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"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 22 de abril de 2009

200 Un hombre culto

"La cultura tiene la capacidad de integrar socialmente y generar recursos"
Introducción:Cicerón dijo así; he aquí las maneras de Platón. Son las mismas palabras de Aristóteles. ¿pero qué decimos nosotros?.¿qué pensamos?.¿qué hacemos?. Tengamos en cuenta las opiniones y el saber ajeno, y eso es todo....................La cultura es una actividad y no una contemplación.....la  transformación de pensamiento en acto......Ello equivaldría a declarar la guerra a los eruditos ansiosos, espíritu de curiosidad tornadiza que se jactan de leer un libro por día, que acaparan cuidadosamente las monografías flamantes y las revistas especializadas de circulación escasa, que se precian de su extendido poliglotismo, pero que no hacen otra cosa que convertir su erudición en sujeto de "causerie" interminable con permanente amenaza de una obra sensacional que jamás produce..... vale quien sabe y actúa y no quien sabe y se duerme" Hector P Agosti. y finalizo esta introducción  al decirles que de jóvenes sosteníamos que culto es aquel que conoce los problemas de su tiempo.Exagerados, ¿verdad?
 
Un hombre culto. cuento
Por fin logró ser un hombre moderno, actualizdo. Fué una dura batalla librada casi inconcientemente. Su apetencia por la información, la necesidad de estar al tía con todo aquello que formaba su epidermis cultural, lo transformaron en un insaciable lector de best-sellers, en un trotteur de la moda literaria. Sus jucios, simples reflejos de las solapas donde el editor ya había volcado interesadamente los suyos. La cuestión era no desentonar en los círculos que frecuentaba. Hallar la frase justa, o lograr explayarse verborrágicamente dentro de la imbecilidad de su medio. Formar parte de él. De igual manera, era ferviente cultor  de la música que tuviera más vigencia. Nada escapaba a su perspicaz aggiornamiento. Ser culto, su meta fundamental. Poseía una visión muy particular de la cultura, desgraciadamente compartida por un amplio sector social que vegeta y prolifera en distintos ambientes. Pertenecía a ese grupo de boquiabiertas snobs que se asombran ante lo que creen un tic o una genialidad del creador de turno y de moda. Además de consultar regularmente al analista era balletómano, cinemaníaco, asiduo concurrente a los cineclub y a los debates. Sus incursiones por las salas de espectáculos y cafés literarios las alternaba con inauguraciones de exposiciones, presentaciones de libros etc. Por supuesto que de toda esa actividad se formaba una superficial opinión.
Físicamente mediano, ni alto ni bajo, delgado, de pelo lacio casi castaño, nariz prominente y ojos vivaces enmarcados en un par de infaltables anteojos , acompañaba su palabra fácil  con gesticulación ampulosa en permanente querer llamar la atención. Vestía como al descuido, con cierto desaliño como quien está por encima de esas pequeñas formalidades burguesas. Intentaba colocarse en una moda intelectual, una especie de moda antimoda. Además se vanagloriaba de poseer cultura alcohólica. El sumun de su realización individual lo logró el día que se separó de su mujer. Era el toque de distinción que le faltaba para rodearse de una aureola de liberado con experiencia. Vivir solo en un departamento, poder llevarse a quien fuera capaz de caer en los brazos de un idiota intelectual.
Otro de sus goces favoritos era el de descolocar a su sus interlocutores mencionando alguna cita literaria desconocida  o manifestaciones de la cultura  de ignorada difusión. Discutir con él de política era casi suicida. Intérprete de las masas sufridas y explotadas filosofaba como nadie. Suponía conocer a la perfección la causa de todos los males sociales. Se sentía identificado con los desvalidos, los pueblos latinoamericanos y cuanto movimiento de liberación existiera en el mundo. La historia, la vida, el hombre marcharían tal como el lo analizaba y predecía. Y por supuesto, le encantaba escucharse. Claro que jamás se le ocurrió intervenir en nada que no fuera más allá de una teoría intelectualizada.
Capas y mas capas de barniz cultural fueron cubriendo su personalidad hasta transformarse en una coraza impenetrable, en una caparazón dentro de la que vivía encerrado,sin darse cuenta pues creía lo contrario.. Dormía tranquilo con su conciencia. Ella jamás le reclamaba otra cosa que perseverar en el camino elegido. En formidable satisfacción consigo mismo.
Pero el tiempo transcurría  inexorablemente, en forma más simple y biológica , más rica y dificil  que su mente alambicada podía imaginar. Con otra lógica.
Y un día, sin darse cuenta se miró distraídamente en el espejo, y no se vió. Halló reflejada ante sí una enorme coraza compuesta como un gral collage con palabras, figuras, notas musicales machas de pintura. Cultura. No podía encontrarse. Hasta que descubrió en esa caparazón una pequeña y superficial fisura, pero curioso como todo ser humano pasó un dedo por ella. Hurgó, rascó. Comprobó con terror que era una capa muy delgada, frágil. Ella comenzó a resquebrajarse para caer sin ruido, para esfumarse en la nada. Quedó parado frente al espejo desnudo, pequeño, insignificante, desvalido. Irremisiblemente solo. Y lloró, lloró de forma inconsolable. Pero ya era demasiado tarde.
 
Chau y hasta la próxima

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