423. Alejandro Gómez. 25º vicepresidente de la Nación Argentina. Integrante de la fórmula Frondizi -Gómez.

Comenzaré por un breve bosquejo de quien fué. Su nombre  no debe decirle mucho al lector no memorioso. Como se anuncia  en el título  fué el vicepresidente del gobierno de Arturo Frondizi, quien en l958 accedió con abrumadora mayoría en todo el país a la presidencia  con el apoyo masivo del peronismo proscripto, en pacto que luego se reveló entre el frondicismo desarrollista y Juan Perón. En 1956 la convención nacional de la UCR reunida en Tucumán eligió la fórmula Frondizi - Gómez. Frondizi lo quería a Crisólogo Larralde, progresista dirigente radical, pero este se mantuvo fiel a la UCR del Pueblo encabezada por Ricardo Balbín. Gómez era un desconocido maestro del pueblo de Beravebú, Santa Fe. Ya en el poder parece que sus asesores le  hicieron creer que se produciría un golpe de estado, versión alentada por Américo Ghioldi, Alfredo Palacios, Perette, Zavala Ortiz. Gómez citó al ministro del interior Alfredo Vítolo y le sugirió formar un gabinete de coalición para evitar lo que supuestamente se produciría. Frondizi le exigió  la renuncia que aceptó presentarla dejando constancia que él no era un traidor. En esas condiciones fué presentada y aceptada.

¿Y como lo conocí?.Ya la izquierda argentina regresaba del apoyo político brindado en forma entusiasta y esperanzada a Frondizi, político caracterizado por su enorme capacidad intelectual, su programa desarrollista, por su anunciada y conocida política energética. Pero una vez en el poder luego de un estupendo discurso de asunción desatando una inflamada pasión nacional, aplicó una política programática totalmente opuesta a la enunciada, en especial con respecto al petróleo y la educación. Entonces soportó paros, huelgas, como la de los bancarios, reprimidos en algunos casos con movilización militar. En política desató una verdadera cacería anticomunista habiendo en el período electoral recibido con beneplácito su apoyo. Promulgó una ley anticomunista  y procesó entre otros, en virtud del espíritu de la ley, a una verdadera gloria de la medicina y la patología nacional, el Dr. Moisés Polak, quien no tenía nada que ver con el comunismo, pero sí víctima propiciatoria de una verdadera cacería de brujas. Gómez quien había sido eliminado del poder  buscaba contactos con las fuerzas unidas  en la oposición. Entre ellas y por lógica con el Partido Comunista Argentino. El contacto secreto entre Gómez y un funcionario del PC, viejo amigo mío, hizo que este me pidiera prestada mi casa para hacer la entrevista. Gómez llegó  en un automóvil conducido por un chofer. Esa noche, mientras cenaban intercambiaron opiniones, propusieron alianzas a futuro y acciones concretas. Nada de eso prosperó  entiendo por varias razones. Entre otras porque Gómez era un político  que no daba la talla frente a la situación que se vivía, a los intereses que sostenían al presidente. Recuérdese llegó a tener de ministro de economía a Alvaro Alsogaray. Puso en marcha una nueva política petrolera desmintiendo todo lo sostenido en su libro "Petróleo y política", verdadera biblia  sobre el tema. Luego el presidente Arturo Illia derogaría todo lo decidido por Frondizi en la materia. Hay que entender que en esa época YPF  era el instrumento del país en materia energética, obra de iniciativas del Gral. Mosconi y que Perón antes de caer en el 55 proyectó importantes concesiones petroleras a una compañía americana llamada California, uno de los pretextos de la revolución y su caída. Además se instalaba la enseñanza privada con la famosa lucha entre laica y libre. Algunos analistas de la época sostenían que la simultaneidad del debate , educación, petróleo servía para enmascarar lo de fondo, el petróleo. Frondizi aplicaba a rajatabla medidas que sorprendían a la izquierda nacional. Frente a esto, ¿qué podía hacer el PC argentino encerrado en su soberbio autismo de siempre?. Nada, y nada resultó, pero yo, joven en ese tiempo, asistí a un momento que la historia ha registrado en cuanto a su protagonista, no al conciliábulo del que fuí testigo que no produjo ningún resultado.

Chau y hasta la próxima