187 Preguntas que me hago

Aunque el tema no corresponda,dedico este blog a mi hijo Nicolás que hoy cumple años.

Vivimos en estos días la evolución y evaluación de una crisis mundial por momentos casi sin precedentes. Algunos la comparan con la gran depresión del 30, otros con la situación generada en la post 2º guerra mundial. Davos y Belén en choque antagónico coinciden en la gravedad pero no en culpabilidades y responsabilidades. Los verdaderos culpables admiten desconcierto y tibia autocrítica. Los de Belén  cargaron con razón las tintas en ellos, los causantes absolutos de semejante desastre que , como siempre pagarán en primera instancia los pobres, los asalariados. Se llega  a debatir si se vislumbra el fin del capitalismo o su trasnformación, vaya uno a saber, sobre la base de medidas, maniobras y artilugios para continuar, en todo caso en diferente vigencia. Vigencia al fin como supervivencia desgraciada, pues como sostuvo Bill Gates si lo que sucede en Africa lo fuera en otra parte más "importante" del mundo,sería una verdadera conmoción, que por ahora merece, con suerte livianos auxilios y miradas de conmiseración. Y en estas reflexiones me asalta una gran duda. Con la derrota del comunismo, el capitalismo, sus leyes de mercado, la globalización,se hizo dueño absoluto de la situación mundial, con pequeñísimos focos opuestos de relativa relevancia.

No se mitigaron los grandes conflictos. Continuaron guerras, diferencias acrecentadas entre pobres y ricos. Aumentos cuantitativos y cualitativos del hambre, injusticias, sometimientos, esclavitudes como las del pasado y las nuevas del presente. La explotación infantil. Estos desastres y los naturales, por acción humana más un larguísimo etc que no abundo porque supongo con la mera enumeración de estos pocos, son más que suficientes para ejemplificar mi reflexión, pensamientos, dudas.

No será que el capitalismo en su reciente etapa histórica, al erigirse en triunfador sobre el mal llamado socialismo real, al hacerse dueño imperial, anidó en su seno el huevo de la serpiente. Sin antagonismos, descontrolado, desarrolló sin límites y a fondo , fiel a su naturaleza, sus propias contradicciones?. Cayó así con rapidez más que en una crisis cíclica, propia de su condición, en un estado de postración que posiblemente lo obligará a una reformulación completa. Ya no se trata de socializar pérdidas y de privatizar ganancias. Pienso nos encaminamos al hallazgo de fórmulas  que eviten el aumento abismal entre ricos y desposeídos. Es  un problema de supervivencia. De continuar en el despilfarro de los recursos naturales no renovables en pos de un consumismo irracional la suerte está echada. Y en esta cuestión deberán jugar un papel importantísimo los sindicatos que hoy bregan con lógica en la defensa de sus fuentes de trabajo, pero que no objetan sobre el tipo de producción. Si cierra una fábrica de armas, no es cuestión de luchar porque permanezca abierta. Otro tanto está sucediendo con la producción de automóviles donde los gobiernos utilizan el erario público para sostener producción y demanda. No soy economista, politólogo, sociólogo. Sencillamente un anciano con atisbos de racionalismo, de un pretendido sentido común, de espectador absorto  por acontecimientos históricos de los que fuí privilegiado testigo. Insisto en mi presunción.

Capitalismo, derrota de su feroz enemigo, el "socialismo real",y pone, incuba su propio huevo de la serpiente. Pretende ignorarlo  con fórmulas como desarrollo sustentable, inviable  o su opuesto, el decrecimiento, ambos componentes del aludido gatopardismo.

Lo que siga, lo que venga podrá ser más drama,más tragedia, la extinción, o una ilusionada esperanza.

Chau y hasta la próxima