217 20 de junio día de la bandera

 

Don Manuel, general. Seguro no me recuerda. El año pasado para esta fecha lo visité, lo sorprendí utilizando un recurso. Abrí un libro de historia como quien abre una puerta y por ella me metí. Conversamos, lo conté como lo conocí por la escuela, los textos, la patria. Cual grado de veneración se le tributa. El lugar prominente que ocupa entre los próceres. Usted es de los más queridos, respetados, admirados, indiscutido. Todo eso se lo dije o intenté decírselo. Vd ya lo sabía, lo sabe, pero su modestia le hacía rechazar mis alabanzas. Mi pobre o escasa expresión carecía de la elocuencia necesaria. A veces se deben juzgar las intenciones más que las palabras.

Hoy, de nuevo un 20 de junio me  presento . ¿Para decirle lo mismo?. ¿Para reiterar conceptos?. No , sería un facil ejercicio. Hoy quiero decirle algunas cosas además de otras sabidas, anidadas en el corazón y el sentimiento de sus compatriotas, y en esos otros compatriotas de América Latina. No en vano  el gran escritor paraguayo Roa Bastos le hace decir en Yo el supremo a Francia su enorme admiración y la del pueblo que vd supo despertar con su fracasada expedición. Dejó semillas de independencia, maduraron frutos.

Se cumple hoy un nuevo aniversario de su muerte. Su historia personal, todo aquello que compone su legado terminado en tan triste fin, son parte de la cultura personal de cada chico que con orgullo escolar jura su bandera, la nuestra. La agita con alegría y unción. Impregna a su almita de esos colores gloriosos, la venera para siempre. Su impronta, la identidad de los argentinos. Mejor herencia imposible.

Muchas gracias don Manuel. Y perdone este último y quizá algo desjerarquizado trato. Ni general ni doctor, legítimos títulos. Sencillamente Don Manuel Belgrano.

Chau y hasta la próxima.