Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 21 de mayo de 2014

Nº 734 Inquietudes.

 cucharon

Carbonilla Guillermo Roux Pava, cucharón escurridor.

He mencionado a la carbonilla en manos del artista como un instrumento muy simple de gran expresión. Supe que las mejores son aquellas hechas con varas de sauce

"Dios está entre las ollas". Santa Teresa de Ávila.

Una fundada inquietud se apoderó de los objetos de la casa.Enseres, muebles, todos aquellos componentes de uso y adorno de un hogar padecían el mismo desasosiego.Testigos de las frecuentes y cada vez más violentas disputas en la pareja con agresiones verbales , aún físicas. Días de silencio e incomunicación, pura indiferencia.Días de llanto.Desconcierto y angustia en los dos niños, cada vez más ausentes, en brazos de los abuelos.El rumor de separación se fue acrecentando.Algunas cucarachas, verdaderos correos recorrían la cocina anunciando infaustas novedades.Arañas, moscas y otros insectos se acercaban a muebles, cuadros, jarrones para contarles lo mismo.La amenaza de un desbande inminente donde todo sería repartido.Separados ya no podrían gozar de ese clima de familiaridad  intercambiando miradas entre el paisaje campestre  y el óleo marítimo.Ni que decir de las fotografías familiares primorosamente enmarcadas registrando tiempos felices superados por una realidad desgraciada.

En la cocina gran agitación.Ollas, cacerolas, sartenes.Cuchillos,cucharas, los clásicos componentes del arsenal culinario.Las cucarachas , voceros anunciantes de una posible diáspora.Ni que decir de la agitación reinante en los placares. Allí las polillas informadores oficiantes.El cuadro se repetía en cada uno de los rincones de la casa.

Mas, en una jornada inesperada todo sucedió de otra forma. Ese día, que amaneció como cualquier otro , ofreció el espectáculo de dueños reconciliados, niños inmersos  en su rutina escolar.Sin llantos ni agresiones.Reinaba la paz, la tranquilidad recobrada entre los objetos inanimados, seguros, consientes que esa diáspora intuida nos se produciría.Que ellos seguirían cumpliendo con sus respectivas funciones en conjunción familiar.Aunque imposible comprendieran a fondo su papel de darle al ser humano elementos-ellos- para componer su realidad.

Lejos, muy lejos estaban de comprender esa realidad cierta y engañosa.A pesar del tiempo transcurrido al servicio de sus dueños con clara inocencia, a estos , como a todos los humanos los atraparían los vaivenes de la vida y por necesidad, capricho, moda consumista o vaya uno a saber porqué,estarían siempre sujetos a ser cambiados, tirados a la basura, sustituidos. De eso, los objetos inanimados no tenían la menor idea.

Chau y hasta la próxima.

 

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