Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 20 de agosto de 2008

130 Dos veces las 6



Parece raro decir esto ¡dos veces las seis!. Seguro sumamos y multiplicamos por 2 y dará siempre 12. Esto es aritmética pura y elemental. Pero yo hablo de otra cosa. Dos veces 6 o 7 o cualquiera de esas horas del día. Si posás la mirada en tu reloj pongamos en ese momento de señalará las 6, y en otro también. Y si lo hacés en varios y todos funcionan razonablemente te dirán lo mismo y multiplicarás por el nº de miradas y relojes a los que hayas dirigido. Distinto es oir las 6 u otra hora. Sucede que en mi casa tengo un reloj de péndulo en el escritorio y un reloj de cucú en el comedor de diario. Con pequeñas diferencias de tiempo los escucho. En general se adelanta el de péndulo y sus 6 armónicas campanadas. Luego el ruidoso y nada musical cucú. Entre campanada, el pajarito y sucesivos portazos de su casita repite lo mismo. Te preguntarás qué importancia tiene todo esto. Es que para mí las 6 significan el fin de una larga noche, aunque medidas en horas no lo sean tanto. Agazapado si cabe el término en la oscuridad, porque en realidad estoy estirado, relativamente relajado, aguardando su transcurrir que por momentos se me hace interminable, o por momentos sorprendentemente veloces, ya que supongo estar despierto y me anuncian dos veces las 3 o las 4 cuando yo creía y mi mente contabilizaba la 1. Esa ruptura de la lógica, ese paso del tiempo en forma inesperada me dice que sin darme cuenta he dormido, que todo no ha sido tan así como pensaba sucedería. Tantas veces se ha repetido esto que de sopresas, nada. Llegaron las ansiadas dos veces las 6. Comienza el día. Estoy despierto. Mi edad,mi enfermedad me recuerdan que mi futuro es hoy. El alba dorada se asoma. He vuelto a sortear la noche. Ella que me espera tranquila, segura que se apoderará de mí para siempre.
Chau y hasta la próxima

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