275 Prisionera

 

"Ya estabas aquí antes de entrar y cuando salgas no sabrás que te quedas" Jorge Luis Borges.

Vagó por el desierto, fué el desierto, lo compuso, su elemento esencial. Siempre a merced del viento, vió pasar la historia. Su juguete, su escultor, su hacedor deshacedor. A su impulso compuso colinas, las subió; descendió a hondonadas; se hizo llano. Invulnerable al sol, al frío. La lluvia un acontecimiento extraño, casi imposible. Llegó a ver el antes, cuando la vegetación o el mar no insinuaban ni remotamente la posibilidad de la aridez. En su deambular recaló en oasis para disfrutar en algo, un remedo de aquel antiquísimo y olvidado esplendor. Vió girar las primeras ruedas, pasar los bloques de piedra apilándose sabiamente para formar pirámides, crecer templos, ciudades. Sintió el beneficio de un limo llevado por desbordes  capaces de transformar lo infértil en generosa fertilidad. Pasaban las caravanas, las tribus. Miró deslumbrada a los faraones. Reverenció a Akenaton fundador histórico del monoteísmo. Se subyugó con la belleza de Nefertiti. Testigo de batallas, guerras, pasiones. Desfilaron las legiones. Honró a Aníbal, amó a Cleopatra.Testigo del paso de Moisés con su pueblo. Sus hermanas corretearon por las playas disfrutando del agua,las olas, la espuma. Con sutileza todo lo fué cubriendo, sepultando , ocultando la memoria, en un manto escurridizo, a los ojos casi imperceptible, con el tiempo de profundidad y espesor inusitados, construyendo así una lápida misteriosa llena de preguntas, incógnitas en desafío constante a quien intentara develar sus secretos. Resistió  hasta lo imposible las excavaciones, los saqueos, la ignorancia, el lucro. Todo lo enumerado, lo pasado, tanta historia, inmortalizado en una estrofa de un poema de Longfellow "Ha pasado media hora del reloj de arena." Inexorablemente fué entregando parte de sus misterios. Siempre se sintió libre, de libertad absoluta. Munida de autoridad, de conocimiento y experiencia. Libre albedrío sería la forma más justa y exacta de definir su estado. Pero ella a  quien le fué trazado un camino erizado de dificultades de apariencia insalvable, todo su misterio oculto o en parte mostrado, atisbos en tentación irresistible  se fué sometiendo a él ya en camino de ser el amo y señor de todo, creador y destructor ,en ingenua  entrega. Quedó atrapada en un artilugio de los tantos que el genio fué capaz de crear, de inventar. Todo el tiempo pasado imposible por momentos de recordar, aún lo no sucedido, lo guardó muy bien en su memoria, al tiempo en sí, pero no sabía medirlo, registrarlo.Pero ahora al encerrarla, al tenerla prisionera, obligarla a ejercitar siempre la misma danza, fórmula útil, no para indicar cual hora sino para señalar su transcurrir, para medir la duración de algo. En la parte superior sabe va pasando el futuro, en la inferior acumula el pasado, en el medio desfila el presente. Ella tamizada, tratada, coloreada en suave y silenciosa caída, a ser la parte fundamental de un reloj de arena, de un reloj de ella.
"¡Romped las bolas cuando yo haya muerto! ¡Esparcid arena con respeto sobre mi esqueleto!. Pensad que allí mismo donde me encuentro, yo mismo puedo ser el tiempo" Hellmut Draws-Tych.
Chau y hasta la próxima