Nº 550. A esta altura del año.

            

Revisando viejos papeles  encontré este escrito redactado hace 32 años. Iniciaba un curso de literatura en la Sociedad Argentina de Escritores a cargo de María Alicia Domínguez, gran escritora y poeta de quien me he referido en mis etiquetas Ahora las personas. Durante 2 años tuve el privilegio de escucharla y trabar amistad. En este escrito ella, recién nos conocíamos  agregó pequeñísimas observaciones. Hoy lo doy a conocer porque en él manifiesto mis inquietudes, mis dudas frente a un camino que pretendía transitar..

Hay en mi una inquietud casi permanente, cotidiana, mezcla de dudas y seguridades. Ser inquieto, inconformista es y ha sido siempre parte de mi personalidad. Emprendo una acción, decido, determino tomar ciertos rubros y a partir del momento en que la resolución es asumida, comienzo a avanzar. Pero ese avance lleva  determinadas pautas, pausas, algunos retrocesos y a veces innumerables contratiempos. El conjunto de idas y venidas, de euforias y depresiones conforman una inquietud. La inquietud por hacer lo que me he propuesto, y al mismo tiempo reexaminar lo hecho. Hoy al participar en el taller literario el espíritu inquieto se ha apoderado nuevamente de mi. Sigo marchando, es decir elaborado, escribiendo, imaginando... pero ¿estoy conforme?,¿para qué lo hago?. El esfuerzo,¿es suficiente?. Preguntas, preguntas que producen en mi ansiedad, casi una sensación de angustia. Y así caigo en la inconformidad. Puede que lo hecho hasta ahora esté bien pero exijo mejorarlo, perfeccionarlo. ¿Es justo volver a mi casa feliz porque en la clase se ha leído algo mío?- Ese algo realmente¿tiene valor o sirve simplemente para satisfacer mi ego?. De pronto me planteo: hay que saber más, profundizar en el manejo del idioma, del estilo. Lograr poseer una herramienta idónea y fluida para que los pensamientos, las ideas puedan ser bien llevadas al papel. He aquí la primera gran dificultad para vencer. Me rodeo de diccionarios, libros  y después de hacer un primer borrador subrayo las palabras dudosas. Las busco, las  reemplazo, corrijo. Pero las ideas fluyen con mayor velocidad que el movimiento de la mano que escribe. Se agolpan y en más de una oportunidad se pierden. Interrumpo y las anoto aparte con  una acotación que dice, para el final o para otro lugar del  texto. Trato de leer, estudiar, aprender mucho, pero reconozco que no es fácil. Y yo soy proclive al "facilismo".¡Y el tiempo!. ¿Cuando hacerlo, en qué momento?. Más de una vez me siento y me digo así, voluntariamente; a redactar,tal cosa. O le ordeno a mi mano ¡escribe!. Pero ella se niega. No siempre es posible hacerlo. Uno tendría  que escribir más anárquicamente. En cualquier instante, cuando a uno se le ocurre y de allí seguir, seguir hasta que la cosa se acabe. Después sí, reexaminar, corregir, romper. Una, diez veces, seguir descubriendo errores.Pero el tiempo, la vida condicionan la tarea, y en el medio del trabajo surgen otras preguntas:¿para qué?,¿para quien o quienes? Y me doy siempre las mismas respuestas. Para nadie, para mí, para todos.

Para nadie, para mí casi son una misma respuesta, con diferencias. Nadie y yo podemos ser una sola entidad. De ambos no sale, no trasciende. Todo queda para adentro. Pero en el nadie puede haber una trampa sutil, una deslealtad hacia el para mi. Escrito para nadie, pero lo guardo por las dudas con alguna secreta esperanza. Este pensamiento con toda rapidez lo borro imperativamente en mi conciencia. Por este camino contradigo el para mi. La satisfacción individual, el hacerlo porque me gusta me hace girar en un círculo vicioso. ¿Me gusta por qué?. Puede ser por el simple acto de pensar, imaginar, soñar sobre un papel. Si dejara la huella de todo lo mío para nada sonaría como un absurdo. La vida es un tremendo, un gran desafío y además un desafío cotidiano. Casi diría de día en día, de hora en hora, de instante en instante. Es la permanente creación y la recreación que no es mas que una de las formas de la creación, una metodología. Por otra parte nunca es algo terminal, acabado, aunque lo parezca, sino la base o la fuente, el principio de nuevas creaciones. Los cambios, las mutaciones se suceden al igual que las contradicciones. Y así transcurrirá y transcurre nuestra existencia, con o sin total conciencia de ella y de su contenido.

Me replanteo,¿escribo para nadie, para mi?.

Examinemos ahora la variante:¿para todos?. Naturalmente esto significa la búsqueda de la trascendencia, la trasmisión de mensajes, la comunicación. Y el hombre es esencialmente un ser social. Su yo el gran motor impulsor compuesto de ambiciones. ¿Como desprenderse del yo? Caer en la absolutización de negar toda comunicación, de crear y actuar para si mismo no es en cierto modo humano. Ahora, en alguna medida comienza a vislumbrarse un fin, un porqué para todos. El complejo contenido del porque me gusta, aparece como la síntesis de un conjunto de componentes. Me gusta porque hallo gratificación en que el para todos sea comprendido, aceptado, saboreado  o aún rechazado, negado. Vuelvo al origen de esta idea.Yo no sería humano si todo lo hiciera exclusivamente para mí. Tal sería el amor que me tendría, la sublimación del egocentrismo. Y esto va en contra de mi naturaleza. Sigamos pensando , pero cuidado, sin trampas. No sacrificar la verdad a un supuesto esteticismo de estilo, no colocar esta frase o tal pensamiento porque aparentemente son más bellos o suena mejor que la verdad aunque esta sea gris.(todo este concepto fue subrayado por M.A Domínguez culminado con un muy bien).

Me cuestioné a principios de este  año en porqué estoy aquí, lo tardío de mi decisión. Esa incógnita la develé. No es tarde con independencia de la calidad o cantidad de lo que sea capaz de escribir. Puedo hacerlo bien, regular o mal, pero tengo la convicción y la ambición de seguir adelante, de aceptar el desafío que me he impuesto y vencerlo. Tímidamente diría  no me interesa trascender, aunque no estoy tan seguro. Si me divierto, lo paso muy bien, he ganado amigos, he conocido gente interesante y talentosa. Aprendo a escuchar, a tener paciencia a vencer timideces casi inconcebibles a esta altura de mi vida, como es desnudar ahora en `público  aspectos de mi alma.Me pruebo semanalmente abordando géneros distintos para tratar de dominarlos, doblegarlos. Amasarlos en mi cerebro y ejecutarlos con mis manos. Moldeándolos como si fueran de arcilla. Obtener lo que quiero, y así voy sabiendo lo  que quiero.

Me dije en aquel primer planteamiento:"lo haré porque me gusta y porque me gusta pasará a ser otra cuestión". Ahora estoy seguro, plenamente convencido de que me gusta. Y casi lo más importante estoy sabiendo por qué. Pero destaco, para terminar lo mejor de todo, lo fundamental ya señalado en párrafos más arriba. He ganado amigos y esto último, solamente esto último,por si solo, ha justificado el por qué estoy aquí.

Chau y hasta la próxima.

 

Nota: Dedicado a mi hijo Juan Carlos que mañana 26 cumple 56 años.