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"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 28 de julio de 2010

331 La diagonal castigada.

 

 

“La modestia puede ser virtud. La soberbia seguro un defecto"

No se resignaba al ostracismo al que la había condenado la geometría. Estar solamente para unir vértices asimétricos dentro de un poliedro, le parecía poca misión, casi un papel irrelevante para su innato orgullo. Aspiraba  a salir de su encierro, más que para conocer el mundo para colmar una soberbia infundada, pero soberbia al fin. Así incursionó por primera vez en el otro espacio exterior y comprobó con íntima satisfacción el papel fundamental que jugaba en la vida, en los diseños con una presencia imprescindible que iba así afirmando su autoestima. Supuso, en valoración exagerada de si misma creerse ser condición insustituible  en preponderancia indiscutible. Esa sobrevaloración avalada en la realidad  con notorios ejemplos de su presencia la llevaron por el camino de cierto desequilibrio emocional. Pretendía estar presente o representada en todo aunque ese todo no la necesitara. Contemplaba con honda alegría que una ciudad llevaba su calificación. Había contribuído así al trazado inteligente, a un diseño urbanístico modelo,. Quien en esas circunstancias podía convencerla volver a la modestia, a la humildad. A reconocerse como una línea  con principio y fin definidos. Como la parte de un todo y no el todo de una parte. Nada de camaradería con  las otras líneas ni con los componentes geométricos. Por supuesto que esa su actitud la fué marginando aunque ella no se diera cuenta. Alguien, nada menos que su creador tomó una decisión categórica. Mantuvo la vigencia de la diagonal pero a ella en particular volvió a encerrarla en la jaula del poliedro. Perdió su trascendencia, le fué arrebatada por voluntad superior, más que por castigo porque esa voluntad decidió en este caso también la suerte de todo aquello por él creado. Le quitó esa posibilidad y al hacerlo y lo peor generalizarlo abrió el camino para todos de su propio destino, pero también de su propio fin.

Por  eso cuando veas una diagonal pensá que su esencia está confinada y que ella, la habitual, la que conocemos es lo que es. Modesta, útil, indispensable, pero su alma yace allí, donde fué encerrada. Reflexionemos.

Chau y hasta la próxima

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