedé muy impresionado por su tamaño monumental. Construída sobre una elevación asume de esta manera una posición dominante. Sus paredes en ese momento estaban aún desnudas; visibles los ladrillos, las vigas de hormigón, sus hierros, sin adornos religiosos o rituales que la vistieran o adornaran.La caída del sol contribuyó a crear un clima casi frío, y uno espiritual de recogimiento. Frente a uno de los ascensores me pregunté jocosamente. Tomándolo para abajo¿lo llevará a uno directamente al infierno?. Luego, corrigiendo la ocurrencia y mirando hacia arriba tuve la sensación que el último piso sería el cielo.

La iglesia de Uquía: Inserta en ese maravilloso paisaje, la Quebrada de Humahuaca, es blanca, pequeña. Su arquitectura es típica del altiplano. Se destacan su torre campanario separada del cuerpo propiamente dicho y el retablo estilo barroco. En su interior descansan los restos del historiador jesuita Pedro Lozano. Para entrat en ella en ese momento una cuidadora con una larga llave en mano de plata peruana, nos abrió la puerta dos veces centenaria. Adentro, en las paredes de su única nave, cuelgan cuadros al óleo de santos, cuyas figuras, por su vestimenta, son iguales a las que llevaban los miembros de la corte española de la época. Todos ellos son obra de la escuela pictórica cuzqueña. Su altar es de madera totalmente laminado en oro. Pero le falta un rizo que alguien se robó creyéndolo de metal macizo. Al levárselo, ¿habrá pensado que en sus manos tenía un pedacito de fé?

Chau hasta la próxima.

1 comentario:

vedia dijo...

SEMANA SANTA: yo soy persona de mucha fé. Fé en la existencia de algo superior, lo llamemos como sea: Dios, Energía, Buda, Mahoma, Alá...No estoy de acuerdo con muchos actos que la Iglesia Católica, como institución, realiza.Entre ellos los de Semana Santa.Pienso que nos han metido el miedo a través de los siglos, y la realidad es que EL INFIERNO, está en las calles y en la vida de Rio de Janeiro, de Buenos Aires y de tantas ciudades y ppueblos del mundo: violencia, hambre, prostitución, drogas,etc. Gracias por tus escritos, siempre dan para comentar mucho.