Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 30 de octubre de 2013

.Nº674 Zapatos.

 

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"Después de haber mordido la manzana, la ropa fue una de las primeras expresiones de las consecuencias que debieron afrontar Adán y Eva"

No toda la humanidad vive calzada. Etnias llamadas salvajes en ciertos hábitats siguen sin cubrir no solo sus pies sino también sus cuerpos. Pero hay muchos descalzos por razones de pobreza. Cuantos chicos andan sin poder calzarse decentemente con sus piecitos cubiertos, pero con los deditos afuera, las suelas rotas. Esas necesidades, las he visto son explotadas, como tantas otras por políticos representantes del poder o parte de él que en campañas captadoras de votos anuncian el reparto de calzado. Aviones volando a baja altura pasando por focos de pobreza arrojándoselos. Los chicos, a riesgo de sus vidas corren para atraparlos. Uno , derecho o izquierdo , si en esa zona triunfaba el candidato arrojador, debían presentarse en el comité para que le entregaran el otro. El uso de la necesidad ajena es una de las tantas perversiones que cometen los rostros de un llamado "sistema democrático".

Han habido zapatos famosos, como los del papa Francisco que rechazó el calzado clásico para su investidura y sigue usando sus viejos zapatos negros.

Los ha habido entrañables como los de los payasos, los de Chaplin, que también en memorable escena de La quimera del oro lo comió  con una exquisitez y finura admirable. Esos cordones como tallarines. Los clavos como espinas o huesos de pollo.

La evolución, su uso es por todos mas o menos conocido. Apunto a reflexionar sobre su utilidad en nuestro paso por la vida. Son parte importante, fundamental. Pensemos a dónde iríamos sin ellos. Descarto motivos de elegancia, asumo su practicidad. Andamos calzados en pos de nuestro destino. No lo haremos descalzos. Pensamos en nuestro fin. Tememos, por momentos al buscar mitos que nos aseguren formas de inmortalidad, sustitutos de vida. Creencias apuntaladoras, distintas y variadas más allá, según religión y cultura. En La Flor Amarilla, Cortázar crea un personaje que identifica a un niño como él mismo en repetición casual y forzada por su febril imaginación, encontrando a través de ese pensamiento una reiteración de sí mismo indefinidamente. Eso sí con la decepción y la amargura de ver repetida en  otras personas su propia y fracasada vida.

Como ves, con o sin zapatos todos caminamos indefectiblemente a un final inevitable y anunciado.¡Qué novedad!.

Chau y hasta la próxima

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