Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

sábado, 27 de noviembre de 2010

366 Héctor P. Agosti.

 

agosti-bibliografia

Continúo con mi etiqueta Ahora las personas, evocando a un gran ensayista y pensador a quien tuve la oportunidad de conocer  en un Congreso Argentino de la Cultura junto con otros intelectuales de la izquierda argentina de la talla de Gregorio Araoz Alfaro, Julio Peluffo, Emilio Troise, Jorge Thenon entre otros. Muy buen orador, preciso en la palabra y la escritura, profundo en el pensamiento impresionaba por su brillante inteligencia. Hoy merecida figura de culto para muchos ex compañeros de ruta y para otros que no lo fueron, los primeros, sobrevivientes de una época en que el Partido Comunista Argentino había desplazado al Partido Socialista en la captación de una izquierda deslumbrada por la existencia de la URSS, por el avance del campo socialista, por el papel heroico jugado por ese país en la derrota del nazismo. Lo mejor y más granado del arte, el pensamiento se acercaba, simpatizaba o militaba dentro del partido comunista. No sucedía este fenómeno por la relevancia política del partido en sí, sino porque el mundo de post-guerra crecía aceleradamente, avanzaba  en forma significativa en dirección al socialismo en aquellos países no comunistas.Como se decía en aquella época iba cambiando la relación de fuerzas. El triunfo de la revolución china reforzó más aún esa tendencia y otro tanto produjo Cuba y el advenimiento de Salvador Allende en Chile por la vía electoral y democrática, daban la sensación y hasta la certeza que el mundo se encaminaba inexorablemente  a un cambio revolucionario, soñado por la humanidad desde la revolución industrial. Se cumpliría así la utopía descripta con tanta lucidez por Gramsci al señalar al proletariado industrial como el nuevo príncipe, en sustitución del creado por Maquiavelo como modelo de poder. Fué Agosti un gran ensayista, un estudioso del mencionado Gramsci , privilegiado discípulo de Aníbal Ponce. Des sus obras destacadas, Tántalo recobrado(1964) ocupó uno de los primeros lugares en la valoración de su nutrida obra. No voy a enumerar aquí toda su labor creativa, su trayectoria como persona, militante ,sino aludir a escasos datos propios ya que el resto, junto con premios obtenidos pueden ser consultados en las fuentes adecuadas.Sí tuve el raro privilegio de leer en su versión original, tipeada a máquina por él mismo lo que luego se titularía Los infortunios de la realidad que es su correspondencia con el escritor uruguayo Enrique Amorim, autor entre otras obras de El paisano Aguilar. De su final y desgarradas reflexiones más de un dirigente de la causa por la que empeñó su vida, se sentiría aludido y remordido en su conciencia por no haberlo protegido suficientemente para su producción intelectual, imponiéndole , más allá de posibles desatinos de la línea partidaria que interpreto aceptaba y se hacía portavoz, de tareas impropias de su condición cultural en pérdidas de tiempo y energías que la vida cobra y no recupera. No juzgo ni soy quien para juzgar esos aspectos de su existencia..
Agosti fué periodista del diario Crítica de Natalio Botana. A su cargo una sección llamada Alma torera. No sé porqué sus biógrafos y seguidores ignoran o soslayan esa época tan apasionante de un diario que jugó un papel protagónico  en la formación y deformación de la opinión pública.De esa su tarea cenando en una cantina de la Boca me contó un par de anécdotas que hoy reproduzco apelando a mi memoria, que de no ser exacta, es como la conservo.
Llega un velero español al puerto de Buenos Aires. La 4º edición de Crítica  describe la majestuosa forma de su entrada a vela desplegada. La 4º de la Razón informa  que la nave no pudo entrar a puerto por haber encallado. Natalio Botana llama al redactor y con los dos ejemplares sobre el escritorio le pide una explicación. El cronista que escribió la nota sentado en un café de la Av de Mayo responde con ingenio:  Me pasa por escribir sobre un barco con nombre de marica. El barco se llamaba Juanillo.
El crítico de teatro del diario acostumbrado a cenar en un restaurante también de la misma avenida e irse sin pagar.  Una noche el dueño, cansado le pasó la cuenta que pagó con ira y amenazas. El pobre dueño, tomando en serio esas palabras se lo fué a ver a Botana y le advirtió de lo sucedido y de sus temores. Al tiempo se concretaron. Los hermanos Ratti representaban una obra con gran éxito llamada La virgencita de madera. Una noche, uno de ellos se enfermó y la función fué suspendida. La vendetta. Aparece en la crónica teatral la noticia que uno de los actores se había enfermado luego de comer en el restaurante de marras.
Hoy, como conté Agosti goza de una merecida veneración y se creó la asociación Agosti que difunde no solo su obra sino que desarrolla una enorme tarea junto con el pensamiento progresista y de avanzada. quien quiera saber de esta asociación su dirección por internet es   hectorpagosti@hotmail.com    o  hectorpagosti@rec.com.ar
Mi respetuosa admiración a todos ellos- Termino contando que sobre mi escritorio tengo un bello cenicero de cristal de Murano regalo de Rodolfo Ghioldi  para Agosti.


Chau y hasta la próxima

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