Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 18 de abril de 2009

199 El florero.


"Lo que me enoja más de todo lo que él me pide es que lo hace bajo el nombre del amor perfecto"  W. Shakespeare. La fierecilla domada.

Como en todos los encuentros él le llevaba un ramo de flores que ella se encargaba de acomodar en un florero de porcelana china, una prueba más de los muchos y costosos regalos que su acaudalado amante le hacía. El florero estaba colocado sobre una preciosa mesita, cercana al sillón sofá donde solía sentarse algo recostada, en actitud lánguida y sensual cuando lo recibía y charlaban animada y amorosamente en la lujosa sala principal del departamento que en su momento él le había puesto.Esa relación iniciada como conquista llevaba el tiempo suficiente para iniciar el período de desgaste, rutina y derrumbe. Ella, con experiencia suficiente, percibía por primera vez sentimientos contradictorios. Creía o tenía la semiplena prueba que esta vez vivía un tiempo de amor verdadero. En cambio el sabía anticipadamente el fin. No le importaba su doble vida que llevaba con esta y otras veces con importantes mujeres en un medio social perfectamente tolerante, discreto, que veía con buenos ojos y hasta alentaba ese tipo de vida. Por supuesto él tenía hogar, familia, hijos, y su mujer sabía , era plenamente conciente de las aventuras de su marido. En cambio la amante vislumbraba el derrumbe. Aumentaba sus exigencias, no tanto materiales ya que él había derramado, abierto en esa relación el cuerno de su fortuna. Pedía pruebas, demostraciones de un sentimiento que no existía,. Cual Odette, heroína de los amores de Swan reinaba por su belleza, su elegancia, su alto nivel y su fama amatoria dentro de una sociedad muy especial. Pero el hastío, el aburrimiento avanzaban inexorablemente en el ánimo de él, acostumbrado a obtener y tenerlo todo, a satisfacer sus menores caprichos y deseos.
El día del encuentro, luego de haber acomodado las flores en el florero, se sentó como siempre en su sillón, cruzó con cierta morbosidad sus piernas como parte de sus artes de seducción, comenzó la conversación. El, que en su cabeza llevaba la idea y la determinación de la ruptura, se sentía como  Swan  y como él se dijo: cada vez que pienso que he malgastado los mejores años de mi vida, que he deseado la muerte y he sentido el amor más grande de mi existencia, todo por una mujer que no me gustaba, que no era mi tipo. Inmerso en esas reflexiones avanzó con la noticia de la despedida, del fin de la relación. Sorprendida, pero también en comprobación de presentimientos, enseñada por experiencias anteriores, reaccionó vivamente, con agresividad. No era para ella una despedida más. Era la pérdida sentimental de alguien que había sabido despertarle sentimientos, sensaciones jamás vividas Sabía en secreto ese era su amor. El derumbe inevitable a ojos vista.
1º final: Cuando él se puso de pié para despedirse definitivamente, ella, presa de agitación hizo un movimiento brusco con sus brazos.  El derecho barrió la mesita cercana. El florero y las flores cayeron al suelo. El florero de porcelana china se hizo añicos.
2ºfinal. Ella se puso violenta. Se negó a consumar la separación. Hizo escenas, reproches.  Formuló exigencias casi absurdas. Amenazó.Intentó agredirlo físicamente. Cuando sonó el disparo en su rostro de muerte quedó claramente grabada la mueca  del estupor.. Su sangre entre otras cosas, salpicó a las flores y al florero.

Chau y hasta la próxima.

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