Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Nº 684 Un libro misterioso.

 

 

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Acostumbro  en mis lecturas hacerlo con dos obras al mismo tiempo. Elijo un libro voluminoso, mi relectura, en momentos que hago esta redacción estoy metido con las obras completas de Rabelais, con ilustración de Gustavo Doré, en edición Anaconda, una firma ya desaparecida vigente a mediados del siglo pasado, y escojo otra de escaso tamaño para tenerla a mano, llevarla de un lado a otro con mas o menos facilidad ya que me desplazo con dos bastones. Habiendo finalizado San Francisco de Asís de Herman Hesse busqué en mi biblioteca un reemplazo sin importarme mayormente el título. Allí, entre libros de fácil acceso para mis limitados movimientos apareció ese de tapas amarillas, bastante destartalado cosa habitual en aquellos con sus hojas pegadas. Ya en mis manos y cómodamente sentado me dispuse a revisarlo. Busqué en el inicio alguna señal mía, acostumbro a dejar mi nombre y fecha cuando leo alguno de mi propiedad, mas este me resultó totalmente desconocido. Si hallé una dedicatoria, firma y fecha pero no pude identificar al autor de esas palabras. Avanzando en mi examen encontré un papel doblado bien aplastado como suele suceder con todo aquello que se guarda en el interior de un libro, más si pasaron los años..Todo me resultó una intriga que incentivó mi imaginación. Libro que en mi biblioteca no lo tenía presente. Propietario desconocido, obsequiador con dedicatoria también desconocido. Por supuesto me sumergí en su lectura. Delicioso,¿qué otra cosa día esperar de cuentos de Cortázar?. Pero el misterio continuaba, seguía royéndome el pensamiento. Le adjudiqué al dedicador identidad, personalidad, imagen, degusté repetidas veces de sus versos y así fui armando toda una conjetura atrapante. Cuando más la desarrollaba, más me gustaba el juego. El misterio se rompió como un objeto de cristal golpeado por una fuerza misteriosa.Pregunté y recibí como respuesta "pero si ese libro es mío", me lo regaló fulana,muchacha a la que yo conocía. Nada de misterio.Todo común y corriente. Cierto, uno elabora fantasías  sobre algo  para mí, en ese momento desconocido, ausente de mi memoria, fuera de mi archivo intelectual. Pero la verdad no me produjo desencanto. Gocé  durante un tiempo de lo que mi imaginación me dictaba. Ahora sí, libre de esa carga, disfruto plenamente de la lectura del texto.

Chau y hasta la próxima.

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