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"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

lunes, 12 de septiembre de 2011

Extra nº 39. Salvador Allende.

allende Salvador Allende, 1971, dibujo de Gustavo Gargiulo.

Coloco a S. Allende en este Ufa extra y pensarás es una contradicción, ya que el contenido de esta nueva serie está mas bien dedicada a las indignaciones y furias que despierta en mi la realidad. Como me coincidió con la fecha de Sarmiento opté por desdoblar  la publicación. Por otra parte el golpe de Pinochet de ese 11 de setiembre que culminó con la muerte del presidente es lo suficientemente trágico. Sus consecuencias fueron durísimas y algunas de ellas serán mencionadas. Hoy el neoliberalismo tan alabado por todos aquellos que puntualizan el modelo chileno, se encuentra en crisis aflorando todas las desigualdades sociales y las luchas desatadas dentro de ese heroico pueblo.

Chile era una fiesta, vista con ojos de simpatía. Tragedia para la derecha recalcitrante y sus patrones Nixon-Kissinger. La Unidad Popular había llegado al gobierno luego de años de duro batallar. En 1972 se realizaba en Santiago de Chile un congreso panamericano de odontología y acuciados por la impaciencia de ver ese,  por el momento pacífico y democrático milagro, un buen número de profesionales argentinos, con el pretexto de concurrir a ese evento, quisimos asomarnos, presenciar y si cabía compartir la experiencia de ese pueblo, que a diferencia del cubano, sin violencia y en plena guerra fría se había atrevido a torcer los mandatos del imperio, sin más armas que el voto. Se tenía la sensación que el mapa latinoamericano continuaba cambiando por vías incruentas, plasmando esperanzas largamente contenidas. Chile, entre tantas frustraciones había experimentado la traición de Gabriel González Videla, que llegado al poder con el apoyo del progresismo y promesas de neto corte izquierdista, se convirtió en implacable perseguidor de lo popular, aplicando un programa de gobierno netamente conservador. Un diario del Partido Comunista Chileno, El Siglo, fué el autor de un titular con letras catástrofe, de la famosa frase publicada con motivos de las fiestas de fin de año "Un saludo para todos los chilenos menos a uno". El paso por el poder del Gral. Ibáñez del Campo fué otra frustración. Con Allende sí se abría el camino para el cambio que el pueblo soñaba, y nosotros también.

Generalizamos con poco realismo, nos dejamos llevar por el entusiasmo y llegamos a creer que todos compartían sentimientos y pensamientos, cuando la realidad no era como nosotros creíamos verla. En simultaneidad se incubaba el huevo de la serpiente que en los hechos se mostraría en toda su crueldad. Pero nosotros interpretábamos que todo el mundo era feliz. Abonaba esa imagen la proximidad de la fiesta patria, la obligación por ley ,por lo menos en ese tiempo, de embanderar casas y edificios, de manera que visualmente el país parecía estar envuelto en una gran fiesta patriótica, al que no aparentaba ser ajeno el cambio político  que ya llevaba cierto tiempo. En esa fiesta patria lo vimos a Salvador Allende. Imaginábamos poco menos haber arribado al mundo socialista, donde los cambios como la reforma agraria parecían de ciencia ficción. Vuelvo a la visión de Allende. Lo vimos con su banda presidencial acompañado por su esposa Hortensia Bussi asomándose al balcón de la Casa de Moneda. Luego el desfile militar y su automóvil pasando  a escasos metros de donde estábamos parados. A los pocos días en un acto público tuvimos el privilegio de saborear sus dotes oratorias, haciendo frente con movilización popular a las primeras nubes amenazantes del horizonte político. Durante nuestra estadía asistimos a actos, reuniones donde nos contaban como se iba produciendo la transformación. Sus entretelones. Parecía un sueño. Nuestro principal cicerone una colega chilena que nos llevaba de un lado a otro en su mini-cooper. Su hijo era un importante funcionario del gobierno, y ella volcada al sistema nacional de salud había cerrado definitivamente su consultorio. Cuento esto por lo que sucedió después..Transcurrido un año, el golpe del 11 de septiembre perpetrado por Pinochet echó por tierra los sueños, no solo de un pueblo, sino de gran parte de América Latina. A nuestra mencionada cicerone le fusilaron al hijo. Nosotros ,los argentinos le compramos un equipo odontológico nuevo y se lo enviamos para que pudiera ejercer nuevamente la profesión, cosa que hizo por un tiempo. Luego se suicidó.

Salvador Allende nació un 26 de junio de 1908 en Valparaíso. En 1926 se recibió de médico. En 1933 se afilió al partido socialista. El Gral. Ibáñez del Campo lo persiguió. Luego diputado nacional por Valparaíso y Aconcagua. En 1939 con Aguirre Cerdá es nombrado ministro de salubridad , de previsión y asistencia social. En 1940 se casó con Hortencia Bussi. En 1945 es senador por Valdivia y provincias del sur. En 1952 se  presenta como candidato a presidente y solo obtiene el 5% de los votos. En 1964 es nuevamente derrotado, esta vez por Frei. El 4 de setiembre de 1970 con el 36% de los votos de Unidad Popular gana y es elegido presidente el 4 de noviembre de 1970 en acuerdo con la democracia cristiana. Ante su afirmación en el gobierno, sus avances, la derecha,ya que en cada elección aumenta su caudal de votos, junto con la democracia cristiana y los militares con el apoyo de Nixon el 11 de setiembre de 1973 se produce el golpe. Es sabido que durante mucho tiempo se especuló con la forma de su muerte aclarada recientemente. Fué suicidio pero se inmoló por la gran causa, su Patria.

Chau y hasta la próxima.

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