Nº 672 Comprando tiempo

"Tiempo,vida,vida,tiempo"

De visita a esa ciudad gótica de la zona centroeuropea,caminando por una callejuela sombría, estrecha, con extraños portales.Un más que negocio o tienda, casi un siniestro cubículo.Me llamó poderosamente la atención un anuncio en varios idiomas .Decía Se vende tiempo.Picado por la curiosidad decidí entrar para saber de que se trataba.Me llamó la atención cierto tufillo a modernidad . Se exhibían los logos de diversas tarjetas de crédito. Una balanza digital, un reloj-calendario. El dependiente  o presunto dueño vestía de negro de pies a cabeza, salvo su camisa rojo fuego. Me atendió con amabilidad exquisita en perfecto castellano.Pregunté,para eso había entrado en qué consistía la venta del tiempo.Como hábil vendedor me explicó, mas que explicarme me convenció de las bondades de su oferta y de lo fácil que resultaba comprarlo.Disponía de plazos-cuotas pagable con todas las tarjetas.El número de cuotas de lo que comprara. Un año, dos o más con un límite de cinco , es decir 60 meses renovables.Pero, pregunté¿como lo agrego al que ya tengo?.Muy sencillo me respondió.Vd. ha entrado, diría ha sido elegido por el destino, porque como todo mortal ignora la fecha de su fin,y si lo sabe es porqué ha decidido suicidarse.En este último caso  le será imposible hacerlo hasta agotar el plazo comprado.Como ve tiene sus ventajas y sus desventajas pero Vd. elije y decide.,es decir no hará mas que cumplir su destino, por antelación conociéndolo.

Hice cálculos y cuando me dije suicida no soy,si lo que me dice es verdad estoy en serio peligro de morir inmediatamente.Compraré 5 años y luego los iré renovando.Si todo es un cuento no pasará nada y mi sino será mi sino.Para sacarme de dudas pregunté si para la renovación debía viajar desde mi país a este local.Me aclaró que tienen sucursales en todo el mundo y  y los hallará justo cuando se acerque la fecha del vencimiento.Más, le diré, el negocio lo buscará a Vd.. Se pondrán en contacto  por diversos medios.Convencido saqué el plástico y el me trajo un contrato tipo que debía firmar como quien compra un electrodoméstico.Puse mi firma en original y copia. De un estante bajó una caja cofre,la colocó en la balanza y dijo justo, 5 años sin contar el envase. Me dio una llave, si la perdía en cualquier sucursal me darían otra..Ábrala en su casa o donde esté residiendo, a partir de ese momento tendrá vigencia.Ansioso regresé al hotel donde me hospedaba.Me encerré  en el cuarto y sin detenerme a leer la letra chica del contrato.La abrí.Una extraña sensación me envolvió.El reloj de la habitación comenzó a girar y girar cada vez a mayor velocidad. A un almanaque se le caían las hojas sin que nadie las tocara.Por la ventana  veía transcurrir rápidamente el día y la noche, prontos cambios de estación.Un espejo reflejaba una imagen de mi acelerado envejecimiento.Una antítesis del 1ºretrato de Dorian Grey.Fui presa de hondo terror.¿tan rápido se agotarían mis 5 años?¿O los estaba viviendo sin darme cuenta sin conciencia de ello?¿Que había comprado, peor aún que había firmado'?El contrato me había desaparecido, todo una gran incógnita.

No estaba en el cuarto del hotel sino en mi casa.Los 5 años pasaron en un soplo. Todo esto lo cuento en la carta que encontrarán junto a mi.El tiempo comprado se me escurrió sin darme cuenta,sin conciencia de ello.Mi vida se agotaba,curioso no tenía ni fuerzas ni ganas para una renovación.Alcancé a mirarme en la luna del ropero, me vi muy pero muy envejecido, endeble, vacilante. Tardé en reconocerme. Me asaltó una idea. He sido un Dr. Fausto sin saberlo, sin sus goces ni privilegios, sin su historia leyenda,y seguro de haber vendido mi alma decidí escribir mi experiencia, contarla.Sepamos aceptar nuestro desconocido destino cuyos pilares, sus jalones se van implementando instante a instante en nuestra vida. Valiosa, querible, sufrible, pero es nuestra vida,única.Acabo de contarte en forma póstuma lo que me sucedió. Sí te digo no te tientes ,no compres un tiempo que desde tu nacimiento es tuyo sin pactar con nadie.

Adiós.

Chau y hasta la próxima