Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 11 de enero de 2012

Nº 485. Tropecé con Dios.

 

Geometricario

“La casualidad tiene su causa".

La noche vieja, la noche del 31 de diciembre, esperamos al 2012. La gente celebra acribillando al cielo con cohetes, fuegos artificiales de todo tipo. Festejar es agredir  para el solaz. Ruidos infernales acompañados casi en simultaneidad con destellos y luces de las formas más variadas. Difícil, casi imposible conciliar el sueño aún pasadas las 12. Sin embargo como adormilado,quizá bajo el influjo de un alcohol que hace rato no pruebo, me voy durmiendo aunque el ambiente festivo sigue acompañándome en mis supuestos y vanos intentos por dormir. Aparece un sueño y en él, en velocísimo viaje, sin personajes por acompañantes,pero de trayectoria parecida a la relatada en la Divina Comedia. Atravieso el Infierno, el Purgatorio. Llego al Cielo. Se ha hecho un gran silencio. Aparece una figura , un anciano con larga túnica blanca, barba y cabellos muy crecidos también blancos, blanquísimos. Su mirada trasluce enojo, ira. Creo reconocer a Dios, interpreto amoscado por lo que están haciendo allí abajo las criaturas de su creación. Ese gran silencio es interrumpido por el estallido de un cohete solitario. Despierto y pienso en la persona, la mano que frotó el fósforo, encendió la mecha, contempló la explosión. Me digo qué solo debe estar para irrumpir así en el medio de la noche, del silencio para expresar su pedido de auxilio, la necesidad de una compañía. Quizá no la tenga por eso, por la forma de manifestarse, de solicitar. Vaya uno a saber, no es el momento para reflexionar mucho ni filosofar. Por otra parte los sueños son parte de nuestra realidad. Se me ocurre una idea. Quizá no sea Dios con quien tropecé sino con el año que se iba. Siempre lo representamos como un anciano aunque con un reloj de arena en la mano. Tuve la inquietud de saber a donde irán a parar los años vencidos. Esos ancianos, cementerio no tienen. Estarán en algún lugar del espacio tiempo. Ahora, ya totalmente lúcido concluyo  o se me confundieron los sueños , o , mejor dicho, se me mezclaron los despertares.

Chau y hasta la próxima.

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