Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 17 de septiembre de 2011

451. Despedida del solsticio de invierno.

 

invierno, Goya Invierno, Goya.

 

"Nos conformamos  con vivir solo una vez, salvo a través de nuestros hijos". Christopher Hitchens.

No había pensado hacerlo, mas dominé  la impresión de generar la idea de haber caído  en una costumbre muy común de los ancianos. Suponer superado cada hecho importante como acto irrepetible en virtud de tener un horizonte acotado. No me ha movido este rasgo mi me dejé arrastrar por impulso alguno. Sigo repasando las sabias  y por momentos motivadoras páginas de Así hablaba Zarathustra. Leo una frase desencadenante "El invierno, un malévolo  huésped se ha acomodado en mi casa, su amistoso apretón de manos me ha dejado las mías amoratadas. Respeto a este malévolo visitante, pero me gusta dejarlo solo." Y pensé, cierto. Se abre una nueva y hermosa estación.El color negro de mi UFA será reemplazado por el azul representativo para los chinos de la primavera. Este año adopté desde el otoño el hábito y creencias de esta civilización, de esa cultura. El invierno no me dejó las manos amoratadas, ni padecí por privilegios de la vida, privaciones,frío, ni siquiera hasta el momento de las clásicas enfermedades propias de la estación. Dentro de mis achaques no lo paso mal. Pero ahora sí reflexionaré sobre el paso del tiempo. Porque su transcurrir, con independencia de las circunstancias, va marcando paso a paso el uso que de la vida hacemos. Horas de balances, de conclusiones, de autocríticas. También de sabrosas experiencias. Vuelvo al texto "Un lecho pequeño me cobija mas que un rico, porque estoy celoso de mi pobreza, que en invierno me es más fiel." ¡Cuanto se podría decir al respecto!. Pero no, hoy con la brevedad correspondiente a esta despedida, preparándonos para a gozar esta nueva estación y vida, concurrentes, saludamos, no con un adiós cuyo significado  sería abandonar la ilusión de volver a estrecharle las manos, aunque deje moradas las nuestras, sin hasta volver a levantarnos pertrechados y preparados para soportar sus inclemencias y volver a repetir un ciclo. Por momentos nos parecerá indefinido aunque sabemos perfectamente su finitud.

Chau y hasta la próxima.

No hay comentarios: