Un estudiante llamado Ernesto Mario Bravo

"Su mentalidad ha sido siempre la misma. Matar por obligación, torturar por costumbre" Baltasar Garzón.

Fue un 17 de mayo de 1951 y yo viví intensamente lo que sucedía. Estudiante de química fue uno de los primeros secuestrados desaparecidos de la larga y desgraciada historia de la Argentina moderna. Yo en ese tiempo cursaba el ultimo año de mi carrera y era secretario del Centro de Estudiantes de Odontología, adherido a la Federación Universitaria de Buenos Aires, a su vez dependiente de la Federación Universitaria Argentina. Entidades reformistas opositoras al gobierno de Perón que se apoyaba y auspiciaba movimientos estudiantes afines nacionalistas de derecha. Reformista significaba continuar con la línea de la reforma de 1918 iniciada en Córdoba, expandida por América Latina y parte de las consignas del mayo francés. De ella tambien nació el APRA peruano. La desaparicion de Bravo movilizó al estudiantado que reclamó su aparición. Personalmente redacté los afiches que llenaron las paredes de las facultades y los comunicados a los diarios. Además de encabezar y desatar la primer huelga en la historia de nuestra facultad. A los pocos días el gobierno hizo aparecer a Bravo en un simulado tiroteo. La ciudad se llenó de afiches y comunicados titulados la mentira, reproducción de lo por mi redactado, y como verdad la parodia representada. Ya libre , Bravo declaró que el habia estado secuestrado y torturado en una dependencia policial perfectamente identificada, donde el había dejado marcas secretas, que habian ido a su casa llevándose ropa y zapatos para vestirlo. Nuestra mentira pasaba a ser verdad. Aun teníamos una ultima carta. El médico que lo habia atendido, el Dr Caride nos envió una carta detallando la atención médica que él le había brindado durante su detención. Debimos aguardar para publicarla que el pudiera escapar al Uruguay. El andamiaje de la farsa se cayó estrepitosamente. Mas cuando un juez allanó el lugar de detención y comprobó la existencia de dichas marcas. Así quedó en evidencia una de los tantos métodos represivos existentes, con cabezas visibles. Los hermanos Cardozo, escapados al Paraguay y la temible dupla de los comisarios Lombilla y Amoresano, a quienes por mi participacion protagónica tuve el desagradable privilegio de conocer personalmente. Como ves casos como éste se repitieron con distinta forma siempre. Y afectó a personas de variado, color politico categoria social, etc. He querido contártelo tal como me lo dictó mi memoria , mas allá de sus posibles fallas. Lo importante es que tengamos conciencia, seguro si, que la

lucha politica , reivindicativa en nuestro país y digo el nuestro por lo que nos afecta y amamos, no puede desprenderse de la violencia.

Chau y hasta la próxima.