Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

martes, 22 de mayo de 2007

Cuentario: Mi río


"cuando se ignora donde se va,hay que recordar de donde se viene" (proverbio Africano)


Algo más sobre mi barrio.

"Si una vez tu poeta te miró aleonado,
Yo andaluz y de Cádiz

Quiero verte azulado.
Y un blanco pero al centro
de bandera Argentina"

Rafael Alberti.

Ya alguna vez, en otro blog lo cité a Alberti. Lo vuelvo a hacer, porque a partir de estos versos que se refieren a ese gran escritor argentino Leopoldo Lugones, quien bautizó a nuestro río color de león, inicio este texto pare decirte que ese Río de la Plata es parte fundamental, omnipresente en la vida de la Ciudad de Buenos Aires, en mi vida y en mis recuerdos. En mi caso particular no es porque me haya dedicado a la náutica, salvo muy ocasionalmente en veleros del Club Universitario de Buenos Aires, o dedicándome a la pesca como deporte. Muy poco lo he explorado, pero nací muy cerca de él, y sigo viviendo en sus cercanías. Al río se lo nota en el clima húmedo, en sus temibles sudestadas aún plenamente invasivas. Pensá en un río con mareas lunares. Tormentas, crecidas y bajantes. Con un delta que avanza inexorablemente sobre la ciudad. Formador de costas, como la de la reserva ecológica, nacida de un vertido de escombros provenientes de la demolición de edificios por la traza de una autopista que atravesó la ciudad cual tajo feroz. Ese río la ha cubierto de flora y fauna propias de zonas del alto Paraná, casi selváticas, pegadita a lo mejor de la urbe porteña. En sus cíclicas crecidas, impulsado por fuertes ráfagas que soplan del sudeste , penetra en barrios aledaños y lo he visto cubrir hasta los fondos del jardín de mi casa natal y viviendo hoy en un primer piso de la emblemática avenida del Libertador, se ha atrevido a lamer la puerta de mi domicilio, mientras algunos vecinos se paseaban en canoas.También lo he visto retirarse empujado por el fuerte viento del oeste llamado Pampero kilómetros de la costa haciendo peligrar la provisión de agua potable de la capital. En mis noches infantiles, cuando el viento soplaba del río se oía no sólo el tren que bordaba la costa, sino las sirenas de los barcos que lo surcaban por el viejo canal, también pegado a ella. Lo atravesé en innumerables viajes al Uruguay en especial en los viejos vapores de la carrera, que tenían camarote, y tardaban la noche en la travesía de Buenos Aires a Montevideo. Algunos de esos barcos eran propulsados por ruedas laterales en lugar de hélices. En su poco profundo lecho, a la entrada del puerto de Montevideo vi la obra muerta del acorazado Graf Spee, hundido por su capitán Hans Langdorf, sepultado en el cementerio alemán de la Chacarita de Buenos Aires. Langdorf, para no entregarlo a la flota ingresa que lo aguardaba en la desembocadura del río para librar la continuación de la batalla llamada de Punta del Este durante la segunda guerra mundial. Fue en diciembre de 1939, lo hizo volar y se hundió parcialmente. Hoy ese hermoso río sufre contaminación. El hombre, con sus actividades se especializa en agredir sistemáticamente a la naturaleza, de agredirse a sí mismo, destruyendo su propio hábitat. Su propia existencia. Lo dice el Fondo Mundial para la naturaleza en un comunicado del 22 de marzo del corriente año en el día Mundial del Agua. Informa entre otros que el Yangtsé, Mekong en Asia, el Danubio en Europa, el Nilo en Africa, el Ganges en la India, el Grande y nuestro Río de la Plata en América, se están muriendo entre otras causas por la contaminación. El nuestro es el más ancho y uno de los más caudalosos del mundo. Su cuenca es inmensa, con 350 especies de peces, 650 de pájaros y 1600 de plantas. Pero recibe más de 2 millones de metros cúbicos de residuos industriales y otra cantidad de residuos sin tratar, mas la limpieza de las sentinas de los barcos que llegan a Buenos Aires. Como ves, con estas palabras que comienzan tan poéticamente, que continúan con evocaciones nostálgicas , se estrellan con una amenazante realidad que como tema no es la primera vez ni la última que lo encaro e insisto en él.
Chau y hasta la próxima.

Foto: JCGB. 1998 Río de la Plata.

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