Nº 814 Un mundo de variable tamaño

Roberto Aizenberg, Torre , 1990

"La vida es una sola. El privilegio es vivirla"

No me refiero al mundo geográfico, ese tan bien representado por el globo terráqueo, aunque el hombre, una vez admitida su redondez, con sus polos achatados, ubicó dentro de él, con ficticia fidelidad los continentes como su ilustración. Así, los diseñadores euro céntricos magnificaron el tamaño de Europa por encima de la realidad, expresando gráficamente una supuesta superioridad sostenida a través de la historia. Yo me refiero a ese otro mundo, así denominado que no es más ni menos el que compondrá , compuso, compone nuestras vidas. A él nos asomamos sin conciencia; luego ella se va formando, modelando  por contacto con una realidad que va mostrándose a nuestros ojos en nutriente acción informativa. Despierta nuestra curiosidad, muchos deseos de conocer, de saber, de reconocer en un largo y profundo proceso interior, abonado, alimentado por nuestra biología personal. Así ese mundo se va ampliando, crece, se ensancha, se alarga. En ese marco hacemos proyectos, intentamos planificar lo que seremos. Ese mundo de tantas dimensiones va colocando no solo jalones sino se esmera en alejar horizontes. Nuestra marcha intenta no detenerse, supera obstáculos, aborda nuevos desafíos, crea, cree en lo que llamamos vida. Pero ese mundo que crece tiene una trayectoria por lógica, variable, con su apogeo y su perigeo. Me estoy refiriendo a una vida en tiempo cuyo espacio es de tipo normal, desde la niñez hasta la ancianidad final. Aquí , en este último período ese mundo se ha encogido, modificado en su forma, construido en metamorfosis indetenible. Acciones, hechos que ya no pueden repetirse  donde esa biología evolutiva e involutiva va precisando los límites, con horizontes muy cercanos pero igual de inalcanzables. Inútil estirar los brazos para tocarlos. Se entra, no en una resignación conformista, en un pesimismo predominante, en depresión cual pesa superadora. Digo, en plena conciencia de con todo esto se puede, caer en un nuevo mundo, en otra dimensión, añorando al que se fue, disfrutar, adaptarse, recrear al que se  vive. Saber de sus diferencias, soportar lo físico porque los achaques padecidos, a padecer son moral y físicamente dolorosos. Estos últimos pueden ensañarse esperada o inesperadamente con un cuerpo con muy bajas defensas, al que por momentos nos cuesta reconocer si utilizamos el método de la memoria comparativa. Reflexionemos en ese hoy tan distinto del ayer, en ese hoy en lejanías no imaginado,en suposiciones hacia su indefectible arribo. En comparación aquello un universo, esto un minúsculo punto. A no engañarse. Esto también tiene dimensión universal pero es portador de un tiempo acotado.

Tiempo, tu transcurrir es el privilegio de tenerte a mi lado, de tu compañía, de contabilizar un incierto  fin..

 

Chau y hasta la próxima.

Nota: Como verás sigo despidiéndome  con un chau y hasta la próxima palabras que revelan mi modo de pensar.