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"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Nº 875 Almas que no están.


La creencia humana sostiene su existencia. Algunos la explican o justifican como el meollo central que nos permite ser. Por supuesto son los mecanismos biológicos los que al accionar nos permiten objetivar la vida, gozarla, sufrirla,vivirla, ser conscientes que la perderemos..Mas, luego que el alma se desprende del cuerpo cual fantasma subirá a los cielos, descenderá a los infiernos. Otras creencias le atribuirán otros destinos, otras formas de manifestarse, de "corporizarse". Comprobaciones de todas estas variables, mas los destinos memptesicosianos,no me llegan ni me convencen. Seguro es mi ignorancia, mis dudas o mis acendradas convicciones.
Ahora aceptemos a los fines de la continuación la creencia que reina en nuestra civilización. Alma con destino fijo. Los cristianos, precisamente se preocupan por su destino. Los paganos se preocupaban por el hombre. Cumplimentando enseñanzas, obligaciones, conductas libres de todo mal, paraíso asegurado. El arrepentimiento, aún el de último momento  garantiza se abrirá una puerta de entrada, con independencia de un pasado pecaminoso. Cuentan con el perdón.
Ya tenemos la muerte física, el alma liberada. Imaginemos ahora  que esas almas errabundas no han encontrado su destino, ninguno. Vagan, como suele creerse. Un personaje cuya alma en un determinado momento  deberán rendir cuentas, con un poder especial recorre espacio y tiempo cosechando, recogiendo ese tipo de almas sin un dueño  conocido. Sin identidad comprobable. Su objetivo, no siendo un Fausto otorgador de beneficios para asegurarse poder sumarlo luego a su ejército de ángeles siniestros. Acunaba un proyecto propio. Pretendía crear diríamos,una variable propia. Ni cielo ni infierno, soslayando el purgatorio, ignorando el limbo, invento eclesiástico suprimido de un plumazo. El pensaba agruparlas, santas y pecaminosas en un nuevo espacio asignándose él la categoría de rey. Seguro contaba con lugar. El cosmos infinito, donde el cielo religioso sería una partícula, el infierno otra menor. Dispondría de un espacio inmenso.
Mas algo fracasó en su intento. Las almas no estaban,no están ni estarán. 

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