104 Los dos escorpiones

Los escorpiones son artrópodos pertenecienes al la clase de los arácnidos. Viven debajo de las piedras, en los huecos de los muros. De hábitos nocturnos, huyen del calor solar, evitando en lo posible la desecación intensa. El macho es más pequeño que la hembra, y en general es devorado por ella después de la unión. El período de incubación de sus huevos dura varios meses. Como son ovovivípafos, nacen con el aspecto igual a los adultos pero son de color blanco, y sufren varias mudas. Viven de tres a cuatro años. Su picadura no es peligrosa para el hombre pero sí muy dolorosoa. Ciertos escorpiones africanos sí son mortales. También se los llama alacranes.

Sabía que estaba debajo de esa piedra. Piedra igual, con diferentes matices de tamaño, forma y color a las demás esparcidas por el suelo árido y duro. Ningún ojo sería capaz de distinguir qué tipo de vida se podría encontrar allí oculta. Sin embargo él,aún en la oscuridad, cuando la tierra se había enfriado, desapareciendo los efectos del sol ardiente, era capaz de detectar donde estaba su hembra. Salió a buscarla. Puso en marcha sus ocho patas moviéndolas con la armonía que la naturaleza es capaz de crear. Ella lo estaba esperando, y fué a su encuentro Las colas de ambos, arqueadas, con el aguijón apuntando hacia adelante, no eran esta vez portadoras de una señal de ataque dispuesta para picar al enemigo o una víctima, sino porque había llegado el momento de la reproducción, siendo la muestra de un estado de exitación. Una rara danza ritual se desarrolló previa al apareamiento. La conquista de la hembra por el macho se volvió a repetir como un acto permanente e infinito, como si fuera la condición previa e indispensable para la generación de nueva vida. Al acople sucederá la formación de los huevos; su posterior alojamiento en el conducto sexual materno, para que , una vez alcanzada la madurez de los embriones, nacieran de veinte a cuarenta escorpiones, blancos la principio. Sin embargo, previo a este acto final, la hembra cumplirá con una premisa fundamental de auto regulación en la cantidad de la especie. Comenzará así a devorarse lentamente al macho manso, entregado, como resignado a su suerte.Lo aprisionará con sus maxilípedos, lo triturará con los quelíceros, introduciéndolo así en su boca, agregando más nutrientes para sus hijos, que a su vez , y hasta el final del desarrollo, la irán consumiendo hasta dejarla muerta, y luego abandonarla.

Lo sucedido con estos arácnidos, se repite con variantes en la abeja reina que mata al zágano después del vuelo nupcial y otras especies, donde una vez cumplida la función reproductora el macho es sacrificado o relegado a un papel secundario en la vida de su colonia o comunidad.

Quizá en los seres humanos suceda algo parecido con el hombre-reproductor y la mujer abeja -reina. De ser así, estoy seguro de que en muchos casos a nuestra pareja de escorpiones podríamos llamarla por ejemplo José y María.

Chau y hasta la próxima