Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

lunes, 30 de marzo de 2009

Extra nº 12 Miguel de Molina




Hace pocos días ví en la TV española un recordatorio sobre los 100 años del nacimiento de Miguel de Molina. Aparecieron fotos, algunos pantallazos de sus actuaciones,algo de su historia, de su acendrado republicanismo que junto con su manifiesta homosexualidad le valió la persecusión del régimen y su huida a la Argentina. Hablaron algunos parientes y se vió  una especie de museo conteniendo su ropa. Luego él ya viejo, nunca volvió a España, aunque manifestaba su nostalgia y amor hacia su país. Vistas cuando el embajador español lo condecoró en solemne acto y entre los asistentes estaba Tania. Luego, su entierro con el féretro envuelto en ambas banderas en el Panteón de los Artistas en la Chacarita de Buenos Aires. Según el relato su familia no hacía la menor gestión por repatriarlo. Está reposando en su segunda patria que tanto lo amó y veneró.
Se asomaron mis recuerdos y a ellos voy a referirme aunque con el riesgo de ser traicionado. Como lo dije otras veces prefiero aventurarme en el error a quitar frescura y autenticidad. Sin ir más lejos en mi blog 151 titulado Francois Pignu cuando nombré a Víctor Hugo debí haber dicho Emilio Zola.Son traspiés .Siempre hay tiempo para la verificación y para corregir. Alguna vez cité  por encima de lo vivido está lo recordado. A los hechos la memoria le agrega fantasía..Volvamos a lo nuestro
Creo recordar su arribo a Buenos Aires pero no el año,aunque presumo en la década del 40. Arribo tardío en relación a otros grandes artistas y escritores que huían de la guerra civil, como Margarita Xirgu, Pedro López Lagar, el gran historiador Claudio Sanchez Albornoz a quien conocí personalmente  y alguna vez contaré mi entrevista en su casa de Avila cuando ya había regresado a España, poco antes de su muerte. Una enorme lista de quienes enriquecieron nuestra cultura con sus valiosisimos aportes.
En Buenos Aires había una gran ola española y sus artistas populares llenaban teatros, radios, cines y los famososo "colmaos". Artistas autóctonos hacían de españoles por el éxito del género. Corriente, hoy de intercambio que continúa en plena intensidad. Un cantante, llamado Angelillo nos deleitaba con su voz y sus canciones. Pero Miguel de Molina fué algo especial y único. Popularizó canciones. Actuó hasta que él no quiso más. Se lo admiraba, quería, respetaba. Lo ví en el teatro varias veces, en especial en el Argentino, que años más tarde la intolerancia prendería fuego y reduciría a cenizas ante la inminente presentación de la ópera Jesucristo Super Star. También actuó en el Colón. Miguel de Molina, su elegancia, sus famosas blusas, todo ese vestuario ahora mostrado, en movimiento, puesto sobre un artista incomparable. Su forma de cantar única. Ya retirado yo estaba escuchando una audición por Radio Rivadavia llamada la vida y el canto conducida por Antonio Carrizo y pasaron una grabación de ojos verdes,por no sé que intérprete. Llamó por teléfono Miguel de Molina y en educada crítica a los elogios del conductor le demostró a capella como debía interpretársela. Toda una lección de arte.
Pasó el tiempo y un día caminando con mi esposa por la calle Echeverría, cerca de la plaza Belgrano lo vimos parado en la puerta de su casa, una casona estilo español, ya demolida y reemplazada por un edificio de departamentos, donde no consta ni una placa en su memoria. Estaba parado, sin su sombrero, presumo mirando la calle, el pasar de la gente, el mundo que estuvo a sus piés en acotada perspectiva. Lamentaré siempre no haberme detenido para expresarle algo, lo que se me ocurriera, seguro en balbuceada admiración. Poco tiempo después murió.
Chau y hasta la próxima.
 


1 comentario:

coto dijo...

Por qué no lo habré hecho?
Por qué no le habré dicho?
Estas y otras preguntas.
Qué senderos nos ocultan? Nos gustaría haber hecho caso a ésas señales? Si las seguimos,perdemos las que vivimos.
Volviendo a Molina,qué gran artista!Durante tres años(veranos) trabajé en un bar por las noches,desde las seis de la tarde hasta la madrugada.
Era raro la noche que no había un hueco para la música de Miguel de Molina.