Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 16 de junio de 2012

Nº 530 Destino.

 

“El que está escrito”.

¿De donde le había nacido esa perversa crueldad?. De niño se entretenía destripando insectos. matando pajaritos, liquidando cuanto pobre bicho se ponía al alcance de su mano. No se diferenciaba mucho del resto de los niños inclinados en su mayoría en hacer cosas parecidas. Lo suyo más sistematizado en búsqueda permanente y no como acto ocasional. Con los restos mutilados se complacía en asustar a las nenas de su edad, los llevaba al colegio en cajitas cuidadosamente embaladas, abriéndolas en el momento menos esperado, para su regocijo , terror y asco de los presentes. Cuanto más terror más regocijo. La directora, maestras caían sobre él  en actitud represiva que asumía y trasladaba en mayor escala y encono a sus nuevas víctimas. Su vida de hogar se alternaba entre el amor maternal y las palizas propinadas con una mezcla de severidad y pena. Cuanto más lloraba, pataleaba, más abundantes las lágrimas de su madre, que entre berridos gritos y consejos no  interrumpia la lluvia de golpes. La gran paliza  no física la recibió un día cuando curiosamente no había hecho nada malo. Tendría unos diez años en un medio día regresando de la escuela con el guardapolvo, contra su costumbre inmaculado, el moño azul sin deshacer, los zapatos lustrados. Vió algunos vecinos reunidos en su modesta casa, una tía llorosa, el padre. Su madre, le contaron había muerto tendiendo la ropa por una descarga eléctrica. No se la dejaron ver en ese momento. Sintió sobre su cuerpo los golpes ausentes, las reprimendas que no le llegaban. la humedad de sus lágrimas, la voz no escuchada. Fué sin duda la más grande y peor paliza de su vida. No derramó una lagrima. No se permitió el menor gesto de dolor y pena. Pero un odio profundo a lo desconocido,su destino, sin saberlo dirigir a quien, se anidó en su alma.

La vida continuó, se endureció aún mas, de serle posible. Olvidó la muerte de su madre, las circunstancias, eso creyó. Jamás derramó una lágrima de pena o arrepentimiento a pesar de su ejercida crueldad.. Mas un día se sentó en el sillón de su soledad y rompió en llanto incontenible. Desconcertado por el estallido de sentimientos que siempre logró ignorar, dominar a su yo.. Repareció el recuerdo de su madre, de sus castigos y sus mimos. Quedó abrumado, sollozando sin explicárselo, Su destino se mostró en toda su crueldad.

Chau y hasta la próxima.

No hay comentarios: