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"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 27 de julio de 2013

Nº 646 El origen.

Machu-Picchu-ubicacion-geografica

  "Lo real es lo que es y como es".

El tren comenzó a trepar la montaña subiéndola en zig-zag. Superado un plano y en aparente retroceso volvía a ascender. Así repetidas veces hasta lanzarse en franco avance a través de suaves planos. Los Andes vulnerados por el ingenio humano, presenciaban mudos e impotentes el desplazamiento de semejante gusano metálico. Laderas cultivadas en terrazas, construcciones pétreas ruinas  imponentes despertadoras de admiración y reflexión.Otro genio humano, mucho tiempo atrás había sido capaz de levantar semenjantes obras perdurables. Rostros de un imperio conquistado, extinguido, presente igual en toda su grandeza a través de sus rastros y restos.De las costumbres practicadas hoy por sus descendientes en contenido cultural poblado de mixturas. Atrás abajo,  en el fondo con sus tejados color suelo, sus construcciones coloniales superpuestas sobre anterior cultura. Sus reliquias de arquitectura esplendorosa, rica, riquísima. Sus piedras talladas, ensambladas a la perfección.Monumentos de sabiduría pasada en permanente presente.

Como dijimos allá abajo la ciudad cuna clave del imperio, presencia de una despiadada conquista. Nuevas creencias implantadas. Plaza del descuartizamiento aplastando rebeliones. De las iglesias salen sonidos de campanas casi lúgubres, opresivas.Procesiones llevando un Cristo vestido en prevención de terremotos  ocultos La gente, mayoritariamente nativa hormiguea portando vestimentas y rostros característicos.Se percibe el orgullo de ser .

Nos alejamos para llegar a esa maravilla que nos aguarda desde siempre alimentando nuestra imaginación, fantasía y deseos.El tren se detiene y unos micros completan en trepada aguda el trayecto. Allí nuestra imaginación y fantasía es superada por la realidad. Machu -Pichu se muestra, nos lo dice todo, menos sus enigmas, sus misterios, con su belleza, su entorno.Allá más arriba el Huaina Pichu. Dice la leyenda que luego de escalarlo y ver desde allí todo el panorama y el paisaje,Machu -Pichu incluído, uno se puede morir en paz, porque desde allí  ha visto todo aquello que una persona debe ver..Descendemos para emprender el regreso. El tren nos aguardaba. Un viaje más corto entre llanos y decensos.Sentados en  el vagón dirigíamos miradas distraídas a un paisaje ya visto.La visita a las ruinas había bloqueado con su grandiosidad, belleza, significado, toda posibilidad de apreciación de alguna otra cosa.No atinabamos a saborear lo que se nos ofrecía.Llevábamos en nuestras retinas impresas tantas mágicas maravillas.El sol, en el atardecer prematuro,porque Los Andes se ocupaban de proyectar sus sombras adelantando sensiblemente el ocaso. Mirando distraídamente por la ventanilla allá abajo discurrÍa un río de aguas transparentes. Lo hacía con suavidad algo agitada. Ni ancho ni estrecho, al principio río de montaña.Ya se ensancharía aguas abajo y regaría con más de 100km el valle del Cusco.Este, llamémoslo accidente geográfico, con su caudal, sus meandros,en condición de recién nacido en las entrañas escarpadas, crecería, crecería, aunque su desarrollo escapara a nuestra observación y presencia.Lo perderíamos de vista. Allá fué aguas abajo para ser en transformación portentosa,en cambio de condición y nombre.De caudal montañoso,rocoso , bautizado Urubamba. Otras aguas, afluentes, lluvias, deshielos se le sumarían para adquirir así majestuosa denominación y presencia:Amazonas.

Obnubilados, seducidos por aquel otro paisaje, aquel otro sitio, obstinados en ilusión y fantasía por llegar a nuestra meta, no dimos cuenta a la ida de la importancia de lo que se abría  a nuestros ojos. Un destello de reflexión, de concentración en el paso de ese río nos hizo comprender de golpe y al instante que estábamos en presencia de otra creación tan grandiosa o más, pero diferente de aquella realizada por el genio humano. Esta otra, pura naturaleza. Así comprendí sin la menor duda que tenía ante mí otro como un asociado Huaina Pichu, sin necesidad de subirlo, sin el menor esfuerzo físico, sino pura emoción, reflexión, capacidad de apreciación y valoración.

Tuve así el privilegio de conocer un origen, el origen de una de las expresiones más grandiosas que la madre tierra nos ofrece y regala.

Chau y hasta la próxima.

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