Aparece los miércoles y los sábados

"Dios me puso en tu pagina como un tábano sobre un noble caballo para picarlo y tenerlo despierto" (algo de Sócrates).

miércoles, 8 de junio de 2011

422. Un gusanito llamado Francisco.

 

  "La vida en una de sus múltiples manifestaciones"

Aquello que el consideraba su libre albedrío había tocado su fin. Después de varios años sumergido en su rutina y su abandono en soledad no querida pero desgraciadamente para él  encontrada, fué a parar con su persistente y voluminosa humanidad a un geriátrico del primer nivel. Allí, tratado como ciudadano vecino orillando lo ilustre. Se dejaba tratar así, pero en su yo  que en otros tiempos lo tomaba casi como una obligada reverencia, ahora le resultaba superficial,rozaba su antiguo ego. Una nueva rutina estructuró su vida a la que se sometió con una mansedumbre impropia de el. Transcurrían sus días con un despertar, baño, desayuno, entretenimientos propios del hogar de los que no participaba, negándose a los ejercicios físicos. Almuerzo, siesta, te de la tarde, cena. Medicación y a dormir. En el desayuno dentro de la bandeja encontró un gusanito. Su primera intención fué llamar y protestar., mas no lo hizo.Su segunda fué aplastarlo y se contuvo. La tercera dejarlo para observarlo y saber como se comportaría. Su sorpresa fué mayúscula ya que el gusano para su febril interpretación se le mostró amigable con visos de serle fiel. Estiró su mano y el gusanito se prendió a uno de sus dedos. Lo acercó a su cara, lo miró fijamente y supo al instante se había establecido entre los dos un contacto y una corriente imposible de imaginar. En una servilleta de papel lo recogió y guardó con sumo cuidado. Con la delicadeza de manos acostumbradas y entrenadas en las cirugías más difíciles. Ya solo en su cuarto lo colocó sobre la mesa de luz y comenzó a hablarle en acto de sociabilidad impensado en él. Hasta ensayó frases en distintos idiomas llamando la atención del gusanito, desde ese momento su confidente. Ya en pleno rapto provocado por una insoportable soledad le dijo. te llamarás Francisco, como yo y seremos compañeros, hermanos. Te cuidaré y alimentaré. ¡Vaya si haría bien esto último!. Al anciano se lo veía hermético como siempre o hablando solo como un políglota. Médicos, enfermeras y personal lo interpretaban como signos de la clásica locura senil.  Transcurrieron pocos días  del primer encuentro y el final. Su nueva felicidad interior le duró poquito. Al gusanito, vaya uno a saber porqué extraño presentimiento lo escondió en un pliegue de su cuerpo. Cerró sus ojos para no volver a abrirlos. En plena oscuridad el gusanito comenzó su tarea.

Chau y hasta la próxima.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tío: Con razón me dijiste "si te animás leelo"
Probablemente a todos nos visite un gusanito cerca del final, pero papá lo llevaba en su alma desde hacía mucho tiempo, creo que ... desde que murió mamá.
sandra