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"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 3 de febrero de 2010

281 Los dentistas no van al cielo

Lo dedico a Julia, mi esposa y colega que hoy cumple años.

Hace poco, para ser más preciso el sábado 2 de enero del ctte año leí en la revista ADN del diario La Nación un reportaje hecho por Julio Villanueva Chang al dentista de Gabriel García Márquez, el Dr Gabaldón. Seguro mucho de ustedes lo habrán visto. En un momento dado el periodista le dice, "los dentistas no van cielo", y el Dr, como buen evangelista le contestó "yo sí".

A mí, viejo y retirado odontólogo se me ocurrió pensar no solo en mi caso y en el de mis contemporáneos sino en mis predecesores y me remonté así en la historia. En aquellos precursores que ejercieron oficio, profesión; cimentaron arte y ciencia; cumplieron papeles destacados o siniestros en virtud de conocimientos, investigaciones, recursos disponibles , tecnología primaria, biología, ciencias elementales. Ignorancias y creencias y cada uno según épocas históricas, sistemas de gobierno, estratos sociales. Estuvieron insertos en su medio y profesaron las religiones dominantes o alguna otra menos masiva. No siempre esas religiones prometían literalmente cielos, seguros paraísos, recompensas, inmortalidades o castigos horrorosos. Foción Febres Cordero en su libro Orígenes de la odontología  desmiente el tronco común entre odontólogos y barberos que sí se unen en la práctica en la oscuridad de la Edad Media continuando hasta fines del siglo XIX y parte del XX.

Se supone que en Egipto y la Mesopotamia para el 4º milenio AC nace la medicina y con ella la práctica para hacer frente a las enfermedades bucales. Se le atribuye a un gusano la causa de la caries dental. En el libro del antiguo Egipto  llamado Nuei King y en el papiro de Ebers se describen enfermedades bucales y tratamientos, y el dentista más antiguo por lo menos conocido se llamó Hesi -Ré de la 3º dinastía  años 2780-2720 AC. Este dentista como a tantos de su época los dioses ¿le negaron recompensa alguna en virtud del ejercicio de sus tareas?. A Esculapio, Hipócrates, a los etruscos que hicieron maravillas protésicas¿también sus dioses les cerraron el camino que sí le brindaban a otros mortales?. ¿Y los que la practicaban en la América precolombina?.¿Y los orientales?. Chinos, japoneses, los componentes de diversos pueblos  de Asia?. ¿y los hindúes?. Si mencionamos a los musulmanes, el período esplendoroso de El Andalus, donde en los califatos existían academias. Recordemos  a Avicena. Los persas con su destacado odontólogo Rahzés. O Maimónides en la corte de Saladino..¿A todos ellos la negación?

Ni mencionar a la era cristiana. Cierto que con ella se degrada el concepto asistencial llamémoslo con base "científica" para ser sustituído en parte por las acciones curativas de la fe, al hacer intervenir a santos a quienes se los invoca para lograr alivio o curación. El más proverbial ejemplo es el de Santa Apolonia solicitada  para calmar los dolores de muelas por ser mártir y patrona de los dentistas. Ella, hermana de un magistrado de Alejandría se negó a abandonar el cristianismo. La torturaron partiéndole y arrancándole los dientes antes de arrojarla a la hoguera. Se lanzó a las llamas pidiendo la invocaran cuando se sufrían dolores dentales. Fué canonizada en el 249, su aniversario el 9 de febrero.

Porqué entonces se afirma con absoluta convicción los dentistas no van al cielo. ¿Tenemos reservado el purgatorio?. ¿porqué?.¿Acaso nuestro ejercicio profesional merece semejante castigo?. Ante la sociedad y ante los dioses ¿qué somos, torturadores, asesinos?.Seguro más de uno de los visitantes juzgando experiencias y miedos afirmarán que si. Los dentistas, como el resto de los humanos somos algunos buenos, algunos malos, algunos pecadores, otros santos, otros ni una cosa ni la otra. En el juicio definitivo seguro pesarán acciones e intenciones.

Ignoro el origen de la frase que usé como título y que el periodista acuñó en su reportaje, imagino respondiendo a sus propias subjetividades. Me pareció hasta graciosa. Me permitió hacer este pequeño ejercicio sobre una profesión que ejercí y amé .También pude hacer una breve información. Supongo interesarte y sobre todo salir en forma rotunda a desmentir que por lo menos los dentistas cristianos, no van al cielo por el simple hecho de ser dentistas. Seguro que sí igual que los demás, seguro que no , igual que los demás. Los que profesan otras religiones creencias o nada supongo imaginarán o creerán cual será su destino cuando les toque morir.

Chau y hasta la próxima.

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