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"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

viernes, 14 de noviembre de 2008

Extra nº 9 Politólogos u opinólogos


En mi Ufa nº 151, FranÇois Pignu  y en mi extra nº 8 titulado qué discutimos aludí a intelectuales y sus disquisiciones , sus críticas y de los llamados politólogos. Es interesante examinar su metodología asertiva. Su opinión es la verdad y en ella fundamentan sus críticas hacia lo que determinen. Introducen muchas veces un panorama apocalíptico en descripción y pronóstico. Su mirada en general nunca es introspectiva. Opinan, opinan y en esa actitud creen no verse reflejados ellos mismos, pero sus lectores o seguidores  también devenidos en críticos optan por caminos diversos. Repudiarlos, abandonarlos, saltear las secciones donde ellos colaboran. O creerles y quedar convencidos por sus "sabias " palabras, o por momentos detenerse, asomarse a lo que dicen para luego indignarse más de lo que ellos son capaces de desencadenar, de imaginar. También los críticos de estos críticos suponen, la mayoría de las veces acertadamente están al servicio de intereses que representan o se incluyen en la maquinaria de los medios. Parte-engranaje  de los aludidos intereses que representan. Nombres, publicaciones, radios, revistas, tv, suman y se suman en influencia desgraciadamente decisivas en la formación y deformación de la opinión del ciudadano común. Campañas creadoras de climas. Agoreros cuando les es necesaro de cataclismos luego incumplidos. Con desfachatez incalificable vuelven a la carga con viejos o nuevos temas según circunstancia o momentos políticos impongan. Mienten con una consecuencia asombrosa. Además dan por sentada que la opinión pública es el reflejo o calco de su opinión, o hacen lo imposible para que así sea valiéndose de poderosa influencia mediática. Sostienen que decimos todos estar desilusionados, desesperanzados, y no bajan de su torre o pedestal para bucear en una realidad muy distinta que ellos tratan o intentan reformular. Por momentos, al leerlos o escucharlos, páginas, tribunas, programas no necesitan acentuar terminologías. Así califican de répobros a los populistas,como si fuera una mala palabra. O acuñan con intención manifiesta perspectivas para desestabilizar o desgastar. A poco de reflexionarlas uno no puede menos que quedar absorto ante tanta hipocresía o tomadura de pelo en el supuesto dirigido  a ignorantes o carentes de raciocinio elemetal. No es así, pero ellos se valen y escudan en su omnímodo poder donde cuestionamientos o refutaciones en igualdad de condiciones les resulta un hecho inimaginable. Ser portador de ideología significa pecado. Quien lo afirma cree ignoramos o somos incapaces de deducir que esa afirmación significa, para quien la emite esgrimir y sustentar una ideología para un altar  supuestamente válido como parte de su meritocracia que esconde, en definitiva  siniestra ideología al servicio de las peores causas. Prueba personalizando en algún opinólogo de larga trayectoria dando volteretas adaptativas, de basamento supuesdtamente griego, pero siempre en la servidumbre de ideas e intereses afines. Los editorialistas de turno antes que elaborar una interpretación de la realidad, dan un paso previo inventándola en enumeración ordenada y artera, de supuesta intención demostrativa de sus verdades y conclusiones. Sus acciones concretas vistas desde sus puntos de vista llegan a menciones y atribuciones indemostrables.
Duele ver a otros que en el enamoramiento que les producen sus palabras,pensamientos, ideas, pierden el rumbo adecuado, la objetividad certera en desarrollos sujetos a manifiestas vulnerabilidades analíticas. La democracia, la libertad componen y  y se componen del derecho a pensar, opinar, juzgar por parte de todos los actores. Así debe ser, pero quenes somos los destinatarios en actos revestidos de racionalidad, debemos saber pensar con cabeza propia. Recibir información veraz. Tener juicio propio en libertad universal y múltiple y ccomprender que esta categoría de "pensantes" que gozan de tanto privilegio y supuestamente un bien ganado "prestigio" no son más que peones puestos al servicio  de las peores casusas.Tienen todo su derecho a hacerlo, pero tenemos también el derecho del mundo de discutirlos, juzgarlos y despreciarlos.
Chau y hasta la próxima
 


2 comentarios:

coto dijo...

Cuánta razón!

Alfredo Moles dijo...

Muy acertado.
Pero además es un microclima que se realimenta y voltea gobiernos como en el caso de Illia,Frondizi o el mismo Alfonsín.
Han querido hacer lo mismo con Cristina,pero ya pasaron esos tiempos.
El fenómeno solo existe en Argentina,donde un grupito de estancieros,banqueros y empresarios controlan la economía y a los medios de comunicación.
La economía Argentina es solo el 0,1 % del PB mundial,el país geopoliticamente no existe ni cuenta,salvo al ego porteño.
Por eso su influencia.