Nº 806 El vidrio empañado

"Un pequeño gesto, un gran momento"

Su presencia es muy corriente, común. Esto se debe a muchos factores, el principal es que de una manera u otra estamos rodeados y acompañados de vidrios en sus distintas formas, aplicaciones. Fácil es por razones climáticas o ambientales se cubran de una humedad que los empaña. ¿Cual es nuestra actitud? Por necesidad limpiarlos. Por gusto dibujarlos. Nuestro instrumento el dedo índice, cual lápiz o lapicero ejecutando un rústico, rápido movimiento aquello que en esos momentos se nos ocurre. Es un juego casi instintivo con figurines que a lo largo del tiempo en repetición se reiteran. Son ellos reaparecidos de un interior infantil, aflorados, allí expuestos. Gusto verlos deformarse, escurrirse sus líneas casi como lágrimas chorreando hacia abajo obedeciendo la gravedad. Ese divertimento hoy se me asoma en la memoria. Aquellos largos días de lluvia cuando los vidrios color caramelo que aislaban al gran comedor de diario del patio y el jardín,de mi casa, se empañaban en simultaneidad. Allí dejábamos nuestra impronta, dedo índice marcador de perros, gatos, pajaritos, la caricatura de la cabeza de Geniol,una más insólita la de Hipólito Irigoyen. Aguardar un tiempo para el consabido chorreo, desfiguración de las figuras. Acto que repetíamos en el botiquín del baño, en el interior de las ventanillas de los tranvías. Figuras de otro siglo. Ignoro  si seguirá siendo práctica de los niños porque hoy sus dedos se deslizan por pantallas, teclados, difícil lo hagan por vidrios empañados. Son otros tiempos, otras costumbres, otros juegos.

Yo miro mi índice y pretendo con toda ansiedad y nostalgia, disponer de algunos vidrios empañados  para dejar mi huella infantil.

Chau y hasta la próxima