Nº569 El perdonado.

  El perdón secreto, óleo.

 

 

"Dios apenas necesita intervenir. El dictó la ley y luego nos dejó hacer" M.Gandhi.

Por momentos no se reconocía. La vigencia de sus correrías, de su turbulenta juventud. La violación sistemática , inconsciente y quizá involuntaria de todas las leyes sagradas.Robó, asesinó.Vivió en pecado permanente. De aspecto desaliñado, evidentemente sucio, vistiendo ropas raídas, sandalias destartaladas.Sus manos, ejecutoras de órdenes impartidas por una cabeza cubierta por negros cabellos enrulados, barba larga, nariz afilada, boca apretada y unos ojos oscuros, oscurísimos llenos de brillo y maldad, esas manos nervudas, duras,ejecutaban con habilidad poco común las órdenes recibidas. Nada salía de su corazón

Ese  mediodía estaba sentado cerca de una fuente bajo un sol abrasador.Lugar barrido por un viento aunque no muy intenso lo suficiente para levantar una pequeña nube de polvo, que jugando el papel de tenue neblina lo envolvía, aislándolo del entorno. Su mirada, cosa rara se había apagado al influjo de una extraña sensación interior.Revivieron los caminos transitados en un reciente pasado, sus delitos, la cárcel. En la fiesta de las fiestas, por tradición un delincuente debía ser perdonado, nunca imaginó que el beneficiado sería él.. No atinaba a comprender el porqué de su suerte. Ignoraba, no tenía porqué saberlo que su nombre trascendería  a la historia.

En plena inconsciencia despertó al oir voces que le llamaban. Intentó desentenderse mas no le fué posible dado que ellas se tornaban más fuertes e imperativas. Querían incorporarlo a la rutina de las fechorías.Allí si se resistió. Toda su conciencia conmovida , al compararse entre él y el condenado.Igual las voces siguieron llamándolo ,, gritándole  ¡Barrabás, Barrabás!.

Chau y hasta la próxima.