155 Una fotografía

4X4. Tipo carnet, en blanco y negro. 1/2 perfil. La foto del hombre joven lo mostraba con pelo normal, bien recortado. Cejas poblada, bigote espeso. Cara angulosa, mirada aguda. Tipo de foto sacada para ser insertada en algún documento, de allí el aspecto prolijo del retratado, de traje claro, camisa blanca y corbata con nudo bien hecho.

Tuvo esa foto en sus manos un largo rato. Tiempo destinado más que a la observación a tratar de recordar donde la había encontrado, como había llegado a sus manos. El rostro le resultaba familiar. La guardó en movimiento automático en un cajón cualquiera de los muchos que había en los muebles de su casa. Acto que luego le exigiría un duro ejercicio de memoria para recordar donde la había dejado. Pasaron los días y creyó reencontrarse con ese rostro al verlo colocado en una pequeña pancarta que una entre varias y doloridas mujeres llevaban ,cada cual la suya entre el dolor, la deseperación y la heroica determinación de reencontrarse o encontrar a sus hijos.

Madres de pañuelos blancos. Madres ejemplo. Madres universales.

Volvió a su casa lleno de agitación, motivado y decidido a saber a quién pertenecía ese rostro. Tuvo que revolverlo todo hasta dar con el cajón indicado. Volvió a tener la foto en sus manos. El rostro le resultó más familiar aún, superando así esa primera impresión.

 

 

Despertó de la pesadilla bañado en sudor. Mezcla de terror y cierta determinación agitaron sus pensamientos. Ya tranquilizado hizo como todas las mañanas su solitaria rutina. Al pisar la calle una revelación le señaló a quien pertenecía ese rostro, de quien era la foto soñada. Ignoraba que un Ford Falcon lo estaba esperando.

 

Chau y hasta la próxima.