328 Paralelas impacientes.

 

E.Pettoruti Vallombrosa 1916

"Torcer el destino es tarea ciclópea, porque haga lo que se haga será cumplirlo".

Sobre ellas pendía una terrible prohibición. Comparando y salvando las distancias estaban como Adán y Eva en el Paraíso. No debían asomarse a la sabiduría terrenal. Ellas menos ya que fueron creadas en la idea inmutable que solamente podían unirse, encontrarse en el infinito..La definición la sabían al dedillo y debían atenerse a ella: cuando hay dos rectas paralelas definen un punto en el infinito. Resignadas a pensar en ese infinito inalcanzable aceptaron aguardar la eternidad bajo ese sino. Sin embargo no podían evitar padecer ciertas inquietudes, hastío. Este último nacido en el aburrimiento que significaba estar una al lado de la otra sin otra perspectiva que la de nunca encontrarse aunque hipotéticamente pudieran hacerlo. Verse siempre a una distancia inmutable. La o las inquietudes fueron germinando. Comenzaron por pedirles a los más allegados les relataran una visión que ellas mismas ofrecían extendidas en vías del ferrocarril. Transitadas despiadadamente por los trenes mostraban en visión cercana un punto relativamente aproximado un lugar convergente. Mas la realidad se encargaba de diluir esa visión óptica, esa ilusión, por cuanto que a medida se superaban los durmientes transversales extendidos bajo sus pies en la larga llanura, esa convergencia desaparecía. Todo inútil, ilusorio.

Decidieron romper las reglas geomètricas, vulnerar la perspectiva. Le imploraron a esa geometría les permitiera unirse antes del infinito. Estallaban dominadas por la impaciencia. Quizá por eso, por ese sentimiento patético al escucharlas ,luego al condolerse, Pascal y Brianchon elaboraron los teoremas sobre el principio de la dualidad.

Ellas quedaron inmutables en trazado paralelo esperando impacientes  la oportunidad de unirse antes de lo establecido.

Chau y hasta la próxima