Nº606 El placer de releer.

  

"¿Qué puedo conocer?.¿qué puedo hacer?.¿qué me está permitido esperar?"  E. Kant.
Curioso. Perdón, comencé mal. Con esta palabra equivoco el camino de lo que quiero decir. Vamos de nuevo.

Al placer de releer se lo goza a través del tiempo cuando se produce el reencuentro. Cuanto más ha transcurrido si es que la memoria funciona, el añejamiento de aquel texto pasado por nuestras manos y esa vuelta a el en plena actualidad, despierta sabores intelectuales en referencia metafórica a los físicos generados por un buen vino, .Claro en ellas emergen recuerdos no siempre certeros, reflexivos,aprendizajes, experiencias, entre tantos resultados propios de leer. Por supuesto se trata de textos con valor, o por lo menos así deben ser conceptuados.
Sucede, más de una vez el contenido puesto ante nuestros ojos, adquiere la categoría casi virginal,, desconocido,a no ser que en su momento,  largo  tiempo atrás hayamos dejado en las páginas señales, subrayados, anotaciones. Es allí donde aparecen con mayor nitidez los recuerdos. Igual lo leído no pierde valor aunque sea reconocido, en virtud del redescubrimiento. Uno recibe un aporte conceptual importante si el tema está ligado a la búsqueda, la comprobación de las propias ideas, conceptos y conclusiones personales. Esto diríamos en lo referente  me aventuro a calificar por no encontrar otro término de ideológico. Mas está el placer por lo estético, lo literario,poesía , cuento, novela. Lo otro, lo anterior asoma más dentro del
ensayo.
Convengamos, por lo menos lo siento así y seguro lo mal expreso que las acciones de releer es abrir un cofre que contiene grandes o pequeños tesoros con alguna joya falsa. No importa, vale la pena ejercitar este ejercicio.
Lo  aseguro, por lo menos en mi experiencia, gozo de un placer irrepetible.

Chau y hasta la próxima.