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"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 3 de julio de 2010

324 El santo. Vouloir c'est pouvoir.


Comienzo con este cuento una serie para Cuentario llamada. Cuentos absurdos pero no tanto.Tengo varios en carpeta y en su momento trataré de publicarlos.
Su condición de asceta artificial le hizo creer que a fuerza de privaciones,el desprendimiento, el desinterés por todo lo terreno,lo material eran parte del camino adecuado para el logro de uno, su objetivo. Vivía despegado de una realidad presente en evasión constante.Duro esfuerzo en virtud que existía en una populosísima ciudad imaginándose en pleno desierto. De pelo y  barba largas, anteojos minúsculos, vestía un desteñido guardapolvo gris y calzaba, verano e invierno unas simples sandalias. La mortificación de la carne, una dieta por debajo de sus necesidades alimentarias,  parte del sacrificio autoimpuesto. Con el tiempo se agenció un cayado. Solo le faltaba el clásico sombrero para parecerse a los promesantes del Camino de Santiago. Y así  andaba por su ciudad esquivando el tránsito, aislándose  en reflexión interior del bullicio natural del ambiente. El andaba indiferente cual poseso soportando burlas de quienes lo observaban. De extrañas creencias en mezcla algo anárquicas  incluidos el cristianismo, otras doctrinas orientales y algún santo de modelo. Cometía un error conceptual garrafal. Se es santo,no se lo representa,  menos aún para utilizar dicha santidad como un medio  para el logro de un objetivo , como luego se verá. Su acción equivocada, su inútil sacrificio, lo llevaba a un total fracaso. Cumplido cada período impuesto, en actitud nocturna y solitaria se sometía a una prueba y con desazón comprobaba su fracaso. Repasaba todo el cronograma, ajustaba cumplimientos, rectificaba supuestos errores y se lanzaba  a nuevos períodos  de mayores  sacrificios .
Comenzó a flaquear en sus convicciones, en su plan de vida. Comprobó que no solo en sus sueños sino en la vida cotidiana lo abrumaban las tentaciones. Inevitables sueños eróticos, excitaciones en medio de una debilidad manifiesta. Hambre, gula, deseos en cascada e incontenibles. Pasó de la santidad más absoluta a una vida llamémosla al principio normal y luego decididamente desenfrenada. Todo lo abandonó. Cambió su aspecto físico exterior, pensamientos, en una metamorfosis inevitable aflorándole su verdadera personalidad . Casi olvidada su fracasada prueba una noche totalmente alejado de sus días de ascetismo absoluto, al regreso de una larga parranda preparó su baño de inmersión con la intención de relajarse, limpiarse de tanto exceso. Desnudo, cuando puso un pie en el agua comprobó que este se detenía en la superficie sin poder penetrarla.Puso el otro y le sucedió lo mismo. Parado sobre la superficie tibia del agua comenzó  a dar pasos dentro de los límites de la bañadera. La prueba, su prueba que durante años  intentó  realizar en imitación a Jesucristo de caminar sobre las aguas, sorprendentemente se había materializado haciendo lo opuesto de aquello que creía le permitiría en equivocada imitación
Chau y hasta la próxima.

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