pie de egipcio

Hoy comienza una nueva sección Cronicario, utilizando para ello la terminología que inventé. Será para darte pantallazos, pinceladas recogidas durante mis innumerables viajes. Una te adelanté hace mucho tiempo en el blog La escalera,experiencias en el puerto de Odessa.

Es muy común que la gente que viaja te cuente donde estuvo, lo que vió, compras etc. En general es una especie de guía de turismo de las disponibles para leer, pero con conocimientos más vivos. No voy a repetirme ni hacer lo mismo. Fácil me resultaría enumerarte y aburrirte con relatos sobre El Nilo, la ruinas, la maravilla. Porque Egipto lo es y no estoy descubriendo nada nuevo. Te trasmito dos impresiones solamente, de la tantas que recibí.
Pequeñas , dirás, insignificantes. Prefiero esto a no aburrirte. Bueno, cierto es que navegamos El Nilo desde la represa de Asuán, rumbo a El Cairo. El río estaba surcado desde siempre por faluccas, cargadas de historia y tiempo. En la cubierta del barco, durante el día, mientras tomábamos algún trago y escuchabamos curiosamente fragmentos de la ópera Evita. Las costas a veces cultivadas, otras más desérticas. Palmeras, ruinas, rastros de una portentosa civilización. Y los chicos en la orilla haciendo señas, gritando, emitiendo voces en idioma incomprensible, si uno pretendiera entenderlos verbalemte, pero con el idioma universal de la niñez. Alegría, espontaneidad, frescura, atrapante inocencia. Esta es la primera reflexión. El común denominador de los niños expresada sin carga cultural, costumbres, hábitos. Simplemente hacerse oir, mostrarse, saltar, agitar los brazos y manos. Igual al resto de los chicos del mundo.

La segunda parado frente a una de las tantas siluetas talladas en la piedra. La finura, y pureza de trazos. La belleza de las formas. La majestuosidad del conjunto. La mudez, el silencio de esa figura que todo lo dice en su inmovilismo en la carga de miles de años allí presentes. Y ese pie tan visible en la figura del faraón. Porque dentro de su clásico perfil hay que detener la mirada en los pies.Se destaca su dedo gordo que es más largo y lo siguen por tamaño decreciente en orden los demás.LLama poderosamente la atención esa característica única, que yo sepa no se ve en obras de la antigüedad de otro origen. Ese pie egipcio está allí. Mi mirada se detiene en él y abrumado por tanta belleza percibo que el artista,miles de años atrás tenía una cita imposible de imaginar, de prever. Porque en ese momento sin saberlo él ni yo, su cita era conmigo

Chau y hasta la próxima

Foto de Pedro R. García.

LOCALIZACIÓN: Poblado Nubio (Aswan).

COMENTARIO: En el Nilo, cientos de niños, se juegan la vida y la salud acercandose con sus precarias embarcaciones a las barcas de turistas que disfrutan de sus vacaciones, y todo por unos céntimos de euro.