Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 10 de octubre de 2009

249 Trátame de usted.

"No la desafíes ni la desprecies, ella siempre gana"

Colgado ,oscilando en el espacio, el primero de una cordada desprendida, caída en el fondo del abismo, aguardaba con impaciencia el fin del desastre en que había terminado el intento de escalar tan importante y difícil montaña. El desafío madurado en tiempo y forma y sospesados los consabidos riesgos, componían parte de una aventura llevada a cabo y concretada hasta ese momento, impulsada por ese afán que al hombre, en particular al escalador como aquellos otros que practican deportes de alto riesgo, los lleva a poner en juego su vida, en contraste con el instinto de conservación, propio de todo animal viviente. Es casi extraño que un impulso logre imponerse sobre el otro. Pero así son las cosas y el grupo de cuatro luego de haber evaluado los pro y los contra emprendió la escalada en abierto reto a ese nuevo desafío. Pero en esta oportunidad dificultades impensadas o insuficientemente pensadas , errores sutiles, más el destino, los llevaron al desastre. Después de un par de jornadas de complicado ascenso pero más o menos favorable dentro de lo previsto, de pronto algo falló. El tiempo sufrió un brusco cambio que la meteorología no anunció justo en el momento que trepaban la pared más vertical. Pendientes en el espacio, suspendidos por clavos y cuerdas comenzaron a oscilar como péndulos humanos en temperaturas inesperadamente bajas. Piedras desprendidas caían peligrosamente. De pronto sus tres acompañantes se soltaron y cayeron al vacío. Y allí en el fondo ya estaba ella esperándolos. El, desde su posición de trágico espectador la vio acercarse a dos de los caídos en grotesca posición cual fantoches y los miró con indiferencia. Al tercero, seguro con hálitos de vida lo palmeó cariñosamente. Le susurró palabras al oído, como si se tratara de un viejo y esperado amigo celebrando así un reencuentro o el haber acudido a una cita previamente fijada. Pero ella tenía una actitud rayana con la mímesis. Pasado un tiempo que a él desde lo alto se le hizo eterno, ella abandonó alegremente el escenario. Quedó solo, suspendido en el espacio, sin esperanza, presa de la más terrible angustia, abandonando toda esperanza de recibir auxilio, sintiendo como su cuerpo y su alma se iban congelando. Ebrio de agonía esperó con impaciencia su fin. Consideró a la muerte como una bendición, la ayuda necesaria para poner fin a tanto sufrimiento físico y moral. Moriría, eso sí en su ley, luego de haber arriesgado tantas veces una preciosa vida. Allí estaba intentando pensar, por momentos casi sin aliento, y aquella, la misma que había visto rondando y acompañando a sus desgraciados camaradas de aventura, se le presentaba a su lado, etérea, suspendida en el aire, inmune a los vientos, al frío, a los desprendimientos de roca y nieve. Nada parecía conmoverla. Ella le habló al oído. Le dijo palabras balsámicas referidas a su breve e inminente futuro. Le aguardaba un feliz y lógico desenlace que terminaría con tanto penar. Pero lo hizo con un tono burlón, palmeándolo confianzudamente, explicándole con sarcasmo y excesiva confianza el porqué de su presencia allí. Pasó a usar términos agresivos en un tuteo irrespetuoso, teniendo en cuenta el momento en que se desarrollaba el diálogo..El,en casi inocente e incontrolada reacción le respondió intentando poner límites formales a tanta casi grosera verborragia. Ella se alejó, lo dejó librado a su suerte. Creció su tortura, se lentificó su marcha desgarradora hacia un fin que ahora anhelaba se produjera con toda urgencia. Imploraba por el fin de un sufrimiento que tardaba en llegar. Pero ella se había ofendido vengándose en alargue innecesario de torturas y padecimientos.

Todo porque él, en reacción incontrolada alcanzó a murmurarle a un oído sin carne, a vislumbrar una mirada sin ojos, a percibir una sonrisa sardónica,estereotipada, alcanzó, repito a murmurarle "trátame de usted".

Chau y hasta la próxima.

No hay comentarios: